S&P Global mantuvo las calificaciones de crédito soberano de Uruguay en ‘BBB+ (para bonos a largo plazo), lo que implica que está dos escalones por encima del mínimo que se necesita para el grado de inversión. También se mantuvo en A-2 la calificación de bonos a corto plazo. Ambas calificaciones son con perspectiva estable.
Estos niveles representan la mayor calificación crediticia en la historia del Uruguay y pareciera que van a mantenerse ya que la nota crediticia reafirmada “se basa en un marco institucional fuerte y un compromiso con políticas fiscales prudentes”, según expresa un informe publicado por la calificadora de riesgo.
La calificación podría mejorar si se consolida un proceso de desinflación y si se muestra un compromiso sostenido hacia la consolidación fiscal. En contraste, la calificación podría bajar si se producen déficits fiscales mayores de lo esperado o si se observa un crecimiento económico a largo plazo inferior al anticipado.
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Según detalla el documento, el “amplio consenso sobre la dirección de las políticas” sugiere “continuidad después de las elecciones”. No obstante, aclara que un Congreso dividido podría ralentizar la aprobación de reformas y otras leyes.
Según S&P Global, promover el crecimiento y reducir la inflación serán los principales desafíos para la próxima administración.
Continuidad
La firma estadounidense augura una amplia continuidad en la política económica tras la elección presidencial. “Un fuerte contrato social, que enfatiza el consenso y la cohesión y amplias coaliciones de partidos políticos, ayuda a anclar la estabilidad macroeconómica, como se vio en el rechazo a la propuesta de reforma de pensiones”, resalta el informe.
En sintonía con esto último, los autores del documento creen que la derrota del plebiscito de seguridad social ilustra el rechazo de los uruguayos a políticas extremas, así como el espacio limitado para actores externos en su sistema de partidos bien establecido.
Señala, además, que los plebiscitos, que son una forma de democracia directa, podrían presentar algunos riesgos para la previsibilidad económica porque pueden enmendar la constitución mediante decisión popular y eludir el proceso legislativo. Sin embargo, enfatiza en que el referéndum impulsado por los sindicatos proponía reducir la edad de jubilación, eliminar los fondos de pensiones privados y aumentar los beneficios mínimos y que, si bien el 40% de los votantes apoyó la propuesta, “la falta de apoyo de los principales partidos políticos causó su derrota”.
Los analistas a cargo del estudio consideraron que las instituciones de Uruguay se destacan como impulsoras de grandes proyectos de inversión, compensando en parte el mayor costo de producción.
En tanto, S&P Global estima que el Producto Interno Bruto (PIB) de Uruguay crezca un 2,6% en promedio en 2024-2027, apoyado por las exportaciones y el consumo.
Consensos
Uno de los puntos que entusiasma a S&P Global es que “ambos partidos políticos (por el Partido Nacional y el Frente Amplio) comparten consenso en desafíos económicos clave, incluyendo la necesidad de políticas fiscales sostenibles, reformas microeconómicas para mejorar la competitividad y liberar el potencial de crecimiento, así como ampliar los acuerdos comerciales”. Y detalla que las propuestas difieren en la visión del rol (y tamaño) del sector público y la priorización del gasto.