Ciudad de México — Ya no habrá más zócalos para Andrés Manuel López Obrador. La señora Yolanda Alarcón asistió al último Grito de Independencia de AMLO, como se le conoce al mandatario desde hace dos décadas, cuando inició su peregrinar político por la Presidencia de México.
La mujer lució una blusa blanca con florecitas rosas bordadas y en el cuello se enganchó, como un collar, un rebozo tejido con colores de la bandera mexicana. Le hizo nudo a la altura del pecho y sujetó a su muñeco: un Amlito de 20 centímetros, con cabellos alborotados de hilos blancos, ataviado de traje negro, corbata guinda y una cintilla tricolor que simula la banda presidencial.
“Yo lo hice”, presume Yolanda cuando le preguntan dónde compró su Amlito hecho de fieltro y que todo el tiempo está sonriendo. Ella llegó por la avenida Pino Suárez, donde se ubica la afamada Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
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Entre el gentío, la mujer se abrió paso junto con su familia para tratar de estar lo más cerca del balcón presidencial de Palacio Nacional, desde donde el presidente lanzó su sexta arenga en conmemoración del 214 Aniversario del Inicio de la Independencia de México.
“La gente lo está despidiendo dignamente, como se merece un gran presidente”, expresó Yolanda mientras avanzaba por las calles aledañas a la Plaza de la Constitución, mejor conocida como el zócalo de Ciudad de México, donde el ambiente era una combinación de olor de elotes hirviendo y cornetas silbantes.
El zócalo, el escudo político de AMLO
A las 7:00 de la noche del 15 de septiembre de 2024 el zócalo empezó a colmarse de personas, el evento ya era sold out, como se dice cuando los boletos para un concierto están agotados.
“Se ve impresionante”, dijo un hombre peruano que portaba una chamarra negra estampada con un águila devorando una serpiente en la parte de la espalda, mientras vibraba el momento desde un templete al pie del balcón presidencial.
Pero para AMLO, quien desde el 2005 ha hecho del zócalo su corazón y escudo político-social ante sus adversarios, la plaza llena a tan solo quince días de extinguirse su sexenio fue el periplo perfecto.
El peregrinaje de López Obrador hacia la Presidencia -un político de 70 años que nació en el tropical estado de Tabasco- inició en abril de 2005 cuando durante el Gobierno del expresidente Vicente Fox, diputados del partido oficialista, el PAN, buscaron desaforarlo como jefe de Gobierno del Distrito Federal, hoy Ciudad de México.
El 24 de abril de 2005, AMLO realizó en el zócalo un mitin masivo al que llamó “Marcha del silencio contra el desafuero”. Ese fue el primer gran zócalo con el que López Obrador, después de la crisis del desafuero, caló el tamaño de su movimiento y dio el banderazo para lo que continuó los siguientes 19 años: la movilización y ejercitar el músculo social.
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Para protestar contra el desafuero, el zócalo; para autoproclamarse presidente legítimo después de acusar fraude en la elección presidencial de 2006 en la que resultó ganador Felipe Calderón, el zócalo. Para convocar a la defensa del petróleo y la soberanía nacional en 2008, el zócalo.
Ya como presidente, el zócalo fue el escenario predilecto en al menos en siete ocasiones de mensajes relevantes, la plaza que es considerada la segunda más grande del mundo, de acuerdo con la Autoridad del Centro Histórico:
Su primer discurso tras ganar la elección presidencial el 1 de julio de 2018, el mensaje de toma de posesión el 1 de diciembre de 2018, el primer informe de actividades el 1 de julio de 2019, el primer año de Gobierno el 1 de diciembre de 2019, la celebración de cuatro años de lo que denomina la Cuarta Transformación el 27 de noviembre de 2022, los 85 años de la Expropiación Petrolera el 18 de marzo de 2023 y su sexto Informe de Gobierno el 1 de septiembre de 2024.
Este peregrinar por la Presidencia concluyó la noche del 15 de septiembre que tuvo como telón un zócalo alumbrado por drones que formaron la palabra “México” en el cielo y la pirotecnia multicolor que brillaba en el cielo después de ser lanzada desde la Catedral Metropolitana y los edificios virreinales que hoy son oficinas del Gobierno de Ciudad de México.
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Las 28 vivas de AMLO y la Cuarta Transformación
AMLO le dijo adiós a su pueblo con la arenga más larga que haya dicho en los gritos de su sexenio.
