El negocio rentable de Pemex en refinación está fuera de México

Pemex enfrenta pérdidas multimillonarias en el negocio de refinación que tiene en México, mientras su operación en Estados Unidos arroja ganancias

Deer Park, refinería de Petróleos Mexicanos, ubicada en Texas, Estados Unidos (Foto: Shell).
10 de enero, 2024 | 04:00 AM

Ciudad de México — La estrategia del Gobierno de México para la empresa estatal Petróleos Mexicanos está concentrada en el negocio de refinación: todo el petróleo que produzca se destilará en el país para alcanzar la autosuficiencia en gasolinas y diésel. Pese a los esfuerzos, la compañía enfrenta múltiples retrasos e incumplimientos que le hacen perder dinero cada que procesa un barril de crudo, aunque existe una excepción.

Mientras su empresa subsidiaria Pemex Transformación Industrial, encargada de operar las seis refinerías de la empresa, registró pérdidas por US$5.000 millones (MXN$ 88.900 millones) de enero a septiembre del año pasado, según su reporte trimestral más reciente, su refinería Deer Park, ubicada en Texas, Estados Unidos, estima cerrar 2023 con ganancias de US$711 millones, de acuerdo con su reporte financiero más reciente.

Luego de 30 años de sociedad con Shell, Pemex, como se conoce a la petrolera mexicana, anunció en 2021 la inesperada compra total de Deer Park por US$1.500 millones con deuda incluida, la cual se cerró en 2022, a pesar de que el Gobierno encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador abandera una política energética de soberanía sin importaciones de combustibles y con la construcción de una nueva, Dos Bocas, que ha costado US$16.000 millones.

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Pemex comenzó a reportar los beneficios de Deer Park a partir de 2022, impulsada por un aumento en el precio del crudo tras el fin de la pandemia de Covid-19 al grado de que el presidente dijo que la inversión en la refinería ya se había pagado.

La refinería no reportaba un resultado así desde 2007 y por segundo año consecutivo cierra un ejercicio sin deuda”, precisó Pemex en una presentación de enero de 2024 vista por Bloomberg Línea.

Pero la estrategia de Deer Park frente a la del resto de sus refinerías es distinta: envía a México únicamente entre 15 y 20% de los combustibles que produce porque es más rentable venderlos en el mercado estadounidense.

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Refinación sin resultados esperados

AMLO, como se conoce al actual mandatario mexicano, ha destinado miles de millones de dólares a las rehabilitaciones de las refinerías, pero las principales obras para aumentar la producción de combustibles rentables, dos plantas coquizadoras en los complejos de Tula y Salina Cruz, enfrentan retrasos desde 2022 y estarán operando a toda su capacidad hasta 2025, según su CEO, Octavio Romero Oropeza.

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En los últimos 20 años, Pemex ha enfrentado el declive de su producción, además de un cambio en la calidad —de ligero hacia pesado—, por lo que gobiernos previos enfocaron sus esfuerzos en la exportación de crudo mientras la capacidad de las seis refinerías de Pemex de 1,5 millones de barriles diarios se utilizaba por debajo del 40%.

Con AMLO, Pemex ya refina por encima del 50% de la capacidad de sus seis refinerías, sin embargo el nivel se diluye con la producción de combustibles menos rentables, principalmente de combustóleo.

La necesidad de las plantas coquizadoras responde a los elevados niveles de producción de combustóleo, un residuo petrolero altamente contaminante y con el que Pemex pierde dinero.

La elevada carga tributaria y una abultada deuda financiera de US$106.800 millones han hecho que Pemex sea incapaz de invertir en todas sus divisiones y cubrir sus responsabilidades financieras sin ayuda del Gobierno mexicano.

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Aunque el presidente y su equipo han reducido la carga fiscal e inyectado miles de millones de dólares, las calificadoras como Moody’s y Fitch han degradado la calificación crediticia de la compañía a nivel altamente especulativo, conocido como bono basura, acompañado de pequeños respiros recientemente, mientras avanza con su plan de refinación y su flujo de efectivo es negativo.

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