Ciudad de México — Tres miembros de la Junta de Gobierno de Banco de México (Banxico) están abiertos a que se retome la discusión de los recortes de la tasa de interés en las siguientes reuniones de política monetaria.
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De acuerdo con la Minuta publicada este jueves 11 de julio, correspondiente a la decisión monetaria anunciada el 27 de junio de 2024, se perfila un voto dividido de la Junta de Gobierno en la próxima reunión del 8 de agosto, en el sentido de ajustar a la baja la tasa de interés.
En la reunión de junio, la mayoría de los miembros de la Junta votaron por mantener la tasa de interés sin cambio y en un nivel de 11%; solo el subgobernador Omar Mejía Castelazo votó a favor de reducir en 25 puntos base el referencial.
La minuta de Banxico mostró que los banqueros centrales discutieron sobre la volatilidad postelectoral observada en el mercado local ante factores idiosincráticos.
Estos factores -que el banco no menciona de forma específica- son la supermayoría de Morena en el Congreso tras el triunfo de Claudia Sheinbaum en la elección presidencial.
No obstante, también ponderaron factores como el proceso desinflacionario y la inminente desaceleración de la economía.
Miembros a favor del recorte de la tasa de interés
Un miembro detalló que la volatilidad financiera de este mes condujo a que prevalezca un entorno de mayor incertidumbre en relación con decisiones anteriores, si bien en los últimos días (de junio) la volatilidad se moderó en línea con los fundamentos macroeconómicos del país.
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Subrayó que, si bien la postura monetaria es indudablemente restrictiva, ante la incertidumbre decidió, por esta ocasión, prolongar la pausa para seguir evaluando tanto el proceso desinflacionario como la transmisión de la política monetaria.
Expresó que de ser consistentes con lo anticipado y si las condiciones macroeconómicas contribuyen a impulsar una dinámica de precios más favorable, sería apropiado retomar los ajustes a la baja, con la finalidad de buscar un equilibrio más eficiente en la conducción de la política monetaria.
Otro miembro enfatizó que la pausa de junio no significa que se deje de contemplar la posibilidad de recortes en las próximas reuniones.
Recordó que a pesar de las fluctuaciones que ha exhibido la inflación general durante este año, esta permanece en niveles visiblemente menores a los máximos registrados en este episodio inflacionario.
Mencionó además que desde la última reunión de política monetaria la inflación subyacente, que refleja mejor la tendencia de la inflación, continuó disminuyendo. En este sentido, prevé que la perspectiva es que la desinflación prosiga a lo largo del horizonte de pronóstico.
En este contexto, subrayó que el instituto central se encuentra en una etapa en la cual los avances en la desinflación y el grado de restricción monetaria prevaleciente permiten discutir la posibilidad de recortes y que, en su opinión, esto se hará en las próximas reuniones.
Mejía Castelazo dijo en su voto disidente que se debe hacer una reflexión profunda sobre el nivel de restricción apropiado en el contexto actual, caracterizado por el “innegable” progreso en el panorama inflacionario y la perspectiva de mayores condiciones de holgura.
Por ello también es apropiado conducir la política monetaria con un enfoque prospectivo, y no sobreponderar la evolución de la no subyacente, sobre la cual la política monetaria tiene poca incidencia. Por lo anterior -sostuvo- considera apropiado realizar un ajuste en la restricción.
Miembros con cautela sobre el recorte de la tasa de interés
Un miembro expresó que la comunicación de Banxico debe enfatizar un enfoque de cautela y de dependencia en los datos.
Estimó que, ante la situación actual de elevada incertidumbre y volatilidad financiera, una reducción a la tasa de referencia (en junio) sorprendería a la mayoría de los participantes del mercado y podría generar mayor volatilidad cambiaria y elevar las expectativas de inflación.
Argumentó que el no modificar la tasa objetivo coadyuvará a mantener el anclaje de las expectativas de inflación y a fortalecer la credibilidad del banco central y su compromiso con el mandato prioritario de estabilidad de precios.
Un miembro opinó que se requiere una elevada y prolongada postura restrictiva ante el rezago de sus efectos sobre la demanda agregada y la baja eficacia de sus mecanismos de transmisión.
Señaló que para continuar con los ajustes finos se requiere una tendencia descendente en la inflación de servicios, una mejora sustancial en las expectativas inflacionarias y que la convergencia a la meta de inflación proyectada a finales de 2025 se vaya materializando.
Externó que ante la mayor incertidumbre se debe tener sumo cuidado con las señales enviadas.
Afirmó que mantener la tasa sin cambio (en junio) indica cautela y envía el mensaje de que no se está satisfecho con la dinámica inflacionaria. Sostuvo que la dirección de los ajustes futuros representará una señal aún más fuerte que el nivel de la tasa objetivo per se.