Ciudad de México — Decenas de autobuses están estacionados en doble fila por toda la Avenida Guerrero, mientras sus pasajeros se desplazan a pie hacia la Plaza de la Constitución, conocida como el Zócalo para presenciar el primer acto de político de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, durante la tarde del 1 de octubre de 2024 en la Ciudad de México, una fórmula que se repitió cada vez que su antecesor, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), emitió discursos en el mismo lugar.
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Sheinbaum recibe un país con nueve millones de mexicanos menos en situación de pobreza, una cifra récord de casi 200.000 homicidios, crecimiento económico que apenas roza el 1%, y con todas las obras estrella de AMLO con pendientes: desde la refinería Dos Bocas, el Tren Maya y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles hasta proyectos secundarios como los Polos del Bienestar y plantas eléctricas.
Como candidato presidencial, López Obrador prometió regresar las Fuerzas Armadas a sus cuarteles en medio del fracaso de gobiernos anteriores en el combate a la inseguridad, pero reculó como presidente y las convirtió en sus principales aliadas más allá de las tareas de seguridad como constructores del Tren Maya y el AIFA. Sheinbaum promete más de lo mismo.
La titular del Poder Ejecutivo, quien elogió múltiples ocasiones la gestión de López Obrador, incluso repitió una de sus frases más conocidas de su mensaje en el Zócalo durante diciembre de 2018.
“Me comprometo con ustedes a no mentir, a no robar y a nunca traicionar al pueblo de México”.
Opositores y analistas han especulado desde la campaña electoral si Sheinbaum se desmarcará de la narrativa lopezobradorista, pero la política mexicana ha respondido que coincide plenamente con el proyecto de la denominada Cuarta Transformación y su continuación conocida como “El segundo piso de la cuarta transformación”.
Pese al fortalecimiento de las instituciones militares desde una presidencia de izquierda, el aliento de los votantes al movimiento de AMLO es contundente: el partido Gobernante Morena y sus aliados consiguieron una supermayoría en el Congreso que les permite cambiar la Constitución mexicana sin necesidad de negociar con los partidos opositores, la cual han usado para fortalecer el poder del Ejército días antes de la toma de protesta.
Las avenidas del centro de la capital siguen inundándose con el apoyo a López Obrador y su sucesora. Las calles 5 de mayo, Francisco I. Madero y Allende en el Centro Histórico se estrechan ante el avance de los simpatizantes, a quienes los opositores suelen llamar “acarreados”, pero el evento rebasa la simulación: miles caminan apresuradamente, algunos con asientos plegables, entre risas y gritos a favor la primera presidenta mujer de México y el exmandatario en una día de fiesta política.
”¡Es un honor estar con Obrador y es un honor estar con Claudia hoy!”, grita un grupo mientras cruza Paseo de la Reforma hacia la Alameda Central.
Pero los asistentes no llegaron solos: operadores logísticos gritan las calles que deben tomar dependiendo del estado, ciudad o municipio. El contingente de Tlanepantla, por ejemplo, tiene que girar en la calle de Palma para entrar por Madero. Otros contingentes de partidos aliados como el Verde y del Trabajo simplemente caminan de frente para encontrar un hueco en algún lugar del cada vez más lleno Zócalo.
El camino está escoltado por vallas que protegen algunos de los edificios más representativos de la zona como el Palacio de Bellas Artes, el Museo del Banco de México y el Palacio Postal, mientras militares vestidos como civiles, pero identificables por su gorra negra, custodian los accesos y vallas que protege el Palacio Nacional que hospedó a AMLO y que será el nuevo hogar de Sheinbaum.
Los puestos callejeros, los cuales forman parte de la informalidad equivalente al 24% del Producto Interno Bruto (PIB) de México según el INEGI, flotaban junto a los ríos de simpatizantes. Los comerciantes ofrecen peluches, pines, cuadros y calendarios de AMLO y algunos de Sheinbaum; la comida también está a la venta: hamburguesas, enchiladas, hot dogs, refrescos, agua, fruta con chile y papas fritas. La oferta incluso se extiende a sombrillas, impermeables y baterías para teléfonos celulares.
El caos se corta en los puntos de acceso instalados en la Calle de Moneda y Correo Mayor para altos funcionarios, “comunicadores e influencers” y otros invitados como la prensa.
El inspector Cabrera de la Guardia Nacional estima que hay entre 180.000 y 200.000 personas en la plaza, pero declinó calcular cuántos elementos de su institución resguardan el evento. Él llegó al Zócalo desde el 30 de septiembre y cuenta que sí logró dormir tras los preparativos. El cielo amenaza con tormenta. El suroeste del país sigue sin reponerse del huracán John que dejó a su paso un millar de damnificados y al menos 15 muertos en la entidad de Guerrero principalmente.
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El viento constante y algunos hoyos azules en el horizonte tranquilizan a los asistentes para escuchar los 100 compromisos de Gobierno de Sheinbaum, como hizo López Obrador el 1 de diciembre de 2018. La doctora en ingeniería energética por la UNAM comienza el evento recibiendo el bastón de mando de los 70 pueblos indígenas y el afromexicano.
La presidenta enlista punto por punto sus compromisos que van desde el combate a la corrupción, cambios de nombre institucionales, iniciativas de reforma, hasta un límite de producción petrolera de 1,8 millones de barriles diarios , una relación “razonable” entre deuda y PIB.” Bienvenida la inversión privada y la relocalización de las empresas con innovación, buenos salarios, protección al medio ambiente y con contenido nacional”.
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Su mensaje enfatiza el apoyo a las mujeres con algunos compromisos específicos para promover la equidad salarial, fiscalías especializadas en femicidios, fortalecimiento del acceso a la salud sexual y reproductiva.
Sheinbaum pide un aplauso para los ingenieros militares y marinos por haber ayudado a construir trenes, carreteras y hospitales y dijo que seguirán colaborando en los proyectos de infraestructura de su Gobierno.
”Nos van a seguir ayudando”, dice.
La mandataria cerró su lista con el compromiso de garantizar la disminución de delitos de alto impacto mediante cuatro ejes : atención a las causas, fortalecimiento de la Guardia Nacional, inteligencia e investigación, y coordinación y defendió el cambio a la Constitución para que la Guardia Nacional forme parte de la Secretaría de la Defensa y adelantó que la “próxima semana” presentará una estrategia de seguridad.
”Para los que critican que esto es militarización, falso, en nuestro país no hay Estado de excepción, no hay violaciones a los derechos humanos”. El desfile de invitados políticos, empresariales, deportivos y hasta artistas hacia la salida en la calle de Moneda provoca que decenas de periodistas se arremolinen en las vallas que vigilan militares encubiertos de civiles para obtener alguna declaración.
Elementos del Ejército vestidos con playeras negras y pantalones de mezclilla arrastran, juntan y suben cientos de vallas en camiones militares, apoyados únicamente por las luces del centro histórico, mientras trabajadores de limpieza barren la resaca del discurso presidencial y los asistentes se llevan a sus autobuses la esperanza de un país más próspero con menos desigualdad.