Ciudad de México — Fitch Ratings bajaría la calificación crediticia de México por estrés fiscal del Gobierno federal derivado de presiones de gasto y el déficit fiscal, una acción que iría más allá de la situación financiera de la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), dijo Carlos Morales, director de Soberanos para las Américas de la calificadora.
La calificación de México (BBB- con perspectiva estable) incluye un peldaño negativo debido al riesgo que implica Pemex, dada su poca capacidad financiera, problemas de liquidez que ha enfrentado los últimos cinco años, y la necesidad de inyección de liquidez del Gobierno para hacer frente a sus amortizaciones de deuda.
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El peldaño negativo en la nota soberana indica la percepción de riesgo de lo que significa Pemex para el Gobierno federal y la expectativa de que el Gobierno tendrá que seguir apoyando a Pemex de manera directa o indirecta en detrimento y deterioro de las cuentas públicas.
Pero ahora el balance fiscal total del Gobierno es lo que podría mover la calificación de México ante las presiones de gasto público que enfrenta, como los aumentos en transferencias sociales, el pago de pensiones y la necesidad de apoyar a Pemex, indicó Morales durante el evento Fitch on Mexico.
Si el aumento del gasto provoca un deterioro continuo del déficit fiscal y aumento significativo de la deuda pública, se podría afectar la calificación crediticia pues la situación de Pemex ya está incorporada en la nota actual.
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Cuestionado sobre si se puede estar tranquilos respecto a la nota soberana, Morales respondió que “por Pemex, sí”, y matizó que, en lugar de decir que la empresa petrolera pudiera afectar la calificación de México, la pregunta ahora debe ser sobre el estrés fiscal del Gobierno más allá de la petrolera.
“Si el Gobierno ya no puede apoyar a Pemex significa que hay un estrés bastante grande en el Gobierno y eso conllevaría a una rebaja de la calificación del soberano”, proyectó.
Riesgos crediticios de Pemex
Adriana Eraso, directora de empresas en Fitch Ratings, dijo que en este momento de elecciones no se puede afirmar que el apoyo del Gobierno a Pemex continúe en 2025, ni tampoco se conoce en su totalidad la estrategia que se seguiría en el primer año del nuevo sexenio con una nueva administración.
Sin embargo, lo que sí se puede decir es que este año el Gobierno incluyó para Pemex un apoyo en el Presupuesto, lo que permite al mercado una visibilidad sobre cómo se podría seguir apoyando a la empresa petrolera en los siguientes años.
Eraso dijo que Pemex tiene aún varios riesgos crediticios que podrían presionar más la calidad crediticia de la empresa, como son: gobernanza, costo de capital que ya está 600 puntos base arriba del costo de emisión del soberano y problemas operativos por no tener suficiente CAPEX, entre otros.
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La directiva mencionó que la gobernanza puede mejorar con la participación público-privada, ya que, al haber esta relación, se mejoran métricas de eficiencia porque hay una parte interesada en que haya retornos y se genera confianza al mercado porque los costos del capital podrían bajar.
Eraso afirmó que el mayor reto de Pemex, e inmediato, es el de liquidez. En Fitch calculan que hay un hueco de US$28.000 millones que se tiene que cubrir porque son las amortizaciones de corto plazo.
Además -añadió- se está viendo un aumento en la deuda a proveedores de 50% entre 2022 y 2023, y se mantuvo en el primer trimestre de 2024 en US$21.000 millones.
“Ya hay ruidos, ya hay rumores en el mercado, que hablan de proveedores preocupados, y eso va a impactar sí o sí en las operaciones”, estimó.
Esta historia fue actualizada el 8 de mayo a las 10:15 horas precisando el cargo del analista en el primer párrafo.