Bloomberg — La política peruana Keiko Fujimori compareció este lunes en un tribunal de Lima para comenzar lo que se espera que sea un juicio masivo de varios años por presunto blanqueo de millones de dólares durante sus fallidas candidaturas presidenciales.
Fujimori se encuentra entre los políticos más influyentes y polarizantes de Perú, habiendo sido tres veces candidata presidencial mientras lideraba la mayor facción del Congreso del país. También es hija del desprestigiado expresidente Alberto Fujimori, condenado por violaciones de los derechos humanos, y que ha vuelto a la vida política tras salir de prisión gracias a un indulto.
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Fujimori está acusada de haber dirigido presuntamente una empresa criminal que blanqueó unos US$17 millones para financiar sus campañas presidenciales en 2011 y 2016. Entre los contribuyentes notables se encuentran el conglomerado brasileño Odebrecht SA y la empresa peruana de servicios financieros Credicorp Ltd (BAP). Aunque Fujimori ha reconocido algunas de las contribuciones a la campaña, niega haber cometido delito alguno.
Los fiscales piden que Fujimori sea condenada hasta a 30 años de prisión. Ella ya ha pasado tiempo en prisión preventiva entre 2018 y 2020. El fiscal principal, José Domingo Pérez, acudió el lunes al tribunal vistiendo un chaleco antibalas.
Se espera que el caso sea uno de los juicios políticos más masivos de la historia reciente de Perú. La abogada de Fujimori, Giulliana Loza, ha estimado que durará dos años, que incluirá más de 5.000 pruebas y que los fiscales han llamado a 1.300 testigos que podrían subir al estrado.
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También forma parte de la masiva cruzada peruana contra el soborno tras las revelaciones de que Odebrecht financiaba ilegalmente a los principales políticos de Perú. Los fiscales han alegado desde entonces que al menos cuatro expresidentes peruanos recibieron dinero sucio de Odebrecht, tanto mientras ocupaban sus cargos como durante la campaña electoral.
Se espera ampliamente que Fujimori lance una cuarta candidatura presidencial con las elecciones fijadas para abril de 2026, aunque una improbable condena antes de esa fecha podría complicar sus planes. También se espera que su padre asuma un papel más activo en ese ciclo político, con miembros del partido barajando abiertamente la idea de que forme parte de la candidatura presidencial o se postule para la recién creada senaduría.
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