Bloomberg — Los precios de la harina de pescado en Perú, el mayor productor mundial de este alimento para animales, alcanzaron su nivel más alto en ocho años y podrían seguir subiendo a medida que el fenómeno de El Niño eleva las temperaturas de las aguas frente a las costas del país.
El inusual calentamiento del océano Pacífico ya llevó a Perú a prohibir la pesca de la anchoveta este año, porque ha provocado un mayor volumen de ejemplares jóvenes que aún no se han reproducido. Esto sigue a la temporada de 2022 que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) describió como una de las peores de los últimos años.
El mundo se prepara para El Niño, que puede provocar sequías en Asia y África, fuertes lluvias en partes de Sudamérica y disparar la inflación. El fenómeno climático tiende a calentar el océano Pacífico, lo que hace que la anchoveta de Perú busque aguas más frías y profundas y dificulta su captura.
Los precios al contado de la harina de pescado de primera son un 22% superiores que a principios del año pasado y alcanzaron su nivel más alto desde marzo de 2015. La temporada de pesca peruana de la especie conocida como anchoveta se extiende desde abril/mayo a julio/agosto.
“En el caso de que hubiese algún cambio importante en la temperatura miraríamos si es que hay espacio para abrir una temporada de anchoveta, pero por el momento no”, dijo esta semana Raúl Pérez Reyes, ministro peruano a cargo de la pesca.
El banco central de Perú prevé que la producción económica de la industria de la harina de pescado caiga un 50% este año, un nuevo golpe para el país que aún sufre los efectos de las protestas antigubernamentales, las inundaciones y el peor brote de dengue que se haya registrado. La Sociedad Nacional de Pesquería (SNP) no respondió a una solicitud de comentarios.
La FAO señaló en una respuesta por correo electrónico que El Niño restringirá gravemente los suministros procedentes de Perú y Chile. Una proporción de peces juveniles en las capturas de 2022 superior a la habitual también redujo la producción de aceite, lo que provocó una fuerte escasez de aceite de pescado, agregó la FAO.
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