Ciudad de México — México volverá a encender en 2024 los motores del consumo privado y la inversión para impulsar a la economía, en medio del proceso electoral más grande de la historia que pondrá gasto público récord en circulación y de los riesgos que podrían generar al país la elección presidencial y la desaceleración en Estados Unidos.
Así lo proyectaron en entrevistas por separado con Bloomberg Línea Alejandro Padilla, economista en jefe de Banorte, y Rafael de la Fuente, economista en jefe para América Latina de UBS, quienes fueron ganadores del premio 2023 a los mejores pronosticadores económicos de México otorgado por FocusEconomics.
Los economistas dijeron que la elección presidencial no genera, hasta ahora, alerta al mercado, ya que se espera que la contienda electoral transcurra en un entorno democrático y de legalidad, y que México mantenga la estabilidad macroeconómica con cualquiera de las precandidatas punteras, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, que resulte ganadora de la silla presidencial.
“Hay que estar atentos al desarrollo del proceso electoral, pero el escenario base es que va a haber continuidad en la estabilidad macro”, afirmó Padilla. “Si el entorno político se vuelve más complicado por unas elecciones cerradas, esa sería una situación que pudiera preocupar, pero hoy las encuestas dan baja probabilidad”, dijo De la Fuente.
El nearshoring y la llegada de la inversión extranjera es otro factor al que se dará seguimiento en cuanto a su influencia en el avance del Producto Interno Bruto (PIB).
Los pronósticos económicos de AMLO y Banxico
El Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador pronosticó desde septiembre, cuando entregó al Congreso el Paquete Económico, que la economía crecerá en un rango de 2,5% y 3,5% en 2024, similar al que estimó para cierre de 2023.
El consumo privado y los mayores niveles de inversión pública y privada son los factores en los que el Gobierno fundamentó el crecimiento del PIB para el último año del sexenio de AMLO, como se le conoce al presidente.
Asimismo, los aumentos al salario mínimo y el despliegue de diversos programas sociales continuarán impulsando el consumo de los hogares, según la Secretaría de Hacienda. En 2024, el salario aumentó 20% y el Presupuesto aprobado es de MXN$9 billones, de los cuales, solo tres programas sociales consumirán 5,5%: Pensión para Adultos Mayores, Pensión para Personas con Discapacidad y Sembrando Vida.
Banco de México (Banxico) ajustó al alza su pronóstico de crecimiento a finales de noviembre ante la postura fiscal expansiva en el último año de la administración de AMLO.
El banco central estima que la economía crecerá entre 2,3% y 3,7% en 2024, con una estimación central de 3%, mayor a la de 2,1% que había previsto a finales de agosto. El instituto central espera un dinamismo de la actividad económica sesgado hacia la primera mitad del año, en congruencia con la evolución que se ha observado en episodios de años electorales previos.
Alejandro Padilla: programas sociales ayudan a inercia del consumo
Alejandro Padilla, director general Adjunto de Análisis Económico y Financiero de Banorte, dijo que para 2024 estiman un crecimiento de 2,4% que estará apoyado por catalizadores observados en 2023, como es el consumo privado, la inversión, las remesas y condiciones favorables del mercado laboral y del crédito de la banca.
Si bien la economía se expandirá menos este año respecto de 2023, el cual se espera concluya con un crecimiento de 3,3%, el 2024 tendrá catalizadores a seguir como la inversión, tanto en la que se refiere a proyectos de infraestructura que el Gobierno busca concluir antes de las elecciones el 2 de junio y la inversión extranjera atraída por el nearshoring.
Padilla señaló que el gasto público destinado a los programas sociales será un factor a tomar en cuenta en 2024, ya que pesa 2,1 puntos porcentuales del PIB y ese dinero estaría ayudando al consumo.
Pensamos que la primera mitad del año estará apoyada por el estímulo fiscal, esto es los programas sociales, programas de infraestructura, y eso le va a ayudar a la economía a continuar con una inercia favorable al consumo y la inversión
Alejandro Padilla, economista en jefe de Banorte
Las elecciones en Estados Unidos son otro factor a tomar en cuenta en 2024, sobre todo si Donald Trump resulta candidato del Partido Republicano y usa los temas de migración y comercio como bandera política, sin embargo, aún falta conocer a los candidatos oficiales para poder fijar una posición.
Banorte no tiene como escenario base una recesión en la economía estadounidense, pero espera una moderación de la actividad, lo que se reflejaría en el desempeño de la actividad mexicana, la cual depende en cerca de 58% de la actividad del vecino país.
Rafael de la Fuente: menor dinamismo, pero sin debacle
Rafael de la Fuente, economista en jefe para América Latina de UBS, dijo que para 2024 proyectan un crecimiento de 2,2% que es más bajo que el pronóstico de Banxico porque el estimado del banco suizo incorpora todavía una recesión en Estados Unidos; sin recesión la proyección de crecimiento sube a entre 2,5% y 2,7%.
Señaló que tanto el consumo interno privado como la inversión serán los dos componentes de la demanda doméstica y seguirán siendo el principal motor de crecimiento de la segunda economía más grande de América Latina, ante un posible riesgo de recesión en Estados Unidos.
De la Fuente dijo que se espera pérdida de dinamismo en el sector externo y que ya se ha comenzado a ver en algunos sectores de la economía mexicana la desaceleración, como es el sector manufacturero no automotriz.
Algunos motores de crecimiento de 2023 creo que pueden perder dinamismo en 2024 como el empleo, pero no creo que sea un año de debacle, y creo que puede ser un año donde el crecimiento puede seguir sólido y si no hay recesión en Estados Unidos es probable que tengamos números más cercanos a los que hablan las autoridades
Rafael de la Fuente, economista en jefe para América Latina de UBS
Aun con esa antesala -apuntó- el pronóstico de 2,2% para el PIB mexicano en 2024 es un poco más alto de su promedio histórico y es un número que habla de la fortaleza de la economía mexicana en un supuesto de recesión a mitad de año en Estados Unidos.
El estratega consideró que el consumo se verá beneficiado por los salarios reales que han continuado ganando espacio en gran medida por la caída en la inflación y también porque ha habido una revisión en los salarios contractuales a raíz del aumento del salario mínimo.
Por el lado de la inversión, anotó que la inversión privada ha tomado más vuelo en la construcción no residencial, reconociendo que parte del boom de la inversión tiene un componente público no menor en las megaobras del Gobierno. La inversión -añadió- probablemente pierda fuerza en la segunda mitad del 2024, pero la inversión privada puede compensar el faltante por el nearshoring.