Bogotá — Mientras las monedas pares de la región se han depreciado 6,7% en los últimos dos meses, la caída del peso colombiano (COP) es de 10,6%. Un comportamiento que está fuertemente influenciado por la incertidumbre fiscal que se vive en el país.
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De acuerdo con un informe de Corficolombiana, la depreciación del peso colombiano asciende a 14,9% desde finales de mayo y fue de 5,2% durante octubre, superior a la de monedas de los países pares en Latinoamérica (4,6%).
La situación fiscal local, dice la firma citada, ha añadido presión a la tasa de cambio. La depreciación del peso colombiano se intensificó, por lo que se estima que una gran parte de este efecto se debió a estos factores locales, como la caída del recaudo tributario, la necesidad de ajustar el gasto para cumplir con la regla fiscal y el avance del acto legislativo que busca aumentar las transferencias al Sistema General de Participaciones.
Recordemos que el dólar en Colombia tocó un precio máximo del año de COP$4.485 el pasado seis de noviembre, impulsado también por el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. El fortalecimiento global de la divisa durante el último mes (3,2% según el DXY) explicó parte de la depreciación de las monedas emergentes y de la región, refiere Corfi.
A lo que se suma la decisión de la Reserva Federal, cuyos funcionarios votaron unánimemente a favor de bajar la tasa de los fondos federales a un rango de entre el 4,5% y el 4,75%. El ajuste se produce tras un recorte mayor, de medio punto, en septiembre.
Francisco Chaves, gerente de análisis de mercados del Banco de Bogotá, le dijo a Bloomberg Línea que el euro se ha visto debilitado en un contexto donde también su economía pierde relevancia y donde el diferencial de tasas de interés comienza a jugar un factor nuevamente relevante.
“Entonces, asociado precisamente a la coyuntura internacional de expectativas de un gobierno republicano donde va a haber mucho más flujo de recursos hacia Estados Unidos y dos, un diferencial de tasas con una reserva federal que puede no bajar tasas de interés tan rápido como se esperaba, han generado ese fortalecimiento del dólar“, explicó.
En Colombia particularmente, refirió, se vuelve a hacer catch up del movimiento que ya hemos visto en otras monedas de la región, siendo el real de Brasil, el peso mexicano, el peso chileno, las monedas que más han venido deteriorándose o debilitándose recientemente.
“Llama la atención cómo precisamente el real de Brasil se encuentra muy cerca de alcanzar máximos históricos y sobrepasa unos niveles de 6 reales por dólar. Estaríamos hablando de niveles inéditos para esa tasa de cambio y asimismo refleja también la debilidad de otras monedas o de otros cruces, como es el caso del peso mexicano, que podría incluso sobrepasar los 21 pesos por dólar y alcanzar niveles de 22“, destacó.
A lo que concluyó que no es sólo el peso colombiano. Puntualizó que de hecho Colombia pareciera que ha tenido un recorrido menos alcista, todavía muy cerca de los niveles máximos del año, “pero en términos de magnitud podríamos decir que no hemos tenido el nivel de debilitamiento de estas otras economías, como es Brasil y México“.
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Al final de cuentas, agregó, se depende mucho de lo que siga siendo ese rally o fortalecimiento del dólar global. Podría ser que en Colombia y en estos países de la región siga pesando también el tema político, el tema fiscal, como uno de esos vientos en contra de las monedas, pero sin tener una claridad realmente de cuáles van a ser las políticas en Estados Unidos, pareciera también que estos movimientos pueden entrar ya al tema de sobrereacción y que pudiera también venirse una corrección en estas tasas de cambio.
Y enfatizó que el peso colombiano ha tenido una estacionalidad en los últimos cinco años, donde normalmente en noviembre y diciembre son meses de revaluación y según un modelo sencillo de tendencia a la media podría estar la tasa de cambio por debajo de los COP$4.400, entre COP$4.350 o en promedio COP$4.350, siendo el objetivo para finales del año.
“Ya el resto será volatilidad, asociada pues a unos mercados que aún siguen digiriendo todo el tema de elecciones en Estados Unidos y de movimientos de los bancos centrales, especialmente la Fed”.