Desde que Luis Lacalle Pou asumió la presidencia en marzo de 2020, el dólar ha subido por solamente 6,25%, posicionando al peso uruguayo como una de las monedas más fuertes de Latinoamérica en los últimos cuatro años. Sin embargo, ese incremento fue notablemente inferior a la inflación acumulada en el mismo período, que alcanzó un 35%, despertando reclamos sectoriales en torno a un atraso cambiario. A partir de marzo de 2024, sin embargo, el peso comenzó a romper su racha de apreciación de dos años, cayendo más de un 12% hasta llegar a UYU$41,54 en la última semana.
Se trata de la cotización más elevada para el peso uruguayo contra el dólar estadounidense desde fines del 2022.
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Analistas coinciden en que la incertidumbre política generada por las elecciones presidenciales de octubre es uno de los factores detrás de la reciente depreciación del peso. No obstante, el plebiscito impulsado por el PIT-CNT (el movimiento sindical uruguayo) para reformar la seguridad social ha acentuado aún más esta inestabilidad.
El plebiscito, que se celebrará el mismo día que las elecciones nacionales el 27 de octubre, busca modificar la Constitución para establecer una edad de retiro de 60 años, igualar las jubilaciones mínimas al salario mínimo y reemplazar a las administradoras de fondos previsionales (AFAP) con un modelo de gestión estatal.
En una conferencia de prensa realizada este martes por la noche, el presidente de Uruguay y su ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, defendieron el actual sistema jubilatorio, cuyas bases fueron sentadas en la Ley de Urgente Consideración (LUC) de 2020. El mandatario remarcó que la LUC estableció una comisión de expertos de un amplio espectro ideológico, que finalmente elaboró la nueva ley jubilatoria.
“En esa comisión había muchísima gente de distintas ideologías que sabía muchísimo. Ahora está de moda decir que tiene que haber un amplio diálogo social. No ha habido un dialogo social mas abierto y profundo que el que generó la LUC”, afirmó Lacalle Pou, según consignó Montevideo Portal. En ese sentido, agregó que se trata de un “sistema justo, sostenible, y que refleja una profunda justicia social”.
Y advirtió que la reforma propuesta por el PIT-CNT “genera una confiscación de los recursos de las personas que están allí visibles en las AFAP”, expresó.
“Hay encuestas que dicen que los menos informados sobre esta situación son las generaciones más jóvenes. Yo les digo que son los más perjudicados. Porque este plebiscito no compromete las jubilaciones de hoy, compromete a nuestros hijos y nuestros nietos”, sumó.
De acuerdo a las últimas encuestas y a pesar del rechazo tanto del oficialismo como de la oposición, la nueva reforma impulsada por el sindicalismo uruguayo y sectores minoritarios del Frente Amplio tiene serias chances de ser ratificada.
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Consecuencias de la reforma jubilatoria, según el Gobierno
Arbeleche había tomado nota en los últimos días de la salida de capitales extranjeros, lo que provocó la depreciación del peso uruguayo, alertando sobre las consecuencias negativas que podría acarrear la aprobación del plebiscito.
Durante una actividad en la Expo Prado, la ministra afirmó que este cambio significaría “un antes y un después” para el país. Según Arbeleche, la reforma implicaría un cambio radical en las reglas del juego que podría llevar a Uruguay a perder su clasificación de “categoría A”, convirtiéndose en un país de “categoría B”.
“El impacto no se puede medir solo en términos económicos. Las consecuencias de este plebiscito cambiarán las reglas de juego”, dijo Arbeleche. También advirtió sobre el riesgo de “confiscar los ahorros de los trabajadores”, lo que afectaría profundamente el entorno económico del país.
Rechazo desde el Frente Amplio
Gabriel Oddone, quien se convertiría en ministro de Economía y Finanzas de Uruguay si triunfa en octubre Yamandú Orsi, candidato del Frente Amplio a la presidencia, también expresó su oposición al plebiscito, calificándolo de “inconveniente, innecesario, injusto y que no resuelve los problemas”.
Oddone consideró, no obstante, que la reciente salida de capitales es consecuencia de la campaña del oficialismo contra el plebiscito, destacando que el actual gobierno ha elevado la incertidumbre en los mercados.
“Es un grave error de la conducción actual haber repetido que esto es un daño en la línea de flotación del país”, argumentó Oddone. A pesar de sus críticas, afirmó que la aprobación del plebiscito “no sería el fin del mundo”, pero advirtió que sí plantearía un escenario desafiante.
Análisis del think tank CERES
El Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES) también ha expresado su preocupación por el plebiscito jubilatorio, al argumentar que aprobar la reforma constitucional de la seguridad social tendría consecuencias graves para el país.
“CERES sostiene que esta reforma sería un error histórico”, afirmaron. “Uruguay es una de las pocas democracias plenas del mundo, con partidos políticos sólidos que han sostenido el mayor período democrático de su historia. Los candidatos presidenciales de los principales partidos han rechazado contundentemente el plebiscito”.
“Si bien el sistema previsional actual es perfectible, el camino no es cambiar a través de una modificación radical y difícilmente reversible en la Constitución de la República”, agregaron.
Los técnicos de todos los partidos advierten que la modificación del sistema previsional a través de un plebiscito sería perjudicial para el futuro del país. CERES concluye haciendo un llamado a los ciudadanos a tomar una decisión consciente y responsable en las urnas.
La mirada de los traders
Francisco Echegoyen, asesor del broker Gastón Bengochea & Cía, destacó que el atraso cambiario en Uruguay ha sido consecuencia de la alta tasa de interés en pesos mantenida por el Banco Central de Uruguay (BCU) durante un largo período, que osciló entre el 8,5% y el 9,5%.
“Esto incentivó a los inversores a colocar sus ahorros en pesos, pues la tasa real era bastante atractiva en comparación con las tasas muy bajas en el mundo”, señala Echegoyen. Además, resalta que la percepción de Uruguay como un país confiable y transparente atrajo inversiones extranjeras que fortalecieron el peso uruguayo.
En los últimos meses, en cambio, la suba del dólar está directamente relacionado con la inminente votación del plebiscito. “Si el plebiscito se aprueba, eso generaría un aumento del gasto, más impuestos y, en última instancia, una mayor inflación”, advirtió.
El economista también prevé que la eliminación de las AFAP podría llevar a Uruguay a perder su grado inversor, lo que desencadenaría una serie de efectos negativos en la economía. “El dólar es una buena medida del riesgo en un país. Cuanto más riesgo, más temor e incertidumbre, más sube el dólar y se deprecia la moneda”, explicó Echegoyen.
Por otro lado, indica que si el plebiscito es rechazado, el dólar podría estabilizarse en niveles más favorables. “No lo veo muy disparado a menos que el plebiscito se apruebe”, concluyó.
¿Retirada de argentinos por el blanqueo?
Nicolás Saldías, del Economist Intelligence Unit, señaló por su parte que el movimiento del dólar refleja la incertidumbre de los inversores ante la posibilidad de que el plebiscito redunde en nuevos cambios para la seguridad social. “Este año, la política uruguaya es más riesgosa para los inversores, lo que genera dudas sobre cómo el próximo gobierno podrá manejar un déficit superior al 4% del PBI, especialmente con nuevos gastos jubilatorios”, comentó.
Además, advierte que el blanqueo en Argentina podría estar incentivando a los ahorradores a retirar capitales del sistema uruguayo. “Uruguay siempre ha sido visto como un refugio seguro, pero las decisiones políticas actuales están poniendo en jaque esa percepción”, señala.