Bloomberg — México planea convertir el puerto de Salina Cruz en el Pacífico, en el más profundo del país para atraer superpetroleros y grandes buques de carga, en un intento por establecer una ruta comercial viable que desafíe al Canal de Panamá.
La obra portuaria es parte de un proyecto más amplio llamado Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, que consiste en una ruta de carretera y ferrocarril que une el Pacífico y el Atlántico y ofrece un estímulo económico a una de las regiones más pobres de México. La ruta ha sido promocionada por el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, como una alternativa potencialmente más rápida y económica al Canal de Panamá.
La ampliación del puerto implica la reparación de un muelle de carga de petróleo y el dragado para aumentar la profundidad del área a 25 metros desde su nivel actual de alrededor de 20 metros, según Julio Cabrera Alonso, director de la administradora portuaria, Asipona.
Las obras lo convertirán en el puerto más profundo de México, dijo, y permitirán a los buques cisterna internacionales cargar combustible dentro de rompeolas recién construidos, lo que reducirá los riesgos de derrames y costosas demoras por mal tiempo.
El dragado se financia con inversiones conjuntas público-privadas. Según Cabrera, también se trasladarán a la parte más profunda del puerto las instalaciones para cargar las exportaciones de gas y amoniaco de la petrolera estatal Petróleos Mexicanos.
“Habrá una mayor producción, y con una mayor producción de petróleo será necesario sacarlo de diferentes maneras”, dijo en entrevista.
Otras obras incluyen la construcción de una terminal de 800 metros de largo y un muelle de carga para buques portacontenedores más grandes. Salina Cruz maneja principalmente embarcaciones de menor tamaño que se utilizan en el transporte nacional.
La expansión permitiría al puerto manejar buques de clase Post Panamax que podrían traer envíos de carga más grandes desde el extranjero a la puerta de entrada a México. El proyecto de la terminal podría demorar hasta cinco años, según estimaciones de Cabrera.
Planes adicionales que incluyen la construcción de una terminal para amoníaco relacionada con una empresa privada de hidrógeno verde están previstos para la zona.
Los esfuerzos transformarán Salina Cruz en un puerto que rivalizará con las instalaciones más grandes del norte del país, al tiempo que ofrecerá una alternativa para los envíos de crudo mexicano a China y las mercancías procedentes de Asia.
El puerto del suroeste también ofrece a los transportistas un punto de entrada a una ruta ferroviaria que atraviesa México hasta el Atlántico y, en última instancia, hasta la costa este de Estados Unidos.
El corredor ha sido criticado porque los planes para establecer una serie de parques industriales a lo largo de la ruta ferroviaria han avanzado lentamente y se han enfrentado a la oposición de comunidades que dicen que no se les consultó adecuadamente sobre la construcción. Continúan las obras de acondicionamiento de las partes existentes de la vía férrea para convertirla en una ruta funcional para los grandes cargamentos.
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