Ciudad de México — La Junta de Gobierno de Banco de México (Banxico) consideró que el panorama inflacionario sigue siendo complejo e incierto, aunque con algunas presiones que se están moderando, por lo que dos subgobernadores evalúan una tasa de interés terminal de 11,25%, que es el nivel que alcanzó el referencial en la decisión de final de marzo.
Lo anterior se deprende de la Minuta de la reunión de la Junta de Gobierno de Banxico con motivo de la decisión de política monetaria anunciada el 30 de marzo de 2023, cuando los subgobernadores subieron por unanimidad en 25 puntos base la tasa de interés para dejarla en un nivel de 11,25%.
Asimismo, la mayoría de los subgobernadores consideró que hacia delante se debe valorar la postura monetaria ya alcanzada, mientras que tres miembros de la Junta hicieron énfasis en la comunicación del banco central para reforzarla y alinearla al objetivo de anclar las expectativas de inflación.
Este último punto mereció una opinión disidente de la subgobernadora Irene Espinosa, quien por segunda vez consecutiva emitió esta opinión diferenciada para reiterar la necesidad “impostergable” de evaluar la política de comunicación, ya que la guía futura del último comunicado presenta una visión de muy corto plazo e incompleta.
“La guía futura del presente comunicado (del 30 de marzo) se limita únicamente a la próxima decisión y omite comunicar que anticipamos que la postura monetaria tenga que mantenerse en terreno restrictivo durante dos años para lograr la convergencia de la inflación a la meta puntual del 3%”, dijo Espinosa.
Tasa terminal a la vista para dos miembros de la Junta
Un miembro de la Junta aseveró que el contexto actual brinda la oportunidad de desacelerar el ritmo de aumento de la tasa de referencia y considerar la posibilidad de alcanzar la tasa terminal del ciclo actual de tasas.
En ese sentido, estimó que en la próxima decisión (18 de mayo) se determinará si la evolución de los datos permite confirmar el nivel de 11,25% como tasa terminal o si se requerirá un ajuste adicional.
Manifestó que, una vez alcanzado dicho nivel, en la siguiente fase del ciclo monetario la tasa deberá permanecer fija por el tiempo necesario para consolidar la convergencia de la inflación y, durante dicha fase, debe mantenerse la postura restrictiva con una tasa real ex-ante alrededor del 7%, considerando que la reducción en la inflación esperada se traduce en incrementos de la tasa real ex-ante.
Otro miembro de la Junta puntualizó que con el ajuste de 25 puntos base a la tasa de interés en marzo, el referencial habrá acumulado un aumento de 725 puntos base, llevando la tasa real de corto plazo a un nivel “claramente” restrictivo de aproximadamente 6,5%.
Añadió que desde septiembre pasado la tasa real ex-ante se ubica por encima del límite superior del rango neutral, por lo que el impacto de la restricción monetaria será más notorio en los próximos trimestres.
Anotó que la tasa real ex-ante continuará incrementándose en la medida en que las expectativas de inflación disminuyan.
Consideró que el ajuste propuesto (25 puntos base) consolidaría la postura monetaria y brindaría margen para evaluar los efectos del incremento significativo de la tasa de política, por lo que, en ausencia de nuevos choques, hacia delante sería conveniente mantener la postura que se alcanzaría con esta decisión.