Ciudad de México — El nearshoring está en una etapa inicial en la que empresas mexicanas se sienten beneficiadas por la relocalización de las cadenas de suministro al registrar aumentos en su producción, ventas o inversión, de acuerdo con el reporte regional octubre-diciembre 2023 de Banco de México (Banxico).
El proceso de relocalización ha beneficiado tanto a las empresas mexicanas como al resto, si bien la proporción que ha percibido impactos positivos es mayor entre las que reportaron nexos directos con el mercado externo, de acuerdo con la Encuesta Mensual de Actividad Económica Regional (EMAER) realizada por Banxico.
La información de la encuesta -aplicada a 1.619 empresas y levantada en julio de 2023- refleja que el nearshoring podría estar reflejando una etapa inicial que puede ya haberse empezado a concretar dado que involucra cambios que pueden implementarse en el corto plazo.
La materialización de otras fases del proceso de relocalización podría tomar más tiempo e involucrar la llegada de empresas extranjeras al país o mayores inversiones nacionales o internacionales en respuesta a los cambios en la configuración de las cadenas de suministro mundiales.
Alejandrina Salcedo, economista en jefe de Banxico, dijo en conferencia de prensa que el reporte muestra que las empresas están viendo una mayor demanda para satisfacer lo que Estados Unidos les está pidiendo de mayor producción.
Indicó que de aquellas empresas que declaran estar siendo beneficiadas por la relocalización, el 72,5% se autodefinen como empresas 100% mexicanas.
“Esto significa que las empresas que se están beneficiando de la relocalización son mayoritariamente mexicanas (…) vemos respuestas de los empresarios de beneficios de relocalización en todas las regiones”
Alejandrina Salcedo, economista en jefe de Banxico
El reporte de Banxico indicó que el grupo de empresas mexicanas que reportaron impactos positivos por la relocalización está compuesto en mayor proporción por compañías manufactureras y especialmente exportadoras en comparación con el universo de compañías mexicanas grandes que operan en el país.
La forma más explícita en la que se piensa en el fenómeno de relocalización de las cadenas productivas es la transferencia física de líneas de producción o fábricas a México o la llegada de nuevas empresas extranjeras que, en otro escenario, se hubieran establecido en lugares distintos.
Sin embargo, apunta el reporte, la relocalización también puede implicar una mayor demanda por parte de clientes establecidos en Estados Unidos que buscan obtener sus insumos desde lugares más cercanos o diversificar su red de proveedores, que es lo que estaría sucediendo en México en una fase inicial del nearshoring.