Ciudad de México — Los intereses que paga el Gobierno de México por la deuda están encendiendo una alerta a partir de 2023 ya que, en medio de un ambiente de inflación y altas tasas de interés, el costo financiero cada vez consume más recaudación y eso implica presión sobre los ingresos tributarios que muestran signos de debilidad ante gastos crecientes.
Moody’s señaló que, aun con una trayectoria estable de la deuda pública en 2023 y 2024, es decir, con un Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP) por debajo del 50% como porcentaje del PIB, el pago de intereses por la deuda es un gasto en el que está viendo presiones.
El aumento en la carga de intereses, tanto respecto al PIB como a los ingresos del Gobierno, está presionando cada vez más la fortaleza fiscal del soberano en comparación a sus pares de calificación, dijo la agencia calificadora en una nota del 11 de septiembre.
“En lo que nos vamos a enfocar es en particular en este tema de la trayectoria de la carga de los intereses que es un nuevo punto de presión para México”, declaró Renzo Merino, analista soberano para México de Moody’s, el 27 de septiembre en conferencia de prensa.
La Secretaría de Hacienda proyectó en los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) que, para cierre de 2023, se estima que los ingresos tributarios asciendan a MXN$4,444 billones y el costo financiero de la deuda se espera termine en MXN$1,073 billones, lo que implica que el pago de intereses como proporción de la recaudación sería de 24%.
Para 2024 la proyección es que el pago de intereses consuma más ingresos tributarios.
Hacienda estima una recaudación de MXN$4,941 billones y un costo de la deuda de MXN$1,263 billones, por lo que el pago de intereses representará 25,5% de la recaudación.
Los datos de Hacienda indican que, hace 10 años, en 2013 y 2014, esas proporciones eran de 20% y 19%, respectivamente.
Costo de la deuda y consolidación fiscal
Héctor Villarreal, director de la Iniciativa para la Transición Económica y Demográfica (ITED) del Tecnológico de Monterrey, dijo en entrevista que el costo financiero está en un nivel alto y probablemente no va a bajar tan rápido ante el ambiente de altas tasas de interés por un buen tiempo.
Mencionó que antes de la crisis económica que desató la pandemia de Covid-19 el país vivió varios años con tasa de interés baja (2009-2016), incluso, había países desarrollados en los que los bancos centrales tenían tasas de interés de 0%, pero eso se acabó.
Hacia delante, apuntó, las calificadoras y los estudiosos de la política fiscal deberán preguntarse cuánta recaudación estará consumiendo el pago de intereses de la deuda, ya que se está convirtiendo en una alerta para las finanzas públicas junto con el gasto en pensiones y las transferencias a los estados.
“Sí nos preocupa el costo financiero y no porque México lo tenga particularmente alto comparado con otros países, sino que cuando ves la razón costo financiero con la recaudación pues entonces sí es muy preocupante”
Héctor Villarreal, director del ITED
Las pensiones, el costo financiero y las transferencias federales a las entidades son tres gastos ineludibles que en 2023 suman MXN$5,020 billones, monto que rebasa los MXN$4,444 billones de ingresos tributarios previstos para cierre de año, de acuerdo con los CGPE.
En 2024 el escenario es similar, esos tres gastos ineludibles sumarán MXN$5,325 billones, monto que “se comerá” los MXN$4,941 billones de recaudación proyectada.
Villarreal afirmó que un Gobierno no puede operar bajo este escenario en el que la recaudación total de un año se va a cubrir solo tres gastos.
“Es aquí donde en México nos podríamos poner nerviosos. La economía mexicana pasa por un buen momento, pero fiscalmente hay muchos compromisos que le pueden complicar la vida al siguiente Gobierno. Se necesita avanzar hacia una consolidación fiscal”
Héctor Villarreal, director del ITED
El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó este 4 de octubre la declaración correspondiente al Artículo IV de 2023 en el que estableció que el próximo Gobierno deberá tomar decisiones difíciles para mantener la trayectoria fiscal a mediano plazo.
Anticipó que se prevé una gran consolidación fiscal para 2025 que frenará considerablemente el crecimiento y neutralizará el impulso previsto para 2024. Para cumplir estos objetivos serían necesarias medidas fiscales significativas de alrededor de 2,5% del PIB, que incidirían principalmente en el aumento de los ingresos no petroleros.
Para la consolidación fiscal -dice el FMI- el Gobierno mexicano debería eliminar la tasa cero del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y racionalizar las exenciones; ampliar el Impuesto Sobre la Renta (ISR) de las personas físicas, y aumentar los impuestos sobre la propiedad.