Ciudad de México — Cuatro de los cinco miembros de Banco de México (Banxico) ven un reto en la comunicación del banco central sobre la expectativa que hay de un recorte de la tasa de interés en el primer trimestre del 2024, de acuerdo con la Minuta de la última reunión monetaria.
Banxico tuvo su última reunión del año el pasado 14 de diciembre y en ella decidió cerrar con una tasa de interés en 11,25%, lo que implicó dejar sin cambio el referencial por sexta vez consecutiva en medio de un proceso desinflacionario.
Días antes a la reunión monetaria, el 29 de noviembre, la gobernadora de Banxico, Victoria Rodríguez Ceja, dijo que el banco central evaluaría el recorte de la tasa de interés en el primer trimestre de 2024, así como su gradualidad.
La Minuta de la reunión de la Junta de Gobierno de Banxico reveló que cuatro de los cinco miembros ven en la comunicación del banco, que se basa principalmente en el comunicado de política monetaria y la guía futura en el mismo, un reto hacia delante en la antesala de una posible baja en la tasa de interés que se mantiene en 11,25% desde marzo de 2023.
Solo un miembro del instituto central no descartó que el primer ajuste fino a la tasa de interés pueda ser hasta el segundo trimestre de 2024.
Un primer miembro de la Junta opinó que persisten factores de riesgo que pueden obstaculizar la trayectoria prevista de la inflación hacia la meta de 3%, lo que podría dificultar la conducción de la política monetaria el próximo año.
Por ello, argumentó que la comunicación con respecto a la decisión debe preservar el tono de cautela y enfatizar que el balance de riesgos para la trayectoria prevista para la inflación permanece sesgado al alza. “Más que nunca se debe transmitir un mensaje de prudencia y cautela”.
Un segundo miembro opinó que la posición cíclica de la economía demanda una postura restrictiva, pero argumentó que existen factores idiosincrásicos que obstaculizan la transmisión de la postura restrictiva, como la falta de sincronización entre las políticas fiscal y monetaria.
Enfatizó que en 2024 debe mantenerse la cautela y prudencia para evitar un relajamiento prematuro y señaló que debe evaluarse algún ajuste fino en la tasa de referencia al final del primer trimestre o en el segundo de 2024. “Estos ajustes finos tendrían que administrarse de forma espaciada, gradual y con cautela, lo cual representará el principal reto de comunicación”.
Un tercer miembro consideró que, hacia delante, se tendrá el reto de calibrar tanto la magnitud de la restricción como su duración y añadió que la estrategia de comunicación deberá permitir suficiente flexibilidad en cada reunión, ya que la materialización de riesgos bajo una guía futura rígida podría conducir a inconsistencias temporales.
Un cuarto miembro dijo que el reto hacia delante consiste en ajustar el grado de restricción monetaria en un contexto desinflacionario no lineal. Estimó pertinente comunicar que, ante la evolución prevista del panorama inflacionario en su conjunto y la incertidumbre prevaleciente, los ajustes a la tasa serían graduales y no necesariamente continuos.
El quinto miembro de la Junta puntualizó que la inflación general aún permanece por arriba de la meta de 3% y que el balance de riesgos para su trayectoria prevista se mantiene sesgado al alza. En este contexto, mencionó que, en las reuniones del primer trimestre de 2024, al evaluar la posibilidad de reducir la tasa de referencia, habrá que proceder con cautela.
Apuntó que el enfoque de cautela significa que los ajustes a la baja, cuando las condiciones macroeconómicas los permitan, deberán ser graduales y que las decisiones serán tales que la postura monetaria permanezca sólida para lograr la convergencia de la inflación a la meta.