Bloomberg Línea — En la mañana de este martes, 20 de agosto, partió el primer vuelo de repatriación de migrantes irregulares de Panamá a Colombia, con la financiación del Gobierno de los Estados Unidos.
Quien confirmó el despegue del avión de Ciudad de Panamá con destino a Medellín fue el director del Servicio Nacional de Migración (SNM) del país centroamericano, Roger Mojica. En el vuelo viajaron alrededor 30 colombianos con antecedentes penales, entre ellos, quien sería un sicario de la estructura narcotraficante Clan del Golfo.
El vuelo solo es el primero de los que tiene contemplados Panamá para deportar a quienes ingresen al país de manera ilegal a través de la selva del Darién, un lugar que hasta hace algunos años parecía intransitable, pero que últimamente está siendo utilizado como corredor de paso para los que se dirigen a los Estados Unidos en busca del sueño americano.
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Mojica explicó, en conferencia de prensa, que el Gobierno del presidente José Raúl Mulino ya está adelantando operaciones diplomáticas para repatriar a ciudadanos de otras partes del mundo, desde Ecuador hasta India, en los próximos días.
Además, afirmó que la deportación aplicará “tanto a los que tienen antecedentes penales como aquellos que ingresen de manera irregular al país, que son todos los que entran por el Darién”.
Solo el año pasado, 520.085 migrantes atravesaron la selva del Darién desde Colombia, de acuerdo con la Defensoría del Pueblo de este país. Y del 1 de enero al 20 de junio de 2024, la cifra iba en 186.969, según Migración Panamá.
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“En su mayoría han ingresado al país a través de la selva de Darién, 122.616 venezolanos, 12.839 ecuatorianos y de Colombia 12.059″, informó la autoridad panameña.
Un vuelo con el auspicio de los Estados Unidos
El vuelo de repatriación contó con el financiamiento de los Estados Unidos, que el pasado 1 de julio firmó un convenio con Panamá para contener la migración irregular en el centro y el norte del continente sudamericano.
El acuerdo, que cuenta con el respaldo de US$6 millones del Gobierno de los Estados Unidos, “forma parte del enfoque integral regional para abordar la migración irregular”, conforme con la embajada de ese país en Panamá.
El pacto entre países fue firmado el mismo día en que José Raúl Mulino llegó a la presidencia de Panamá. Sin embargo, no es la única medida que ha tomado su Gobierno en menos de dos meses contra la migración irregular.
Los primeros días de julio, por ejemplo, ordenó el cierre de tres pasos terrestres en El Darién, cerca de la frontera con Colombia, lo que desembocó el aglutinamiento de viajeros en la subregión del Urabá.
“Quiero anunciarle al país que la frontera del Darién está nuevamente a salvo de ese problema, que no es un problema de Panamá, es un problema que pasa por Panamá”, dijo Mulino acerca de la migración, tras el cierre de los pasos terrestres.
El mandatario panameño ha sido enfático en que no permitirá que “Panamá sea un camino abierto para los migrantes”.