Ciudad de México — Grupo Elektra (ELEKTRA*), la minorista de negocios comerciales y financieros propiedad de Ricardo Salinas Pliego, atraviesa uno de sus momentos más álgidos en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), con el desplome del precio de sus acciones tras el levantamiento de una prolongada suspensión de sus acciones en el centro bursátil.
Los últimos días han estado marcados por los señalamientos de la compañía hacia el regulador, el presunto fraude que llevó a suspender la cotización y los planes de la compañía para abandonar la BMV por considerar que no refleja el valor real de sus activos.
El origen del desplome
El 26 de julio Grupo Elektra advirtió sobre un presunto fraude de depositarios de acciones que podría ocasionar movimientos inusuales en el precio de sus títulos, por lo que solicitó a la BMV suspender la cotización de los mismos.
Bloomberg News reportó que el presunto fraude estaba vinculado con un préstamo de US$110 millones que Salinas Pliego pidió en 2021 al fondo Astor Asset Management para el cual colocó acciones de la compañía como colateral.
La suspensión inicial fue de 20 días hábiles y el 23 de agosto, la CNBV autorizó extender este periodo por cuarenta días hábiles adicionales, hasta el 21 de octubre.
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Esta prórroga le costó a Elektra la expulsión del principal índice de la BMV, el S&P/BMV IPC, ya que conforme a la metodología de S&P Dow Jones Indices, cualquier empresa que supere los 20 días con cotización suspendida es revisada para una posible eliminación.
El 21 de octubre, la CNBV negó a la Bolsa Mexicana de Valores mantener la suspensión de los títulos de Grupo Elektra por considerar que no existían elementos para ello. Las acciones empezarían a cotizar de nueva cuenta al día siguiente pero el centro bursátil las suspendió por “fluctuaciones extraordinarias” en el precio de los papeles.
Un mes después, el 20 de noviembre, el regulador ordenó a la BMV levantar la suspensión de acciones de la emisora. Sin embargo, el 21 de noviembre Elektra informó que la Sala Especializada en Materia Ambiental y de Regulación del Tribunal Federal de Justicia Administrativa le concedió una medida cautelar provisional para mantener suspendida la cotización de sus acciones mientras no se resolviera el fondo del asunto.
Ese mismo día, la CNBV reiteró la instrucción de reanudar la cotización de las acciones, argumentando que no había sido notificada de la resolución con la medida cautelar ni de ningún juicio relacionado con alguna orden de levantamiento de la suspensión. Los títulos siguieron sin cotizar en los días siguientes ante el bajo precio de las ofertas registradas en la etapa de subasta.
El 26 de noviembre Grupo Elektra informó que la CNBV había sido notificada de la medida cautelar. A pesar de ello, el día 29 del mismo mes el regulador reiteró la instrucción de levantar la suspensión de las acciones, lo cual ocurrió el 2 de diciembre.
Caída de las acciones
En la jornada del lunes 2 de diciembre, las acciones de Elektra se hundieron 71% en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). Los papeles tuvieron una recuperación de 4,8% al día siguiente y cerraron en MXN$287,52, aunque el precio está muy por debajo de los MXN$944,95 que alcanzaron los papeles el 26 de julio, previo a la suspensión.
La fuerte caída de las acciones en los primeros dos días de la semana responde a movimientos del mercado, principalmente a que tras la expulsión de Grupo Elektra del S&P/BMV IPC los fondos que están referenciados al principal índice de la Bolsa Mexicana de Valores tienen que salir a vender las acciones que poseían de la emisora, explicó Jacobo Rodríguez, especialista financiero en Roga Capital.
En un comunicado emitido el martes, Grupo Elektra señaló a la CNBV de ocasionar daños y perjuicios irremediables al mercado, inversionistas y fondos de inversión extranjeros por ignorar la orden judicial y levantar la suspensión de las acciones de la emisora.
Con ello, afirmó, también favoreció al fondo Astor Asset Management, al que calificó como una “organización criminal”.
Lo que sigue
El desplome de las acciones de los últimos días, y la caída de su valor de mercado en consecuencia, tiene un impacto para los accionistas por la reducción repentina de su capital, explicó Jacobo Rodríguez en entrevista.
También previó un impacto negativo en la situación financiera de la empresa, en particular en la variación de las utilidades, ya que la empresa posee una tenencia de sus acciones que reporta dentro de su estado de resultados.
“En algunas ocasiones cuando el precio de Elektra llegaba a subir de manera importante en su reporte financiero presentaba un crecimiento importante de las utilidades, caso contrario cuando baja el precio de las acciones, se ve reflejado en la utilidad desde el estado de resultados”, dijo.
El desliste de Elektra también está en el horizonte. En días pasados la compañía convocó a una asamblea de accionistas para plantear su salida de la Bolsa Mexicana de Valores, argumentando que hoy el mercado no maximiza el valor de la entidad y que más del 95% de los accionistas han manifestado su interés por privatizar la compañía. La reunión se realizará el 27 de diciembre.
Ricardo Salinas Pliego es el principal accionista de Elektra, con 78,4% de participación en la empresa, según datos de Bloomberg, mientras el resto está pulverizado entre diversos inversionistas.
Ante este panorama, el especialista financiero de Roga Capital consideró que para los grandes accionistas y el propio Salinas Pliego es conveniente la caída de las acciones porque les permite comprar títulos a un precio barato, incluso inferior al valor en libros, de un negocio que ha sido rentable.
“A lo mejor vamos a tener algunos trimestres en donde se va a ver reflejada una situación financiera negativa, a lo mejor bajadas en la utilidad, pero el negocio va a seguir funcionando, y con una visión de largo plazo puede ser bastante benéfico adquirir sus propias acciones que están en circulación”, señaló.
Este beneficio, sin embargo, no se extiende a los inversionistas minoritarios o retail, cuyo número es difícil de estimar, pero que representaría un porcentaje pequeño, apuntó Rodríguez.
Agregó que aunque la perspectiva de la empresa a largo plazo puede ser buena, la empresa actualmente enfrenta choques en diversos frentes, entre ellos los litigios fiscales con el Servicio de Administración Tributaria.