Petroleras privadas buscan nuevo régimen fiscal para producir más gas en México y dejar de importarlo

El potencial petrolero de México se ubica mayoritariamente en zonas que requieren fractura hidráulica

Petroleras privadas buscan nuevo régimen fiscal para producir más gas en México y dejar de importarlo
19 de agosto, 2024 | 02:47 PM

Ciudad de México — Las empresas petroleras persiguen un nuevo régimen fiscal para producir más gas en México y dejar de importarlo, dijo la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos, conocida como Amexhi.

El director general del lobby energético, Merlin Cochran, comentó que el reto para desarrollar recursos no convencionales, el nombre técnico para el petróleo y gas shale que se obtiene mediante fractura hudráulica (fracking), no es tecnológico, sino que Estados Unidos tiene el gas más barato del mundo.

”Se tiene que desarrollar un régimen fiscal específico para poder competir en lugar de estar diciendo ‘vamos a importar’, pues vamos a incentivar que de aquí (en México) salga”, respondió a Bloomberg Línea durante la presentación de un documento con propuestas para el sector titulado “2030, México en crecimiento”.

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La reforma energética de 2013 acabó con el monopolio de Pemex en exploración y producción de gas y petróleo y estableció un nuevo régimen fiscal para la industria.

El 53% del potencial petrolero de México —59.900 millones de barriles de petróleo crudo equivalente—, conocido como recursos prospectivos, se encuentra sin asignar a alguna empresa, de acuerdo con cifras de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).

”La mayoría de ese 53% son recursos no convencionales. En otras palabras, el futuro de México petrolero es no convencionales”, expresó Cochran.

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México es un importador neto de gas natural desde 2015, según datos disponibles de la Secretaría de Energía. Al cierre de 2023, el país importó 71% del gas que consume, mayoritariamente desde Estados Unidos vía ducto.

Este recurso es estratégico porque se utiliza para producir 60% de la electricidad. El Gobierno mexicano del presidente Andrés Manuel López Obrador tiene una política de soberanía energética que persigue la autosuficiencia, pero solo en gasolina y diésel.

AMLO, como se conoce al mandatario, ha criticado el fracking por su alto consumo de agua. El potencial petrolero no convencional se concentra en el norte del país, una región con problemas significativos de escasez de agua. Incluso López Obrador envió una iniciativa al Congreso para prohibir el fracking, la cual se aprobó en comisiones de la Cámara de Diputados para su eventual discusión y votación con una reserva para que el presidente haga excepciones estratégicas para el desarrollo nacional.

Actualmente, las empresas privadas producen 95.000 barriles diarios con los contratos que ganaron gracias a la reforma energética, equivalente a 5% de la producción nacional de petróleo, pero su meta del sexenio era extraer 280.000 barriles diarios, casi el triple.

Aunque el Gobierno mexicano ha cerrado la puerta a más rondas petroleras, Amexhi estima que si se reactivan anualmente México podría beneficiarse en los siguientes 20 años con un aumento de producción cercano al millón de barriles diarios y 2.400 millones de pies cúbicos de gas, contraprestaciones al Estado por US$104.000 millones y US$56.000 millones invertidos en proveeduría nacional.

Alberto de la Fuente, presidente de Amexhi y de Shell México, dijo que las empresas petroleras también están abiertas a las asociaciones con Pemex, la cuales ya ocurren como el caso de los campos Zama y Trión.

Nota del editor: Esta historia se actualizó a las 18:50 horas con información en el tercer párrafo