Claudia Sheinbaum es la primera mujer presidenta de México y la 16 en América Latina

Sheinbaum compartirá periodo en el poder con la presidenta de Honduras y con la de Perú, cuyo Gobierno declaró persona non grata al aún presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Por

Ciudad de México — Claudia Sheinbaum se acaba de convertir en la próxima primera mujer presidenta en la historia de México, lo que marca un avance en materia de igualdad de derechos políticos, sin embargo en América Latina, en este hito, el país se estrena un poco tarde.

Sheinbaum será la número 16 en la historia de la región, en donde la participación de la mujer en el poder ha enfrentado diversas etapas en medio de golpes militares y crisis políticas. En cuanto a Norteamérica, será la segunda. Canadá tuvo una primera ministra, Kim Campbell, quien estuvo menos de cinco meses en el cargo en 1993.

La elección de una mujer presidenta en México está llegando 50 años después de que una mujer asumió la silla presidencial por primera vez en Latinoamérica, aunque esto “no es una competencia”, considera Ana María Fernández Poncela, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), destacando los avances de paridad política en otros niveles de Gobierno en México.

A nivel mundial, actualmente existen 28 mujeres fungiendo como jefas de Estado o de Gobierno, de acuerdo con el más reciente corte de UN Women. La representante de Morena incrementará esa cifra cuando asuma la presidencia de México el próximo 1 de octubre.

Presidentas en América Latina: una historia de 50 años

Claudia Sheinbaum llegará a la presidencia medio siglo después que la primera mujer latinoamericana alcanzara el poder presidencial, pero a diferencia de ellas, lo hace bajo un contexto de estabilidad política.

La brecha fue abierta por la argentina Isabel Perón, quien fue nombrada presidenta en 1974 tras la muerte de su marido y presidente Juan Domingo Perón. La mandataria se mantuvo menos de dos años en el cargo tras la amenaza militar.

Una suerte similar fue la que vivió la boliviana Lidia Gueiler, quien llegó al poder siendo la presidenta de la Cámara de Diputados. Su mandato duró un año, de 1979 a 1980, en medio de un conflicto que la llevó a buscar asilo político.

Tras estas primeras experiencias, los años ochenta fue una década de sequía de presidentas en la región. Los noventa marcaron una segunda ola de cinco mandatarias, destacando por su permanencia los gobiernos de Violeta Chamorro (1990-1997) en Nicaragua y Mireya Moscoso (1994-2004) en Panamá.

La llegada del siglo XXI marcó la irrupción de las mujeres en América Latina, con ocho presidentas, tres de ellas alcanzando dobles mandatos: Michelle Bachelet en Chile (2006-2010 / 2014-2018), la argentina Cristina Fernández (2007-2011/ 2011-21015 y Dilma Rousseff en Brasil (2011-2014 / 2014-2016), quien enfrentó en su segundo término una revocación de mandato.

Claudia Sheinbaum compartirá periodo en el poder con la presidenta de Honduras, Xiomara Castro y con la mandataria de Perú, Dina Boluarte, cuyo Gobierno declaró persona non grata al actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

¿México llega tarde con su primera presidenta?

En 2025 se cumplirán 70 años desde que en 1955 las mexicanas ejercieron por primera vez el derecho de votar y ser votadas a nivel federal, pero no fue hasta 27 años después, en 1982, cuando se presentó la primera candidata a la presidencia.

Desde 1982 hasta 2018 seis mujeres tuvieron la intención de llegar a la presidencia de México.

“No había habido nunca candidatas con posibilidades y en esta ocasión por primera vez hubo y además dos”, dijo Fernández Poncela.

En las elecciones de 2018, donde López Obrador resultó ganador, se presentaron finalmente cuatro hombres a la contienda electoral, tras la decisión de la exprimera dama Margarita Zavala de declinar a meses de la contienda, ante la baja intención de voto a su favor.

La composición de candidatos cambió en 2024, con tres candidatos, dos mujeres y un hombre.

Claudia Sheinbaum, la candidata del partido en el poder, encabezó las preferencias electorales durante los tres meses de campaña. Durante este periodo fue seguida en intenciones de voto por la opositora Xóchitl Gálvez. Jorge Álvarez Máynez se mantuvo en el tercer lugar.

A pesar de que han pasado décadas para que México eligiera su primera presidenta, Claudia llega por voto directo bajo un esquema institucional de estabilidad, a diferencia de lo que vivieron las primeras mujeres al mando de un país en la región.

La llegada de la científica al poder se da en medio de avances en materia de paridad de género que incluyó cambios a la Constitución hace 10 años, en 2014, para garantizar la paridad entre mujeres y hombres en las candidaturas a la Cámara de Diputados, Senado y congresos Estatales.

México estaría entre los tres primeros lugares a nivel regional, en materia de participación de mujeres en el legislativo, en el gabinete presidencial y en el número de presidentas municipales, un espacio en el que Fernández Poncela indica todavía existen retos.

La primera presidenta de México también llega a sumar en un contexto en el que otros espacios de poder son encabezados por mujeres. El Poder Judicial y el Banco de México (Banxico) son liderados por mujeres, la ministra Norma Piña y la gobernadora Victoria Rodríguez.