¿Podrá Perú aislar su economía del ruido político? Las amenazas a su estatus de mercado estable

Aunque la economía se ha mantenido de cierta forma aislada al ruido político, factores como los desvíos fiscales podrían hacer que se perdiera esta inmunidad

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Bloomberg Línea — A pesar de las turbulencias políticas y los múltiples procesos de vacancia que han enfrentado los presidentes del país en los últimos años, Perú ha logrado mantener su equilibrio económico y no ver un impacto tan fuerte en sus activos, pero ¿podrá seguir manteniendo este estatus y qué amenazas existen?

La presidenta peruana, Dina Boluarte, no tendrá que afrontar un proceso de destitución luego de que el Congreso rechazara dos mociones que apuntaban a ese objetivo. Sin embargo, el ruido alrededor del denominado ‘caso Rolex’, por la posesión de bienes de lujo presuntamente sin declarar, y la polarización en el país, nuevamente ha traído confrontación en la esfera política.

Perú se ha mantenido en una inestabilidad política constante y desde el 2016 ningún presidente ha logrado terminar su mandato. Esto se refleja en que el país ha sido gobernado por seis mandatarios diferentes al cabo de siete años.

En medio de la inestabilidad política, la economía peruana se ha mantenido de cierta forma aislada, aunque el año pasado en medio de las turbulencias globales Perú registró una caída de 0,55% del Producto Interno Bruto, después de que la primera mitad del año pasado estuviera afectada por protestas sociales y eventos climáticos adversos.

En su más reciente actualización de proyecciones económicas, el Banco Mundial señaló que el PIB de Perú se expandiría un 2,7%, mientras que en 2025 se ralentizaría a 2,4%.

Para este año, las proyecciones actualizas del Citi, uno de los mayores bancos de EE.UU., apuntan que la economía de Perú crecería un 2,4% y para 2025 un 2,6%. Por su parte, la entidad financiera brasileña Itaú prevé que este año un rebote en la actividad económica de 2,5% y Scotiabank Perú proyecta que el PIB se expandiría 2,7%.

“Históricamente, tres eventos han afectado la estabilidad económica del país: el primero, una caída en los precios de los metales; el segundo, un mal manejo económico interno, con excesos monetarios y fiscales y riesgo a los derechos de propiedad; y el tercero, la incertidumbre política. De los tres, la amenaza menor es la de una fuerte caída en los precios de los metales. Actualmente, no hay señales de que eso vaya a ocurrir”, dijo a Bloomberg Línea el gerente principal del Departamento de Estudios Económicos de la entidad financiera Scotiabank Perú, Guillermo Arbe.

En su perspectiva, el riesgo de mal manejo económico “es acotado”, dada la fortaleza de las instituciones económicas, pero “la constante rotación de autoridades de los últimos años, desde ministros a presidentes, está perturbando el manejo día a día de la gestión pública, quitando continuidad en la gestión y visibilidad en las políticas”.

“No hay inmunidad respecto de los choques internos. Dados los precios de los metales y las buenas cuentas macroeconómicas, el país podría estar creciendo por encima del 5% anual”, opinó Arbe.

El indicador de riesgo país es más relevante para los que invierten en activos financieros, y no tanto para la inversión en capital físico, que es la que genera industria y crea empleo. Los mercados financieros se centran más en temas de fortaleza/debilidad fiscal. Este no es el principal problema que enfrenta el país. En los últimos años sí ha habido algo de incremento del riesgo país, asociado, creemos, a la probabilidad de un nuevo retiro de fondos de las AFP. Los retiros de recursos de AFP sí tienen un impacto real en los mercados financieros.

Gerente principal del Departamento de Estudios Económicos en Scotiabank Perú, Guillermo Arbe.

El economista jefe para Perú & México de Banco Itaú, Julio Ruiz, considera que la economía peruana ha logrado aislar los efectos de la incertidumbre de las crisis políticas sobre la economía gracias a sus “sólidos fundamentos macroeconómicos”, incluyendo las cuentas fiscales y un Banco Central con credibilidad.

“En la medida que estos fundamentales se deterioren, podríamos ver que estos choques internos afecten en mayor proporción a la economía. El año pasado ya vimos como el MEF (Ministerio de Economía y Finanzas) se desvió de su target fiscal, principalmente por una mayor caída de los ingresos. Aunque no tuvo consecuencias graves, mayores y continuos desvíos fiscales podrían hacer que se perdiera esta inmunidad”, dijo el analista.

Considerando el riesgo país medido por los credit default swaps (CDS), Perú tiene uno de los riesgos país más bajos comparado con las principales economías de la región latinoamericana, a excepción de Chile. El riesgo país de Perú refleja sus sólidos fundamentales macroeconómicos. Por ejemplo, Perú tiene una de las ratios deuda neta a PIB más bajos de la región, en torno a 22%, muy parecida a Chile.

