Ciudad de México — Dos miembros de Banco de México (Banxico) valoran recortar la tasa de interés en mayor magnitud ante el proceso desinflacionario y con miras a la última reunión de política monetaria del 2024, la cual se enmarca en un periodo de volatilidad en los mercados financieros tras la victoria de Donald Trump de la elección presidencial en Estados Unidos.
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La Minuta de Banxico correspondiente a la decisión de política monetaria anunciada el 14 de noviembre de 2024, mostró una división de la Junta de Gobierno en cuanto al ritmo y magnitud que se debe seguir en las siguientes reuniones para el ajuste a la tasa de interés que hoy se encuentra en un nivel de 10,25%.
De los cinco miembros que integran la Junta de Gobierno, dos se pronunciaron por continuar con los ajustes en la tasa y subir la magnitud de los recortes; dos miembros consideraron que se debe avanzar con gradualidad y uno opinó que se debe calibrar la postura monetaria.
Desde que Banxico inició los recortes de la tasa en marzo de este año, la magnitud de los ajustes ha sido de 25 puntos base.
Banxico tendrá el 19 de diciembre su última reunión monetaria del año y los analistas esperan por amplio consenso que el banco central ajuste en 25 puntos base la tasa de interés para dejarla en un nivel de 10%, de acuerdo con la Encuesta Citibanamex de Expectativas.
Solo tres de los 31 participantes de la encuesta esperan un recorte de 50 puntos base.
A favor de valorar magnitud de recortes
Un miembro dijo que, hacia delante, si bien cada decisión debe tomarse incorporando toda la información adicional disponible, el panorama inflacionario es tal que se debe continuar con el ciclo de disminuciones a la tasa de referencia y comunicar al público esta perspectiva.
“En la próxima reunión, tomando en cuenta los niveles en los que ya se encuentra la inflación subyacente y dada la perspectiva de que siga descendiendo, podría considerarse ajustar la tasa en una mayor magnitud”, señala.
Enfatizó que la postura monetaria se mantendría todavía en terreno restrictivo, como aún se requiere.
Si bien el avance en la desinflación “es innegable”, el entorno que se enfrenta es complicado no solo porque no han terminado de desvanecerse los choques de los últimos años, sino porque eventos recientes apuntan a nuevos retos.
Otro miembro dijo que tomando en cuenta “el alto grado” de restricción bajo distintas métricas y los avances en el panorama inflacionario, hacia delante el ciclo de ajustes podría ser continuo y se podría valorar su magnitud. Expresó que ello no implica que se deje de contar con una postura restrictiva adecuada, la cual continuará siendo necesaria.
Piden gradualidad y prudencia en recortes
Otro miembro indicó que la marcada depreciación y la elevada volatilidad en el mercado cambiario que se registraron desde la decisión anterior podrían obstaculizar el proceso de desinflación.
Externó que un déficit fiscal para 2025 mayor a lo previsto generaría mayores presiones inflacionarias a las anticipadas.
Aseveró que todos estos factores de riesgo evidencian la necesidad de que la política monetaria se mantenga en terreno restrictivo por un periodo prolongado.
Enfatizó que se debe favorecer un enfoque de administración de riesgos para proteger la credibilidad en el compromiso de este Instituto Central con el objetivo prioritario. Añadió que ello elevará la probabilidad de lograr la convergencia de la inflación a la meta en el plazo previsto.
Un miembro externó que, en un entorno inédito, el nivel de la postura monetaria ha permitido mitigar los riesgos al alza para la inflación. Opinó que, con las condiciones macroeconómicas prevalecientes, existe espacio para continuar calibrando dicha postura “reunión por reunión”, con la finalidad.
Otro miembro agregó que se debe proceder con cautela y paciencia en este ciclo que comienza a apuntar hacia una normalización.
Expresó que el apego de las autoridades hacendarias a un plan de consolidación fiscal es fundamental para el anclaje de las expectativas de inflación.
Advirtió que las condiciones monetarias externas podrían limitar la magnitud de un potencial relajamiento y añadió que el contexto post electoral norteamericano muestra la necesidad de mantener un diferencial de tasas holgado para ayudar a amortiguar los choques de volatilidad en el tipo de cambio y en los mercados financieros.
“El entorno apunta a proceder con prudencia y gradualidad”.