La reconstrucción de las zonas afectadas de Guerrero tras el huracán Otis implicará mayores esfuerzos de inversión que solo la ayuda inmediata que ofrece el Gobierno
Ciudad de México — La devastación de la región de la Costa Grande de Guerrero y los municipios de Técpan, Benito Juárez, Coyuca de Benítez, Atoyac, Xalpatlahuac y Acapulco, debido al paso del huracán Otis la madrugada del 25 de octubre, comienza a dimensionarse.
Otis azotó a la segunda entidad de la República Mexicana con más pobres después de Chiapas, con cerca del 70% de la población en niveles de pobreza. Además de uno de los centros turísticos más tradicionales de México, conocido internacionalmente por atraer al jet set desde la década de los cincuenta.
Incomunicados, sin servicios básicos, con vías de comunicación apenas estableciéndose, las imágenes que circulan en redes sociales muestran una gran destrucción.
La situación llevó al Gobierno Federal a declarar a esta zona del sur de México en desastre natural, lo que implica que se requieren recursos inmediatos para hacer frente a los daños, que de acuerdo con Bloomberg News podrían alcanzar los US$15.000 millones sólo en Acapulco.
La administración del presidente Andrés Manuel López Obrador presentó un presupuesto estimado para desastres que sería de MXN$18.000 millones (aproximadamente US$1.000 millones) para 2024.
El Gobierno cuenta además con una cobertura adicional por medio del Seguro para Catástrofes 2023-2024, que asciende a MXN$5.000 millones (US$275 millones), de acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
La dependencia ha señalado que también se cuentan con los recursos de un Bono Catastrófico 2020-2024 con un valor de US$485 millones, gestionado por el Banco Mundial.
La reconstrucción de las zonas afectadas de Guerrero tras el huracán Otis implicará mayores esfuerzos de inversión que solo la ayuda inmediata que ofrece el Gobierno.
De acuerdo con la calificadora S&P Global, los daños a la infraestructura son difíciles de cuantificar aún, así como la asistencia humanitaria requerida. La calificadora estima que la recuperación podría tardar de seis a 12 meses, de acuerdo con una nota del 26 de octubre.
El desastre estima que el impacto fiscal y de liquidez a corto plazo para el Estado se verá compensado precisamente por el apoyo inmediato que el Gobierno Federal asegura brindar.
Las calificaciones de México quedan por ahora sin impacto.
S&P Global observa una exposición limitada de grandes empresas con operaciones en Guerrero.
Compañías como América Móvil -que opera Las redes de Telmex y Telcel-, Fibra Uno, Grupo Aeroportuario Centro Norte (OMA), que opera el aeropuerto de Acapulco y cuyo edificio terminal quedó destrozado, pero también el impacto sería limitado para gigantes minoristas como La Comer, Chedraui, Walmart de México. Lo mismo sucede para los bancos y empresas de seguros.
El estado, gobernado por la morenista Evelyn Salgado, depende del turismo y el comercio al por menor. Este rubro aglutina a 42,8% de las actividades económicas del Guerrero. Algunos de los municipios tienen como sustento el trabajar la tierra, los cultivos de maíz, frijol, café, coco, mango, guayaba, higos.
La entidad tiene una población económicamente activa de 1.5 millones según datos del Inegi y una tasa de informalidad de 78%.