Economista jefe para Perú & México de Banco Itaú, Julio Ruiz

El inversionista “aprendió a vivir” con la convulsa realidad política peruana

El economista principal para Colombia, Perú, Centroamérica y Caribe de Citi, Esteban Tamayo, considera que el inversionista privado “aprendió a vivir” bajo el riesgo político de los últimos años, que se acentuó en tiempos modernos, en su concepto, en el primer proceso de vacancia de Pedro Pablo Kuczynski en 2017 (2016-2018), quien finalmente renunció a su cargo.

Considera que este ruido político se acentuó en la breve Administración de Pedro Castillo, cuando ya se comenzaba a sentir un impacto sobre el desempeño económico y los activos financieros, anotó.

Durante su primer año de Gobierno “el inversionista local tiene mucho ruido. Llega un gobierno (el de Castillo) con ánimos de hacer reforma en regalías, mineras, subir impuestos, incrementar subsidios”, dijo.

Esto generó ruido en el mercado local y un alto componente de riesgo para los inversionistas privados.

La posterior vacancia de Castillo y el ascenso de Dina Boluarte, con posturas diferentes y enfrentamientos con el Congreso, provocaron protestas y aumentaron la inestabilidad política.

Tamayo describe este período como un episodio de incertidumbre, resuelto temporalmente, pero dejando un equilibrio frágil, marcado por la incapacidad “tanto del Congreso como del Ejecutivo de generar cambio”.

“Es un equilibrio inestable, frágil, que se puede romper con una vacancia”, explicó.

Tamayo señala que la reciente reforma que limita la capacidad presidencial de disolver el Congreso podría generar más estabilidad política después de las próximas elecciones. En marzo, el Gobierno peruano promulgó la ley para el retorno a la bicameralidad al Parlamento a partir de 2026, con la creación de un Senado.

Aunque el riesgo persiste durante el proceso electoral, se espera que la nueva Administración sea más estable con esta nueva configuración política. Tamayo concluye que la política y la economía podrían mantenerse desligadas hasta las próximas elecciones, siendo el momento electoral un factor de riesgo.

¿Cuáles son las principales vulnerabilidades de la economía peruana?

En visión de Scotiabank Perú, los principales factores de riesgo de este país son el continuo deterioro institucional en el país y el crecimiento de la economía ilegal/informal.

A estos factores se suma la polarización de la sociedad y dispersión política “que viene exacerbando” el impacto de estos eventos y contribuye a obstaculizar inversiones, incluyendo las mineras, las concesiones de carretera y los proyectos de irrigación.

“Es, además, cada vez más difícil para el sector privado invertir en el país por la sobrerregulación. El ruido de corrupción en el Estado también afecta la confianza empresarial”, indicó Guillermo Arbe.

El analista de Scotiabank expone, además, que “existe también la percepción de cierto sesgo anti-sector privado entre algunos grupos políticos, así como iniciativas en el Congreso de gasto cuestionables y acciones permisivas frente a la creciente economía ilegal/informal en el país. A esto se agrega la falta de certeza respecto de las elecciones del 2026″.

Según el analista de Itaú, los nuevos retiros de fondos de pensiones aprobados por el Congreso podrían ejercer presión sobre los activos financieros domésticos a corto plazo y reducir la profundidad del mercado financiero peruano a medio plazo, consideró Julio Ruiz.

La Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP) alertó en un comunicado que este “nuevo retiro sin focalización” generaría una potencial salida de recursos de US$9.089 millones aproximadamente (27% del total de fondos actual).

Sumando los retiros anteriores, totalizaría unos US$32.639 millones o el equivalente al 14% del PIB.

“Generará, a su vez, una mayor carga financiera para el Estado y el incremento del costo del endeudamiento, debido a la venta inmediata de bonos soberanos (19% de los fondos del sistema de AFP se invierten en instrumentos del gobierno central), elevando el costo de los créditos para todos los peruanos”, alertó FIAP.

De otra parte, se espera evaluar cómo el fenómeno de El Niño ha afectado el rebote del crecimiento económico en el primer trimestre de 2024.

El banco Itaú cree que los efectos de un fenómeno de El Niño entre débil y moderado estarían limitando una recuperación más dinámica en el primer trimestre de 2024.

Además, la desaceleración de la economía china podría ser un riesgo a baja de crecimiento en el mediano plazo. No obstante, los términos de intercambio y una política monetaria menos restrictiva, serían factores que impulsarían la actividad económica este año.

Además, existe preocupación por un mayor desvío fiscal este año en comparación con el anterior, lo que podría eventualmente resultar en una reducción de la calificación soberana.

Con un déficit nominal limitado al 2% del PIB este año, se espera una recuperación de los ingresos fiscales en línea con la actividad económica, mientras que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ya está implementando medidas para contener el gasto, señaló Itaú.

Por el lado optimista, de acuerdo a Scotiabank, el Gobierno peruano está acelerando el gasto público y las licitaciones de inversiones en infraestructura.

Al mismo tiempo, “mientras no se defina el rumbo del país a partir de las elecciones del 2024, será difícil que la inversión privada sea el principal motor de la economía, lo cual implica un crecimiento más bajo de lo que podría ser”, apuntó.