Ciudad de México — México estará en riesgo de perder el grado de inversión en el sexenio de la futura presidenta Claudia Sheinbaum, y la degradación de la calificación crediticia podría ocurrir tan pronto como en los primeros dos años de la administración, si el gasto público se eleva y los ingresos presupuestarios no suben, proyectó Franklin Templeton.
“El grado de inversión lo vemos difícil que se sostenga para el siguiente sexenio”, dijo Nadia Montes de Oca, estratega de inversión en Franklin Templeton, una de las operadoras de Fondos de Inversión más grandes del mundo, durante un webinar.
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La firma tiene como escenario principal que el soberano pierda el grado de inversión a final del sexenio de Sheinbaum, sin embargo, no se descarta el escenario pesimista, en el que la degradación de la calificación crediticia llegue en los primeros dos años de Gobierno, si las finanzas públicas se presionan aún más.
Montes de Oca explicó que a pesar de que las calificadoras han declarado que, por el momento no habrá modificaciones en la calificación de México, si Sheinbaum lleva a cabo todos sus planes de gasto en ausencia de fondos de estabilización, es probable que a final del sexenio se pierda el grado de inversión.
No obstante, el grado de inversión se puede perder en dos años si la nueva administración no aumenta sus ingresos y “simplemente empieza a repartir dinero, si empieza a haber un gasto desmedido y se empieza a pagar con endeudamiento”.
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La estratega señaló que el escenario de que la degradación de la calificación llegue en el primer bienio del sexenio se explicaría porque las finanzas públicas estarían en un punto insostenible.
Actualmente, México cuenta con el grado de inversión, además de una perspectiva estable, con las ocho calificadoras que evalúan su deuda.
Fitch Ratings fue la última agencia que revisó la nota soberana de México. La agencia mantuvo la calificación de la deuda de largo plazo en BBB- y confirmó la perspectiva estable, con lo que señala que no espera movimientos en la calificación durante los próximos 12 a 18 meses.
De las tres agencias más grandes que califican a México, Moody’s, S&P Global y Fitch Ratings, es ésta última la única calificadora que tiene al país en el último escalón dentro del grado de inversión. Moody’s y S&P tienen al país a dos escalones del downgrade.
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Para Fitch, la calificación del país está limitada por débiles indicadores de gobernabilidad, un historial de desempeño moderado de crecimiento a largo plazo y riesgos fiscales relacionados con pasivos contingentes de Petróleos Mexicanos (Pemex) y crecientes rigideces presupuestarias.
Sheinbaum ha declarado que no propondrá una reforma fiscal en el inicio de sexenio y, en todo caso, si más adelante se abre esa discusión, tendría que haber acuerdos y consensos con todos los actores.
Asimismo, la presidenta electa ha prometido que materializará la consolidación fiscal en 2025, es decir, que reducirá el déficit fiscal de 5,9% como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) a un nivel de 3,5% como máximo.
“Seremos muy responsables”, han sido sus palabras durante el periodo de transición de Sheinbaum quien al mismo tiempo se ha comprometido a crear dos programas sociales más, el de apoyo a mujeres de 60 a 64 años y la beca universal para estudiantes de educación básica.