Bloomberg Línea — Los Gobiernos de Colombia y Panamá avanzan en un proyecto de interconexión eléctrica que no solo beneficiará a estos países, sino que integrará energéticamente a Sudamérica y Centroamérica. La inversión estimada es de US$800 millones y el proyecto entraría en operación en 2028.
La iniciativa fue contemplada desde 2009, pero se retomó solo hasta el pasado 16 de diciembre, con la reunión entre autoridades de Ambiente, Energía, Relaciones Exteriores y de Finanzas de ambos países en Ciudad de Panamá.
El proyecto tendrá una extensión de 500 km, de los cuales 220 se ubican en territorio panameño, 150 en territorio colombiano y 130 en un tramo marino entra ambos países, según el Ministerio de Energía y Minas de Colombia. Además, estará en capacidad de 400 megavatios (MW) de energía, utilizando como tecnología la corriente directa HVDC, que ofrece beneficios técnicos, económicos y ambientales.
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En términos prácticos, la primera fase de esta interconexión ayudará a Colombia a disminuir la probabilidad de un déficit energético. Entretanto, reducirá los constes energéticos a Panamá, con una disminución de hasta US$40 megavatios hora (MWh).
El proyecto también fortalecerá la conexión entre los sistemas eléctricos de la región Andina y Centroamérica, posicionando a Colombia y Panamá como un hub energético regional.
También “permitirá una mayor integración de fuentes renovables, contribuyendo a la reducción de emisiones de CO₂ en más de 2,8 millones de toneladas”, según el Ministerio de Minas colombiano.
¿En qué fase está el proyecto de interconexión eléctrica?
Actualmente, la iniciativa completó la fase de estudios de impacto ambiental y la inspección marina en ambos países. Sin embargo, tiene pendiente terminar las consultas en las comunidades que se verían impactadas: seis de doce en el caso colombiano y dos comarcas del lado panameño, las de Guna Yala y Emberá Alto Bayano.
“El principal mensaje es que el proyecto permita los más altos estándares ambientales. Que permita una clara, directa y sincera participación de las comunidades donde tendría impacto, pero sobre todo su objetivo principal: la descarbonización de nuestras economías, desarrollar la transición energética y mejorar la matriz energética de los continentes que estamos uniendo con este proyecto”, aseguró el ministro de Minas de Colombia, Andrés Camacho.
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El avance también fue celebrado por el canciller de Panamá, Javier Martínez-Acha, que recalcó los beneficios que traerá al país: “La interconexión eléctrica no es solo un proyecto de infraestructura, es una herramienta para fortalecer la seguridad energética, aprovechar el potencial de nuestras fuentes renovables y consolidar a Panamá como un puente energético entre el norte y el sur de la región”.
La Organización Latinoamericana de Energía (Olade), que también participó en el encuentro, subrayó la importancia de que la interconexión eléctrica entre Colombia y Panamá pueda concretarse.
“Para Olade es muy satisfactorio haber participado en esta importante reunión, que marca un hito en este proyecto tan anhelado de interconexión eléctrica entre Panamá y Colombia, que definitivamente es un proyecto que no solamente involucra los dos países, sino a dos regiones. Cuando este proyecto se convierta en una realidad, permitirá que Centroamérica y Sudamérica estén eléctricamente conectados”, expuso Medardo Cadena, asesor del secretario ejecutivo de la Olade.