Bloomberg — El presidente Joe Biden y su rival político Donald Trump realizaron visitas a la frontera sur de Estados Unidos el jueves 29 de febrero, destacando un tema que ocupará un lugar en la revancha electoral prevista para noviembre de su reñida contienda de 2020.
Con Biden en Brownsville y Trump a 300 millas de distancia en Eagle Pass, el presidente y su predecesor compitieron por la atención, cada uno buscando demostrar su capacidad para responder a un aumento de inmigrantes que, según los votantes, es una de sus principales preocupaciones antes de las elecciones de noviembre.
Biden recorrió las zonas fronterizas con su secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, el jefe de la Patrulla Fronteriza estadounidense, Jason Owens, y funcionarios locales, mientras Trump recibió su propio informe del gobernador republicano del estado, Greg Abbott.
Trump y Abbott saludaron a miembros de la Guardia Nacional de Texas, la Patrulla Fronteriza y el Departamento de Seguridad Pública de Texas en Shelby Park, un punto de acceso para inmigrantes que buscan ingresar a Estados Unidos. Pasaron junto a contenedores de transporte cubiertos con alambre de púas colocados allí para disuadir a los inmigrantes.
‘Invasión Biden’
“Esta es una invasión de Joe Biden”, dijo Trump mientras pronunciaba comentarios al aire libre con un telón de fondo polvoriento, flanqueado por el gobernador y otros funcionarios. “Estados Unidos está siendo invadido por la delincuencia migratoria de Biden”.
Trump enumeró una lista de crímenes violentos presuntamente cometidos por inmigrantes, incluido el reciente asesinato de una estudiante de enfermería de Georgia. “Joe Biden nunca dirá el nombre de Laken Riley”, dijo Trump, y agregó que había hablado con sus padres.
El expresidente elogió los esfuerzos de los funcionarios de Texas para detener el flujo de migrantes, contrastando su enfoque con el de los gobernadores demócratas de otros estados, incluido Gavin Newsom de California, un destacado sustituto de Biden de quien se burló con un nuevo apodo: “Newscum”.
“Tenemos idiomas que llegan a nuestro país; nadie que los hable siquiera”, dijo Trump. “Están llegando a nuestro país y trayendo consigo problemas tremendos, incluidos problemas médicos”.
Al otro lado del Río Grande, en México, una pequeña multitud se reunió para presenciar el espectáculo, de pie sobre un muro de contención decorado con un colorido mural. En un momento, Trump saludó y agitó el puño hacia la gente del otro lado de la frontera.
“Hoy es un día de extraordinario contraste”, dijo Abbott. El gobernador ha atacado a la administración Biden por su respuesta y ha luchado en los tribunales sobre cuánto pueden hacer los funcionarios locales para asegurar la frontera. Y ha enviado autobuses de inmigrantes a ciudades de otros estados.
Mientras Trump hablaba, Biden estaba siendo informado en una estación de la patrulla fronteriza por funcionarios de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU., Servicios de Ciudadanía e Inmigración de EE. UU. y funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas.
Biden comenzó a hablar momentos después de que Trump concluyera e instó al expresidente a unirse a él para asegurar la aprobación de un acuerdo fronterizo bipartidista, que los republicanos habían rechazado bajo la presión del favorito del Partido Republicano.
“En lugar de jugar a la política sobre este tema, en lugar de decirle a los miembros del Congreso que bloqueen esta legislación: únanse a mí o me uniré a ustedes para decirle al Congreso que apruebe este proyecto de ley bipartidista de seguridad fronteriza”, dijo Biden.
“Podemos hacerlo juntos, ustedes saben y yo sé que es el proyecto de ley de seguridad fronteriza más estricto, más eficiente y más efectivo que este país haya visto jamás”, agregó.
Oferta rechazada
Biden ha tratado de revertir las críticas al manejo de la crisis por parte de la administración destacando la decisión de los republicanos, a instancias de Trump, de acabar con el acuerdo bipartidista minuciosamente negociado. Ese acuerdo le habría dado al presidente poderes para cerrar efectivamente la frontera si los cruces alcanzaran ciertos niveles. Biden ha dicho que su rival preferiría “convertir el tema de la inmigración en un arma” antes que abordarlo.
El presidente presionó al Congreso para que actuara, diciendo que los legisladores necesitaban aprobar más fondos para los agentes de la Patrulla Fronteriza y jueces de inmigración adicionales para lidiar con los casos atrasados.
“Ya es hora de actuar”, dijo Biden. “No podemos esperar más”.
Biden se reunió anteriormente con agentes de la Patrulla Fronteriza mientras recorría una sección del Río Grande con un bote patrullando las tranquilas aguas detrás de ellos. No se veían inmigrantes. Los manifestantes pro-Trump ondearon banderas a lo largo de una valla cercana.
Las visitas a la frontera se producen en un momento crítico para los candidatos presidenciales.
Trump se está acercando a la nominación del Partido Republicano y consolidando cada vez más su control sobre el partido. Ha prometido llevar a cabo la deportación más grande en la historia de Estados Unidos y completar un muro a lo largo de toda la frontera sur si regresa al cargo.
Texas celebra sus primarias el 5 de marzo, el Súper Martes, cuando los votantes de más de una docena de estados acuden a las urnas.
Juego de la culpa
Una encuesta de Bloomberg News/Morning Consult de febrero muestra que una mayoría de votantes en siete estados indecisos todavía responsabilizan a Biden y a los demócratas del Congreso por el aumento de inmigrantes. Pero la culpa a los republicanos del Congreso y a la administración Trump aumentó cada uno 5 puntos porcentuales en comparación con el mes anterior.
Si bien Biden sostiene que el Congreso necesita actuar en materia de inmigración (les dijo a los gobernadores que visitaron la Casa Blanca la semana pasada que sus abogados le habían dicho que tenía pocas opciones), el presidente Mike Johnson ha dicho que el presidente puede tomar medidas ejecutivas para abordar la frontera, dejando a la dos bandos en un punto muerto.
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