Bloomberg — La apresurada renuncia de los principales miembros del Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador a sus cargos marcó el comienzo de la campaña de tres meses del partido Morena para elegir un sucesor para el carismático líder mexicano conocido como AMLO.
López Obrador, que a lo largo de su mandato ha mantenido casi 60% de la aprobación de los votantes, ha dicho que no elegirá personalmente a su sucesor para las elecciones presidenciales de 2024. En su lugar, se supone que Morena elegirá a su candidato en septiembre después de realizar una serie de encuestas.
Los que competían hasta entonces renunciaron a sus cargos esta semana: El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, la jefa de Gobierno de Ciudad México, Claudia Sheinbaum, el líder de la mayoría en el Senado Ricardo Monreal y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López.
Ninguno de ellos tiene la misma influencia que AMLO, quien se postuló dos veces a la presidencia antes de ganarla en 2018, pero se encuentran entre los negociadores que han sido clave para su Gobierno.
“No es que estén renunciando por ineficientes, al contrario, están renunciando porque son los mejores dirigentes de nuestro movimiento y son los que pueden llevar a buen puerto esta embarcación, que ya tiene rumbo”, dijo AMLO durante su conferencia de prensa el viernes.
En total, se prevé que sean seis políticos de Morena y sus aliados los que compitan en el período informal de campaña que comienza ahora. Tan parecido es este proceso a una campaña real que los miembros de la oposición ya presentaron quejas ante las autoridades electorales de que el partido gobernante tiene una ventaja injusta.
Será difícil igualar la popularidad del presidente, que llevó a Morena a la fama nacional. Su plataforma centrada en erradicar la corrupción, ayudar a la clase trabajadora mexicana y criticar a la élite política de la nación ha resonado entre los votantes, y sus viajes por todo el país lo han convertido en un rostro familiar en pueblos distantes, eso aunque al mismo tiempo se haya enfrentado a críticas por sus medidas de austeridad, su respuesta a los movimientos sociales y sus ataques de mano dura contra todos, desde altos magistrados hasta árbitros electorales.
“Cuanto más atractivo sea el candidato, mejor será su efecto de arrastre”, dijo Jorge Buendía, director de la empresa encuestadora Buendía & Márquez. “La posibilidad de retener la presidencia es alta independientemente de quién sea el candidato, pero hay diferencias importantes”.
Morena decidió que, junto con encuestadoras independientes, tabulará las preferencias de los votantes de múltiples partidos antes del 6 de septiembre. Dado que técnicamente no es temporada de campaña, el ganador será nombrado coordinador nacional, pero se entenderá que encabezará la boleta de Morena en junio de 2024.
También se espera que los candidatos financien sus propias campañas no oficiales en lugar de recibir fondos del partido, dijo el líder nacional de Morena Mario Delgado.
No más ‘dedazo’
Durante años, se dijo que los presidentes mexicanos elegían a sus sucesores dentro de su propio partido en un acto comúnmente conocido como el “dedazo”, que se refiere al tipo de designación a dedo que catapultaba a la gente a la posición más alta del país. El PRI, que gobernó México de manera ininterrumpida durante gran parte del siglo XX, fue famoso por usar esta táctica para nombrar sucesores del círculo del presidente y así mantener el control dentro del partido hegemónico durante décadas.
López Obrador ha sostenido que el sistema de encuestas es más democrático, pero no se espera que rehúya dar a conocer sus opiniones.
“Todos ellos están compitiendo en la línea de ser el líder más leal o eficiente para darle continuidad al proyecto de López Obrador”, dijo John Ackerman, profesor de derecho y exasesor de AMLO. “El presidente es el que va a decidir pero la forma en que va a decidir no será a través del dedazo, sino influyendo en la opinión pública”.
Las encuestas han servido para elegir a los candidatos de Morena a la gubernatura en las últimas contiendas, incluida Delfina Gómez a principios de este mes. Su victoria en el Estado de México, que tiene más votantes registrados que cualquier otro, sugirió que Morena sigue teniendo un amplio apoyo, incluso si hay áreas donde los votantes sienten que el partido ha sido una decepción.
“El diablo está en los detalles, por supuesto: quién hace las encuestas y cómo se diseñan”, dijo Ackerman. “Las encuestas solo se hacen públicas de vez en cuando. Los resultados se hacen públicos, pero no la metodología interna, las bases de datos, las preguntas”.
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