Miles de personas esperaron ansiosamente el momento en el que el fundador del partido Morena apareciera en el pulido balcón presidencial para tocar la Campana de Dolores y celebrar la Independencia y, de pasadita, su fin de sexenio.
Tres veces cayó la lluvia durante las cuatro horas previas al grito, por momentos la plancha del zócalo era una alfombra de paraguas y solo sobresalían las banderas de México escurridas por el agua.
La bandera monumental que está al centro de la plaza no dejó de ondear pese al aguacero. Nadie se movió de su lugar, aunque tuviera los pies empapados, esto incluye a los elementos de seguridad del Gobierno vestidos de civiles para camuflarse entre la multitud que aguardaba al presidente al pie del balcón.
Mientras transcurrían esas horas de espera en el zócalo, el expresidente de México, Ernesto Zedillo, rompió el silencio después de casi un cuarto de siglo y declaró que la reforma judicial enterrará la democracia mexicana y que el Congreso aprobó cambios constitucionales que destruirán al Poder Judicial.
AMLO promulgó la tarde del domingo 15 de septiembre la reforma judicial que desde ahora obliga a organizar una elección por voto popular de los ministros de la Corte y de los magistrados y jueces.
Un zócalo abarrotado sin buena señal de Internet parece no haberse enterado de esas declaraciones y quizá la aparición en el escenario, en punto de las 22:00 horas de la Banda MS, hizo que los patriotas guardaran el teléfono celular en la bolsa para cantar y bailar.
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“El Sinaloense”, una canción regional que los mexicanos bailan alegres y zapateando en el piso, fue la melodía con la que Banda MS, originaria de Sinaloa, abrió su presentación en uno de los dos escenarios colocados frente a Palacio Nacional.
El Gobierno de Sinaloa canceló en la víspera del 15 de septiembre los festejos patrios en la capital estatal Culiacán ante la violencia desatada por el crimen organizado tras la detención en EE.UU. del narcotraficante Ismael ‘El Mayo’ Zambada, de acuerdo con declaraciones a prensa local del gobernador de Morena, Rubén Rocha.
22:50 horas, llegó el momento del grito. AMLO saludó a la Escolta de Bandera del Heroico Colegio Militar y tomó la bandera que ondearía desde el balcón. “Mexicaanaaas, mexicaanooos”, comenzó la arenga de 28 vivas con el ceño rígido y ataviado con la banda presidencial.
Pasó de “muera la avaricia” a “viva el amor”, para concluir una nueva arenga que fue la que selló el adiós: “Viva la Cuarta Transformación”.
Desde el balcón presidencial y acompañado de su esposa, la escritora Beatriz Gutiérrez Müller, AMLO pudo disfrutar del alumbrado decorativo del zócalo que este año tuvo como protagonistas a personajes de la historia de México de las “tres transformaciones del país”, según Obrador.
Por ejemplo, de frente, el presidente divisó las siluetas que forman parte de su inspiración y pensamiento; Benito Juárez es uno de esos personajes, a quien considera el mejor presidente que ha tenido México.
Tras el grito, AMLO ondeó la bandera mexicana, tiró del cordón de la campana y al terminar mandó abrazos apretados desde el balcón presidencial. Un grupo de ciudadanos desplegó al pie del balcón una lona de unos 10 metros de largo en la que decía “Gracias”, como es el título de su último libro.
La señora Yolanda, con su Amlito a la altura del corazón, dijo que para ella es un orgullo que AMLO sea el iniciador de la Cuarta Transformación. “Esperamos que dure mucho tiempo su legado”, expresó.
Claudia Sheinbaum, presidenta electa de México, asistió como invitada a la ceremonia del grito acompañada de su esposo Jesús María Tarriba. Presenció la pirotecnia musicalizada con canciones típicas mexicanas desde uno de los balcones de Palacio Nacional.
AMLO, al finalizar la ceremonia, señalaba a Sheinbaum para que el público la viera. Sheinbaum aplaudía y agradeció el gesto de su mentor por más de 20 años. Fue así como simpatizantes de Morena corearon “es un honor estar con Obrador” y también retumbaron “Presidenta, presidenta”.
“De Claudia esperamos que siga los pasos de AMLO porque también las mujeres tenemos que crecer”, comentó la señora Yolanda, una de las 280.000 personas que, según cifras del Gobierno capitalino, acompañaron al presidente en el zócalo y calles aledañas en su último zócalo atiborrado.