Bloomberg — El peso mexicano se está llevando la peor parte de la liquidación de posiciones de carry trade en Latinoamérica, y el lunes 5 de agosto cayó a su nivel más bajo en casi dos años, liderando las pérdidas entre sus pares regionales.
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La moneda perdió hasta un 5,4% —más que su variación anual en seis de los últimos siete años— antes de recuperarse para cotizar con pocos cambios y luego volver a debilitarse. Durante unos minutos traspasó los MXN$20 por dólar por primera vez desde octubre de 2022.
La caída del lunes convirtió al peso mexicano en la moneda que más perdió durante el último mes en los mercados emergentes, acumulando un descenso del 6,6%, golpeado por una serie de vientos en contra a nivel mundial.
El sorpresivo aumento del desempleo en Estados Unidos reportado el viernes alimentó la preocupación por un aterrizaje brusco de la economía de la que depende la gran mayor parte del comercio de México. Al mismo tiempo, el repunte del yen, moneda de financiación de las operaciones de carry trade, ha provocado una violenta liquidación de posiciones largas en la divisa latinoamericana.
“El impacto en el peso mexicano ha sido desproporcionadamente grande”, señaló el economista Deutsche Bank Francisco Campos. “Es un efecto de doble golpe en un contexto en el que ya se enfrentaba a desafíos idiosincrásicos”.
Los inversionistas empezaron a deshacer sus posiciones de carry trade —en las que piden prestado en una moneda de bajo rendimiento y apuestan por otra con tasas de interés más altas— cuando las autoridades japonesas intervinieron en el mercado de divisas para impulsar al yen. Entonces, las autoridades monetarias sorprendieron a la mayoría de los economistas al subir las tasas de interés la semana pasada por primera vez desde 2007.
El lunes, la moneda se disparó hasta un 3,4% ante la preocupación por una recesión en Estados Unidos.
Pero no son solo factores internacionales los que amenazan al peso mexicano.
“Me preocupa que la política mexicana vuelva a entrar en juego cuando el nuevo parlamento se reúna en septiembre, y eso podría impedir al peso alejarse demasiado por debajo de los MXN$19,00″, indicó Chris Turner, jefe de estrategia de divisas de ING.
La volatilidad del peso se disparó este año cuando el partido oficialista obtuvo una supermayoría casi absoluta en el Congreso en las elecciones, lo que planteó la posibilidad de cambios políticos radicales. Una de las principales preocupaciones es si la presidenta entrante, Claudia Sheinbaum, intentará reformar la Constitución.
Esta inquietud llega después de que el peso mexicano se fortaleciera un 5% en 2022 y un 13% el año pasado, alcanzando un máximo de nueve años en abril.
El presidente Andrés Manuel López Obrador se ha enorgullecido de la fortaleza del peso durante su mandato. Ahora, intervino para limitar las ventas, señalando que las reservas internacionales del país, actualmente en un nivel récord, ayudarán a la moneda a resistir la depreciación.
Si bien el peso carece de drivers positivos a corto plazo, el margen para pérdidas adicionales puede ser limitado teniendo en cuenta que parte del desmantelamiento de las posiciones de carry trade probablemente ya quedó atrás, según Brad Bechtel, director global de divisas de Jefferies en Nueva York.
“Siempre es difícil decirlo en estas grandes liquidaciones, pero creo que estamos más cerca de la meta”, afirmó Bechtel.
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