Bloomberg — El presidente Joe Biden esbozó en un artículo de opinión un marco para el futuro de Gaza tras la guerra, que incluye la no reanudación de la ocupación israelí, la gobernanza unificada por parte de “una Autoridad Palestina revitalizada” y un eventual esfuerzo de reconstrucción que incluya acuerdos provisionales de seguridad.
“Para empezar, Gaza no debe utilizarse nunca más como plataforma para el terrorismo”, afirmó Biden en el Washington Post el sábado. “No debe haber ningún desplazamiento forzoso de palestinos de Gaza, ninguna reocupación, ningún asedio o bloqueo y ninguna reducción del territorio”.
En una advertencia a Israel, lanzó la amenaza de prohibir los visados estadounidenses a los “extremistas” que ataquen a civiles palestinos en Cisjordania. Al mismo tiempo, señaló que un alto el fuego no está sobre la mesa porque no traería la paz mientras “Hamás se aferre a su ideología de destrucción”.
Biden relacionó la guerra entre Israel y Hamás y la lucha de Ucrania por revertir la ocupación rusa como crisis gemelas que requieren un compromiso global de Estados Unidos, mientras sus peticiones de más ayuda a ambos aliados siguen estancadas en el Congreso.
Mientras Israel prosigue su operación militar en Gaza en respuesta al ataque de Hamás del 7 de octubre, los diplomáticos estadounidenses en la región instan a los dirigentes árabes e israelíes a que empiecen a planificar las consecuencias. En un esfuerzo por evitar un conflicto regional más amplio, las autoridades estadounidenses han indicado a los países árabes que no apoyarán la reanudación del control israelí sobre Gaza.
En Washington, una prórroga temporal de la financiación del gobierno estadounidense que Biden convirtió en ley esta semana dejó fuera miles de millones en ayuda de emergencia para Ucrania e Israel solicitada por la Casa Blanca. A principios del año que viene, el Congreso se verá en la tesitura de decidir si reparte ayuda exterior a sus aliados en el extranjero cuando se cumplan los plazos presupuestarios.
En el último mes, el Pentágono ha incrementado discretamente el suministro de armas a Israel, incluidos misiles guiados por láser y munición antibúnker.
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