Bloomberg — Primero fue la redada en un centro comercial de Ciudad de México conocido por vender ropa, juguetes y productos electrónicos de fabricación china. Luego, el mes pasado, los aranceles de casi el 20% sobre los paquetes de empresas extranjeras de comercio electrónico, incluidas Temu y Shein Group, e incluso aranceles más altos sobre algunos textiles.
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Las muy publicitadas medidas forman parte de la ofensiva de Claudia Sheinbaum contra las importaciones baratas asiáticas -y en particular chinas-, mientras la presidenta mexicana busca aliar a su país con la administración estadounidense entrante a pocos días de la toma de posesión de Donald Trump.
Su estrategia se concretó esta semana con el anuncio del "Plan México", un amplio paquete de incentivos para que las empresas confíen en los bienes de producción nacional y se centren en las cadenas de suministro con EE.UU. y Canadá.
El gambito de Sheinbaum está diseñado para conjurar la amenaza de Trump de imponer un arancel del 25% a todos los productos mexicanos, un repudio de facto del acuerdo de libre comercio negociado durante su primer mandato. También es un intento de convencer a Trump de que México, al igual que EE.UU., es víctima de las prácticas comerciales desleales de China y no parte del problema.
Tras años de aumento de las importaciones y de incremento de la inversión extranjera china en México, Sheinbaum, que sólo lleva cuatro meses en el cargo, pretende invertir el rumbo.
Un funcionario del gobierno, que pidió no ser nombrado, dijo que las políticas estaban destinadas a proteger los empleos locales y la producción nacional, pero que la administración de Sheinbaum sabía que la narrativa sería útil de cara al segundo mandato de Trump. El presidente entrante de EE.UU. ha dicho que el arancel puede ser necesario para presionar a México a tomar medidas drásticas contra los migrantes y las drogas ilegales que llegan a través de la frontera.
Pero aunque las nuevas normas han sido bien recibidas por muchos fabricantes locales, son malas noticias para hasta medio millón de trabajadores de almacenes y fábricas a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos, que actúan como intermediarios libres de impuestos para los envíos procedentes de países de todo el mundo.
El viernes, la Unión Europea y México también acordaron un acuerdo de libre comercio renovado, con el objetivo de impulsar tanto el comercio como la seguridad económica en una relación que en 2023 totalizaba 81.700 millones de euros (84.000 millones de dólares) en comercio bilateral de mercancías.
Comercio duplicado
El comercio de China con México se ha duplicado desde hace una década, alcanzando los 139.000 millones de dólares en los 12 meses transcurridos hasta noviembre, según datos del banco central de México. Las empresas chinas han establecido plantas de fabricación de muebles y plásticos cerca de la frontera entre EE.UU. y México, y la inversión anual es ahora de cientos de millones de dólares, frente a las decenas de millones de hace sólo unos años. El país es también un gran proveedor de tejidos sintéticos y de algodón a México, desplazando a los proveedores locales que no pueden competir en precio.
La relación sigue empequeñecida por el comercio con EEUU, que engulle cerca de 500.000 millones de dólares en exportaciones mexicanas al año. Y la relación de México con China es asimétrica, ya que México importa aproximadamente 13 veces más de lo que vende - y en última instancia envía muchos de esos bienes a EEUU.
Los almacenes a lo largo de la frontera se anuncian como una forma fácil para que las empresas eviten tanto los aranceles mexicanos como los estadounidenses, lo que es posible gracias a una laguna jurídica que permite a las empresas realizar envíos a granel y luego entregar paquetes individuales a los compradores estadounidenses.
México también ha acusado a algunas empresas de vender en el mercado local mercancías que fueron importadas libres de impuestos con la condición de que fueran reexportadas.
Para invertir la tendencia, las nuevas normas imponen aranceles de hasta el 35% a la ropa acabada procedente de países con los que México no tiene un tratado de libre comercio -como China- y de hasta el 15% a los materiales. Es probable que el arancel del 19% sobre los envíos de empresas de mensajería afecte con especial dureza a gigantes del comercio electrónico como Temu y Shein.
Los aranceles son la culminación de los esfuerzos públicos que comenzaron en noviembre, con redadas en tiendas de propiedad china como Mega Oriental y Mall Chino. Este mes, soldados armados se alinearon fuera de un centro comercial mientras los agentes del gobierno hacían redadas en hileras de juguetes de Pikachu de fabricación asiática, pistolas de plástico para soplar burbujas y utensilios de cocina, sacándolos en bolsas de basura negras y alegando que los artículos debían considerarse contrabando.
En total, los funcionarios se han incautado de unos 24 millones de dólares en mercancías en las redadas, dijo Luis Enrique Vázquez Rodríguez, secretario técnico de la oficina de comercio exterior del Ministerio de Economía.
