Lima — En medio de la desaceleración económica que afecta a la economía peruana, la inversión privada ha sido una de las actividades más afectadas: con expectativas empresariales pesimistas y un clima adverso a nivel local, este componente de la economía peruana ya cerró tres trimestres consecutivos en rojo; y la mayoría de economistas apuntan que el segundo trimestre de este 2023 -cuyos resultados se conocerán los próximos días- no ha sido la excepción.
Así, sin considerar los datos de pandemia, la inversión del sector privado habría registrado en el primer semestre de este 2023 uno de sus peores resultados en 24 años: en concreto desde 1999, cuando la inversión privada cayó un 23% durante los dos primeros trimestres del año.
“Estimamos que la inversión privada tuvo un retroceso de 9,5% durante el segundo trimestre de este año”, comentó a Bloomberg Línea Teo Crisólogo, economista del Instituto Peruano de Economía (IPE). “Si sumas la caída del primer trimestre (-12%), la inversión privada en el primer semestre del año habría caído casi 11%″, remarcó el especialista.
Crisólogo recordó que la inversión privada ha sido impactada de forma clave a inicios de este año por la combinación de factores como la crisis social, con protestas y bloqueos de carreteras a nivel nacional, y las anomalías climáticas, como el paso del ciclón Yaku y el inicio de los embates de El Niño costero. En el segundo trimestre la economía de Perú siguió sufriendo el choque de El Niño costero, con la segunda temporada de pesca cancelada y un PBI primario afectado por el impacto que ya lastraba desde el primer trimestre.
El contexto caótico del ambiente político en Perú no ha ayudado. Desde abril del 2021 se mantienen pesimistas las expectativas de la economía peruana a tres meses, un indicador clave para las inversiones en el corto plazo, y aunque han mejorado en los últimos meses, todavía no logran pasar al tramo del optimismo.
“Es un año malísimo, para olvidar”, precisó Eduardo Jiménez, socio de la consultora Macroconsult. “Estamos esperando caídas importantes de la inversión privada; el sector construcción está muy mal y nos indica por dónde va la tendencia”, apuntó.
El segundo semestre mejorará, pero no lo suficiente
Para la segunda mitad de año las expectativas no son tan negativas, pero aún así la previsión es de un cierre negativo al culminar el 2023. Jiménez precisó, por ejemplo, que esperan que por un rebote o efecto estadístico la construcción tenga menos caídas como sector en los siguientes meses, pero prevé que recién se podrían ver tasas positivas en el rubro hacia diciembre.
“La inversión privada se mantendrá en negativo todo el año. Ciertamente no persistirá en tasas tan negativas, como hemos visto en la primera parte, pero tenemos un estimado de -8% para el cierre de 2023”, dijo el economista de Macroconsult.
En esa línea, Crisólogo resaltó que para que haya una mejora este segundo semestre en la inversión del sector privado será clave lo que ocurra con las expectativas empresariales y la confianza entre el empresariado, donde se han visto algunas señales positivas.
“El dato de julio de la confianza empresarial en los sectores más vinculados a la inversión está en su nivel de confianza más alto desde abril de 2021 y es un dato no menor. La confianza de esos sectores estaba mucho más pesimista que los que registraban sectores vinculados al consumo”, destacó el economista.
De otro lado, Juan Carlos Odar, director de Phase Consultores, enfatizó que hay una luz de esperanza para la inversión privada en la evolución de las importaciones, tras el último dato de las importaciones de bienes de capital. Estas aumentaron un 7,2% en junio, principalmente por maquinaria y equipo destinado a sector manufactura, transporte y telecomunicaciones.
“Esa puede ser una señal de inicio de recuperación de la inversión en el tercer trimestre. Las importaciones de bienes de capital ya alcanzaron su punto de inflexión. Podría anunciarnos que en tercer trimestre hayan mejores tasas”, consideró Odar.
Desde el IPE, de acuerdo a Crisólogo, se espera que la caída en el segundo semestre se modere a la mitad de lo que fue la caída durante el primer semestre. “El escenario base lo manejamos alrededor de eso por la recuperación de la inversión no minera, que tuvo un fuerte desplome. En el primer semestre habría caído 9%. Debería darse cierta recuperación”, puntualizó.
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