Ciudad de México — El aumento del salario mínimo en México tiene implicaciones positivas para los trabajadores que tendrán unos pesos más en el bolsillo, pero también representan un desafío en materia fiscal, laboral y económica.
El Consejo de Representantes de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) acordó aumentar 12% el salario mínimo general y el salario mínimo en la Zona Libre de la Frontera Norte (ZLFN).
El salario mínimo general subirá de $248.93 a $278.80 pesos mexicanos diarios a partir del 1 de enero de 2025, mientras que el salario mínimo en la frontera se incrementará de $374.89 a $419.8 a pesos diarios en 2025.
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Alejandro Avilés, consejero del sector obrero ante la Conasami, dijo en entrevista que, entre los aspectos positivos del alza salarial, se encuentra que se cumple con el mandato legal, y ahora constitucional, de que el salario mínimo siempre esté por arriba de la inflación del año anterior.
Con ello se busca que el salario mínimo recupere el máximo poder adquisitivo que tuvo en 1976, además de que con las alzas salariales México está dejando el sótano en cuanto a salario mínimo en la región.
El aumento salarial también resulta positivo para instituciones recaudadoras de contribuciones como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) y el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
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Entre las implicaciones no tan positivas del aumento al salario mínimo general y que representan un desafío hacia futuras fijaciones salariales, se encuentra la presión sobre las negociaciones colectivas, ya que el alza ha originado que en muchas empresas los tabuladores se hayan quedado a la par del salario mínimo.
Es decir, el aumento al mínimo ha acercado más este salario a los salarios medios, lo que ha desaparecido niveles salariales en el escalafón, por lo que un desafío es lograr hacia delante mecanismos de negociación que rompan esa barrera del salario mínimo, dijo Avilés.
Otro reto es referente a la Ley del Impuesto Sobre la Renta (LISR) y el artículo 94 que establece una serie de rangos para el entero de ese impuesto. El integrante del sector obrero dijo que un pendiente es lograr que el incremento al salario mínimo no se diluya a partir de los impuestos que las personas trabajadoras tienen que enterar al SAT.
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Una implicación del incremento salarial se refleja en los salarios profesionales. Avilés, quien también es presidente del Colegio de Abogados Laboralistas de la Ciudad de México, comentó que todavía no se logra modificar el listado de las profesiones y oficios.
Expuso que, si bien se han incluido algunas categorías nuevas a ese listado, muchas de ellas están ligeramente por encima del salario mínimo general.
“Cuando sube el salario siempre hay riesgos que tienen que ver con cómo va la economía, me parece que mientras la economía del país se mantenga estable puede dar lugar a que los incrementos se mantengan, pero hay desafíos que va a enfrentar la planta productiva”
Alejandro Avilés, consejero obrero de Conasami
Rolando Silva, integrante de la Comisión Técnica de Seguridad Social del Colegio de Contadores Públicos de México, dijo en entrevista que el aumento de 12% “no es poco”, se trata de un alza importante, aunque la magnitud del incremento sea menor que el 20% que recibió el salario para este 2024.
“Desde el punto de vista del trabajador nunca podemos estar en contra de que gane más salario, pero nos preocupa que el salario mínimo en ninguna circunstancia es un concepto que está exento para el ISR, o sea, es un concepto gravado, sin embargo, la Ley de ISR prohíbe que se haga una retención al trabajador”, expuso.
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Guillermo Mendieta, integrante de la Comisión Técnica de Auditoría Fiscal del Colegio de Contadores Públicos de México, señaló en entrevista que se deben revisar las tablas de ISR y actualizarse para que el trabajador que gane el salario mínimo no pague impuestos.
Destacó que el aumento de 12% es positivo para el trabajador, pero para los patrones este incremento significará pagar más impuestos y trasladar esos costos al consumidor final en aumento de precios.
“El aumento pudiera implicar aumentos en la inflación. Hablando de empresas pequeñas o medianas, de las Mipymes que van al día y generan menos de 10 empleos, yo creería que ahí el aumento de 12% se va a ver reflejado o repercutido en el precio final al consumidor”, subrayó.
