Lima — El precio de la cebolla roja en Perú está en niveles máximos desde que el país tiene registro. Este producto, que es uno de los principales insumos de la canasta básica familiar, cuesta más del doble al mes de julio de este año en comparación con el mismo período del 2022 en los mercados mayoristas -de productores a comerciantes-, mientras que en los mercados minoristas -donde compra la mayoría de personas- un kilo de cebolla roja llega a superar los siete soles (cerca de US$1,95 el kg).
El alza de precios de la cebolla roja se ha dado en cuestión de pocos meses: pasó de costar 0,78 soles en promedio el kilo a 4,79 soles el kg en julio, según cifras del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri). El precio de este mes ya es el máximo histórico desde que Midagri recoge precios mayoristas a través del Sistema de Precios y Abastecimientos (SISAP), y golpea a los bolsillos de los hogares peruanos en medio de una inflación que todavía sigue elevada.
“Lo de la cebolla se veía venir”, dice a Bloomberg Línea Christian Garay, director general de Estadística, Seguimiento y Evaluación de Políticas del Midagri. De hecho, tal como comenta el especialista, hubo más de una alerta de lo que podría pasar desde el año pasado, cuando empezó la crisis de los fertilizantes en el país andino.
Alza en el precio de la cebolla: las razones
El sector agrícola peruano se vio en muy afectado en el 2022 por la escasez y altos precios de los fertilizantes, un evento que impactó a la actividad agraria a nivel global. Perú, al igual que otros países, estaba alertado, y aunque anunció medidas para comprar urea y venderla a precio social, nunca se pudo concretar la compra de fertilizantes (hubo cuatro licitaciones fallidas a nivel internacional).
En medio de esta situación, un análisis de Macroconsult precisa que se vio una reducción significativa de las áreas sembradas de productos destinados al consumo interno respecto del promedio de los últimos cinco años. Garay, del Midagri, añade que los cultivos de cebolla usan mucho fertilizante, por lo cual la entidad coincide en que este fue uno de los principales factores que afectó a los cultivos de cebolla desde que empezó la campaña 2022-2023.
“El alza de los fertilizantes eleva costos de producción y eso limita la oferta. Ha sido un elemento que ha sumado al alza de precios actual”, dice Garay.
Cabe recordar que las siembras de cebolla a nivel nacional retrocedieron un 52% en el mes de marzo, el de mayor caída para esta actividad, mientras que en abril la caída se redujo a un 33%. En mayo, mes hasta el que se tiene información, las siembras de cebolla retrocedieron un 2,6%.
Garay apunta que el precio de la cebolla ha estado subiendo en correlato con la menor producción de este insumo, que entre enero y mayo ha tenido un 12,6% de caída. En concreto, se pasó de 107 mil toneladas de cebolla entre enero y mayo de 2022 a 94 mil en el mismo período de este 2023. Entre agosto del 2022 y mayo de este año, las siembras cayeron 18%.
De otro lado, Macroconsult apunta que entre los eventos que afectaron a los cultivos en el 2022 -en particular en el último trimestre- está el déficit de lluvias que impactó con más fueza a la zona centro-sur del país ante la presencia del fenómeno de La Niña. La sequía prolongó su impacto negativo sobre los cultivos y llevó a que la siembra de productos como la cebolla disminuyera, aunque hacia febrero de este año las precipitaciones volvieron a la normalidad.
Protestas en Perú y factores estacionales
Entre otros factores, Garay comenta que durante la campaña anterior (2021-2022) hubo excesiva producción de cebolla que se reflejó en precios bastante bajos. Con valores en chacra por debajo de un sol por kilo, las siembras bajaron y la oferta se vio afectada.
A ello se suma que el inicio de este 2023 fue muy complejo para el Perú, y afectó con más fuerzas a localidades conocidas por su producción de cebolla. Con la convulsión social entre enero y febrero, bloqueos y vías interrumplidas, Garay precisa que las labores de campo en regiones como Arequipa (fuerte productor de cebolla) se vieron muy golpeadas, lo que no permitió un desarrollo habitual del sector.
En tanto, un factor menos relevante pero que también impactó en las últimas semanas al sector agrícola es que junio es el mes típicamente más bajo en cosechas, y en particular el período más bajo para la cosecha de la cebolla. Dicha menor disponibilidad, según Garay, afecta también a los precios.
Las perspectivas para el precio de la cebolla
De acuerdo a Garay, aunque las tasas para las siembras todavía son negativas, se ha visto una mejora en el mes de mayo que puede seguir avanzando de forma progresiva. El especialista del Midagri asegura que la siembra de cebolla está mejorando, pero estima que recién hacia fines de este año se verán precios a la baja de este producto y una recuperación más concreta de su valor hacia el 2024.
“Hace poco ejecutamos una encuesta de expectativa de siembras para la siguiente campaña, y en esas expectativas los productores de cebolla dijeron que incrementarán sus siembras en 3,7%. Más de 15.100 hectáreas de cebolla serían las que se sembrarían en 2023-24, si comparamos con el promedio de cinco campañas anteriores, y esto es una buena noticia para decir que la normalización de precios se acerca”, apunta el especialista.
Para Garay, desde agosto hasta noviembre se debería ver mejores precios del producto si se toma en consideración últimos datos de siembras.
“Hay que esperar a ver qué pasa con El Niño, cuyos efectos se verán más hacia el 2024″, advierte.
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