Ciudad de México — La mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno de Banco de México (Banxico) evalúa la posibilidad de bajar la tasa de interés en el primer trimestre de 2024, con lo que daría inicio el ciclo de recortes, pero de forma gradual y con cautela ante el proceso desinflacionario.
Cuatro de cinco miembros de la Junta de Gobierno pusieron sobre la mesa la posibilidad de recortar la tasa de interés en los primeros tres meses del próximo año, de acuerdo con la minuta de la reunión de la decisión de política monetaria anunciada el 9 de noviembre de 2023.
Banxico decidió dejar sin cambio por quinta vez consecutiva la tasa de interés en un nivel de 11,25% en la reunión del 9 de noviembre, pero suavizó el tono restrictivo del anuncio de política monetaria y ajustó ligeramente a la baja su pronóstico para la inflación general de corto plazo.
El banco central cambió la guía prospectiva para el mercado: pasó de mantener la tasa de interés en 11,25% por un “tiempo prolongado” a considerar el referencial en ese nivel “por cierto tiempo”.
¿Unanimidad en Banxico para recortar la tasa de interés en el primer trimestre de 2024?
El primer miembro de la Junta de Gobierno dijo que en las reuniones del primer trimestre de 2024 se podría comenzar a evaluar la posibilidad de ajustar a la baja la tasa de referencia.
Precisó que dicha opción estaría sobre la mesa y que las decisiones que se tomen estarán sujetas a la información disponible.
Añadió que habrá que actuar con cautela ante los retos que aún prevalecen para la inflación, por lo que cuando las condiciones macroeconómicas permitan ajustes a la baja, estos serían graduales, y dependiendo del desenvolvimiento del panorama inflacionario, no necesariamente se tendría un ciclo de disminuciones continuas.
Otro miembro indicó que, si bien existe la posibilidad de ajustar la postura monetaria en el primer trimestre del próximo año, ello está sujeto a supuestos relacionados con el panorama inflacionario, el cual puede cambiar rápidamente bajo este entorno adverso.
Estimó que por ello en la decisión del 9 de noviembre no era prudente ni necesario adelantar una señal que podría cambiar pronto (la tasa), sobre todo cuando el mercado ya ha internalizado la posibilidad de un primer recorte entre marzo y mayo del próximo año.
Mencionó que debe mantenerse una postura abierta, dependiente de los datos y volver a evaluar dicha comunicación en la siguiente decisión.
Hacia delante -apuntó- existen factores que pueden obstaculizar la trayectoria prevista para la inflación y tornar más compleja la conducción de la política monetaria. Destacó un crecimiento mayor al previsto; la política fiscal procíclica; y la posibilidad de presiones fiscales derivadas de las necesidades de apoyo a la población afectada por el huracán Otis.
Un miembro consideró que en las decisiones del primer trimestre de 2024 podría empezar a discutirse la posibilidad de un ajuste fino en la tasa de referencia. Esto dependerá de la información disponible y que la inflación se ajuste a la trayectoria pronosticada.
Sostuvo que en los próximos meses la tasa real ex-ante debe mantenerse en un rango entre 7% y 7,5% para garantizar la convergencia de la inflación a la meta, por lo que el ajuste fino mencionado sería para evitar que la tasa real ex-ante se sitúe fuera de ese rango.
Externó que debe dejarse claro que las decisiones del año entrante estarán sujetas a la evolución de los datos, con el fin de que la expectativa sobre el primer recorte no se anticipe ni se postergue de manera infundada.
El cuarto miembro en la minuta sostuvo que, considerando las mejorías en el panorama inflacionario y que los canales de transmisión están operando y continuarán incidiendo sobre la inflación en los próximos trimestres, se abre la posibilidad de discutir recortes en la tasa.
Expuso que, considerando los avances esperados en el panorama inflacionario, el primer recorte podría ocurrir a inicios del primer trimestre de 2024. Añadió que, ante la incertidumbre prevaleciente, los ajustes serían graduales y no necesariamente continuos.
Opinó que el reto es ajustar la postura para que sea congruente con una inflación que, aunque está aún por arriba de la meta, ya se encuentra en una trayectoria descendente.
El quinto miembro sostuvo que, ante el ambiente de incertidumbre en la toma de decisiones, el enfoque de política monetaria debe seguir siendo prudente, cauteloso y gradual, en línea con los retos que se siguen enfrentando para lograr la convergencia de la inflación.
Opinión disidente de la subgobernadora Irene Espinosa
La Junta de Gobierno decidió por unanimidad mantener la tasa de interés en 11,25% en la última reunión monetaria, sin embargo, la minuta mostró una opinión disidente de la subgobernadora Irene Espinosa referente a la comunicación del banco central.
La banquera central advirtió que, si bien la inflación ha continuado disminuyendo, la convergencia a la meta en el segundo trimestre de 2025 se ha vuelto más desafiante. “El compromiso de lograr la consolidación fiscal a partir de 2025 representa un enorme desafío adicional”.
Ante dicho entorno, consideró que se debe mantener la prudencia y cautela en la comunicación y evitar adelantarse en modificar la guía prospectiva ante el elevado nivel de incertidumbre sobre la trayectoria descendente de la inflación.