Ciudad de México — S&P Global Ratings ratificó la calificación crediticia para la ferroviaria GMéxico Transportes, luego de la controversia generada por la toma de una vía por el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, para el proyecto del Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec.
Los tramos ocupados, que son operados por la subsidiaria Ferrosur, representan 1,2% del total de vías concesionadas a la empresa, dijo la calificadora en una nota. Los tramos van de Medias Aguas a Coatzacoalcos, de Hibueras a Minatitlán y de El Chapo a Coatzacoalcos.
“En nuestra opinión, la decisión del Gobierno de ocupar temporalmente algunos tramos ferroviarios que opera Ferrosur desde 1998, bajo su título de concesión, no causa riesgos operativos ni financieros considerables que afecten la capacidad de pago de GMéxico Transportes”, escribió S&P Global Ratings en una nota.
La calificadora reafirmó su calificación para la ferroviaria de mxAAA, el primer lugar dentro del grado de inversión, con una perspectiva estable que refleja que la expectativa de que la empresa reportará resultados operativos y financieros sólidos “a pesar de la toma en cuestión”.
No obstante, S&P no descartó la posibilidad de una baja en caso de que un evento similar se presente en otras de las instalaciones. Los analistas de Actinver, Valentín Mendoza, Ramón Ortiz y Héctor Carranza señalaron en una nota del 22 de mayo que el efecto de la toma aún está por conocerse, dada su naturaleza simbólica.
“En este contexto, consideramos que esta noticia podría ser un factor de volatilidad de corto plazo en las empresas listadas que operan concesiones, como los grupos aeroportuarios (ASUR, GAP y OMA) y el holding de GMéxico Transportes, Grupo México, por la incertidumbre relacionada con el retorno de los riesgos idiosincrásicos en el panorama de inversión, impulsado por el simbolismo de este movimiento per se, más que por su impacto potencial”, escribieron los analistas de Actinver.
GMéxico Transportes forma parte del conglomerado Grupo México del empresario Germán Larrea, quien se perfilaba como un potencial comprador de Banamex. La opción de una venta directa fue desechada por la vendedora Citigroup días después de la ocupación de las instalaciones.
El viernes 19 de mayo, fuerzas armadas tomaron las instalaciones de Ferrosur del tramo que va de Coatzacoalcos a Media Aguas para la ocupación temporal para que la vía sea utilizada por el Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec. A pesar de la ocupación, la empresa ha continuado con sus operaciones, bajo la vigilancia de la Secretaría de Marina.
La toma se dio en medio de negociaciones entre empresa y Gobierno luego de que AMLO desechó un acuerdo previo para el uso de esas instalaciones.
La ferroviaria dijo que a inicios de 2022 firmó un acuerdo con las secretarías de Gobernación y Comunicaciones y Transportes, que consideraba la construcción por la empresa de una segunda vía, que sería operada con independencia por el Gobierno. El costo del proyecto, de cientos de millones de pesos, sería cubierto mediante las regalías que paga la empresa al Gobierno cada año.
Luego del fin de ese acuerdo, el Gobierno y la empresa iniciaron negociaciones, en medio de ellas se dio la toma de las instalaciones. AMLO busca ahora acordar que los trenes que operarán las Fuerzas Armadas paguen una cuota a GMéxico Transportes por llegar a Veracruz. A su vez, GMéxico Transportes pagará al Gobierno el derecho de paso en los tramos ferroviarios tomados.
En México, el sistema ferroviario es propiedad del Gobierno Federal y se opera al amparo de concesiones otorgadas a varias empresas. GMéxico Transportes tiene concesionados en México poco más de 9.954 kilómetros de vías férreas.