Bloomberg — México ha conversado con algunos de los mayores fabricantes mundiales de automóviles, autopartes y acero sobre las oportunidades de invertir en una estrecha franja de tierra en el sur de México, según la máxima funcionaria de comercio del país.
El Gobierno ha propuesto a General Motors Co. y Toyota Motor Corp., entre otros, oportunidades en el Corredor Interoceánico, dijo la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, en una entrevista el miércoles.
El corredor, un proyecto emblemático del presidente Andrés Manuel López Obrador, pretende conectar un puerto en el Golfo de México con un puerto en el Pacífico a través de un enlace ferroviario rodeado de parques industriales. Las autoridades esperan que el proyecto pueda competir algún día con el Canal de Panamá, y están tratando de tentar a posibles inversionistas con una estructura fiscal favorable.
“La industria automotriz, por ejemplo, ha tenido muchos acercamientos, la de autopartes y también algunas industrias relacionadas con la parte siderúrgica y metalúrgica que son complementarias al desarrollo de la electromovilidad”, dijo Buenrostro durante una visita a Nueva York para reunirse con inversionistas. “Hemos hecho vuelos en la zona también con muchos empresarios para que conozcan”.
El proyecto es parte de una iniciativa de López Obrador para atraer empresas a los estados menos desarrollados del sur de México, en lugar de que estén concentradas en el centro y el norte del país. Buenrostro dijo que la región sur tiene varias ventajas, como un buen suministro de agua y una amplia disponibilidad de energía limpia.
Pero no es fácil convencer a los fabricantes de automóviles, que desde hace tiempo prefieren construir en el norte para acceder fácilmente al mercado estadounidense. GM y Toyota confirmaron que habían mantenido conversaciones con funcionarios mexicanos sobre el Istmo, pero no tenían planes de inversión que anunciar.
Honduras, Costa Rica, Guatemala y Nicaragua han anunciado proyectos en los últimos años para competir con el canal de Panamá, pero con escaso éxito.
“Hemos tenido varias reuniones con ella y su equipo de trabajo para acercar a nuestra cadena de proveeduría y que ellos revisen las oportunidades de inversión en el corredor Transístmico”, señaló Teresa Cid, vocera de GM en México. “Adicionalmente, les hemos compartido listas de nuevos potenciales proveedores que pudieran llegar a México para que los puedan contactar y también les muestren las oportunidades del corredor”.
Toyota confirmó que su unidad local participó junto con otras en reuniones organizadas por el Gobierno para conocer más sobre el proyecto. “Sin embargo, no hay conversaciones específicas sobre planes de inversión”, declaró la empresa en un comunicado.
México también está en conversaciones con empresas taiwanesas de las industrias automotriz y de semiconductores, dijo Buenrostro, sin dar más detalles.
Auge del nearshoring
El nearshoring, término utilizado para describir el traslado de empresas internacionales a Norteamérica para estar más cerca de sus clientes estadounidenses, ha ido cobrando fuerza en México a medida que empresas como Tesla Inc. de Elon Musk y BMW AG anuncian nuevas inversiones al sur de la frontera.
La inversión extranjera directa de México registró en 2022 la mayor entrada de nuevas inversiones de capital en casi una década, y el país está proporcionando una parte cada vez mayor de las importaciones estadounidenses. El sector mexicano de productos informáticos y electrónicos también se ha beneficiado de las tensiones entre Estados Unidos y China.
El mes pasado, el Gobierno de López Obrador expropió al multimillonario Germán Larrea un tramo de 120 kilómetros de una línea ferroviaria en la zona, lo que generó dudas sobre la seguridad de las inversiones en el país.
Buenrostro reiteró el argumento del presidente de que no se trataba de una expropiación, sino de un cambio en la concesión de explotación de la empresa, y puntualizó que ha asegurado a los inversionistas que su dinero está seguro en México. Los inversionistas que se han inquietado por la medida de López Obrador, y una propuesta legislativa que facilitaría al Gobierno rescindir contratos, están siendo influenciados por la “desinformación”, dijo.
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