Restaurar empleos
La meta de Sheinbaum es que la ropa y el calzado se fabriquen con al menos 50% de materiales mexicanos para 2030, lo que requeriría que se produjera más fibra sintética en México. Su gobierno dijo que el cambio restablecería 49.000 empleos perdidos en los últimos años, a medida que los consumidores compraban más por Internet y buscaban gangas entre los revendedores de las ofertas con descuento de las empresas de comercio electrónico.
Blutec SA de CV, que vende maquinaria a los fabricantes textiles locales, está situada en el corazón de la industria textil mexicana, en el estado de Puebla. En los últimos años, ha estado comercializando sus productos fuera de la industria de la confección del país, a proveedores de automóviles y empresas agrícolas, para compensar la caída de las ventas.
"Hay fábricas que técnicamente no están cerradas, pero que no producen ni un kilo", dijo Daniele Uslenghi, director general de la empresa. "Si se paran las máquinas, no compran más". Para Uslenghi, las tarifas de Sheinbaum eran una señal de que el alivio podría estar en camino.
No así para Alejandro Jaramillo Osuna, presidente del capítulo Tijuana de CANACINTRA, la cámara nacional de la industria manufacturera. Dijo que las empresas, desde proveedores de equipo médico hasta fabricantes de muebles, ya han calculado sus costos con base en la tarifa de los materiales que llegan del extranjero, y los cambios de la noche a la mañana podrían tener un efecto sombrío.
"A veces no se ven los daños colaterales", dijo. "La cadena de suministro de cualquiera de estas industrias requiere, en el mejor de los casos meses y a veces años para reestructurarse". Estimó que medio millón de empleos podrían verse afectados por los cambios y, en el peor de los casos, perderse.
Las empresas que habían confiado en los almacenes mexicanos para guardar temporalmente las importaciones de ropa ya han empezado a buscar espacio en otros lugares. La empresa estadounidense de logística Flexport Inc. ha estado recibiendo solicitudes de espacio en sus grandes almacenes de Estados Unidos. Su director ejecutivo, Ryan Petersen, dijo que las empresas habían recurrido a México en primer lugar después de que Trump impusiera aranceles a China en su primer mandato.
"Muchas empresas estadounidenses están importando mercancías bajo este programa a México y cumpliendo con los pedidos en Estados Unidos, un paquete a la vez", dijo Petersen. "Ha sido un revuelo para muchas marcas buenas y conocidas en EE.UU. tener que establecer nuevos centros de cumplimiento".
Industria del automóvil
Las autoridades mexicanas se están asegurando de que las noticias de sus esfuerzos lleguen a Washington. Luis Rosendo Gutiérrez, el principal negociador comercial del país, ha viajado a la capital estadounidense aproximadamente una vez al mes desde que asumió el cargo en octubre. A principios de diciembre, dijo en una reunión de ejecutivos empresariales, entre ellos un representante de la Cámara de Comercio de EE.UU., que México está bien posicionado para trabajar con EE.UU. para competir contra Asia. "Juntos seremos más fuertes", dijo.
Lo que no está tan claro es si Sheinbaum puede hacer mella en los artículos de mayor precio que México importa de Asia, aunque quiere intentarlo. El anuncio de esta semana apuntaba a las importaciones desde Asia de todo tipo de productos, desde medicamentos genéricos hasta fibra de carbono. Trump también ha acusado a México de ser una puerta trasera para los automóviles chinos, una afirmación que México ha negado enérgicamente, señalando que las fábricas del país casi no fabrican coches para marcas chinas.
Aún así, México ha pedido a los principales fabricantes de automóviles que cambien los componentes de fabricación asiática de sus coches. Francisco González, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de la Industria de Autopartes, dijo que aunque menos del 3% de los componentes y piezas que se venden en México se importan de China, al menos por ahora es imposible abastecerse localmente de todos los materiales para las baterías de los vehículos eléctricos, uno de los componentes más valiosos de un automóvil.
"Nadie en Norteamérica lo tiene todo", dijo. "Seguiremos importando litio, purificado y listo para usar, así como carbono y grafito, porque aún no disponemos de estos insumos. Tardaremos unos años en conseguirlos".
A pesar de los esfuerzos, no es seguro que tomar medidas enérgicas contra China sea suficiente para convencer a Trump -quien ha reiterado que su atención se centra en los migrantes indocumentados y el fentanilo más que en el comercio legal de bienes- de que no imponga aranceles.
"Es muy inteligente por parte de México demostrar que está dispuesto a tomar medidas con el comercio en la región con China", dijo Greta Peisch, socia del bufete de abogados Wiley Rein, que fue la principal abogada comercial de la oficina del Representante de Comercio de EE.UU. bajo la presidencia de Joe Biden. Pero "tomar medidas con China puede no ser suficiente para abordar las preocupaciones bilaterales".
--Con la colaboración de Amy Stillman.
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