Asesor económico de Xóchitl Gálvez propone reforma fiscal profunda para Pemex

En entrevista con Bloomberg Línea, Fernando Galindo, asesor económico de la candidata presidencial Xóchitl Gálvez, dijo que el apoyo a Pemex afecta la capacidad de gasto del Gobierno en programas sociales

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Ciudad de México — Fernando Galindo, asesor económico y hacendario de la candidata presidencial de oposición Xóchitl Gálvez, propuso una profunda reforma fiscal para la empresa estatal Petróleos Mexicanos, la petrolera más endeudada del mundo, durante una entrevista con Bloomberg Línea.

El subsecretario de egresos de Hacienda durante el sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto, quien gobernó de 2012 a 2018, dijo que la gran reingeniería presupuestal está en Pemex, como se conoce a la compañía, porque en los últimos seis años ha recibido transferencias del Gobierno mexicano por MXN$2 billones en inyección de capital y reducciones de su carga fiscal sin generar mayor producción ni mayores ingresos para el país.

En el fondo, lo que requiere este país es una reforma profunda al esquema fiscal de Pemex y a las aportaciones que se han ido a un barril sin fondo”, declaró el economista mexicano.

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Galindo mencionó que con tan solo 30% de los recursos que el Gobierno ha dado a Pemex se hubieran pagado 25 programas sociales, pues las aportaciones a la compañía han mermado los ingresos y gastos de la administración federal para cubrir servicios como escuelas de tiempo completo, estancias infantiles, así como la reducción que ha tenido el gasto federal en seguridad pública.

Uno de los primeros pasos para mejorar las finanzas de Pemex, dijo, es frenar las pérdidas concentradas en el negocio de refinación y llevar a las refinerías a un punto de equilibrio mientras Pemex se enfoca su inversión de capital en extraer petróleo, además de realizar asociaciones con petroleras privadas en los casos donde exista un riesgo significativo de exploración.

“Donde Pemex no tenga el capital necesario y haya un riesgo enorme para la producción petrolera que haya asociaciones con el sector privado, como dijo la candidata (Gálvez). Está en la Constitución”, comentó.

Gálvez y su asesora en materia energética, Rosanety Barrios, han propuesto el cierre de dos refinerías, Madero y Cadereyta por la contaminación que producen, y utilizar los espacios para atraer inversiones de hidrógeno verde, energías renovables y almacenamiento de energía, además de concentrar los esfuerzos de Pemex en exploración y producción de petróleo y gas.

Cuestionado por el requisito de mayoría de diputados y senadores en el Congreso del bloque opositor formado por los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD) para poder aprobar una reforma a Pemex, Galindo dijo que también es posible mejorar la situación de la petrolera mexicana sin una reforma, la cual se puede enfocar en una gestión administrativa eficiente de su producción para obtener más ingresos.

“Eso puede puede llevarnos a darle la vuelta a Petróleos Mexicanos en un corto plazo”, declaró.

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El economista mexicano, quien ocupó el lugar de Carlos Urzúa en el equipo de Gálvez tras su fallecimiento en febrero de este año, también señaló que las aportaciones del Gobierno a la empresa se pueden reducir desde el primer día de la nueva administración en un contexto donde “muchas” se han destinado a la refinería Dos Bocas, obra estrella de AMLO con un sobrecosto que ya rebasa el doble del presupuesto original de US$8.000 millones, y que no necesariamente tendrá una rentabilidad social y económica.

“Al final, el objetivo fundamental de Pemex es aportar al Estado mexicano para dar mejores servicios”.

Pemex ha respondido a las críticas de la oposición por el constante apoyo gubernamental. Durante su más reciente llamada con accionistas, la petrolera dirigida por Octavio Romero Oropeza informó que ha entregado MXN$3,8 billones a las arcas públicas mientras que el Gobierno ha transferido MXN$869.000 millones.

Pero Pemex, con una deuda financiera de MXN$1,79 billones (US$106.100 millones), enfrenta fuertes pérdidas en el negocio de refinación petrolera. Su empresa subsidiaria Pemex Transformación Industrial (TRI), encargada de operar las seis refinerías, ha reportado números rojos desde su creación en 2015 con la excepción del primer trimestre de 2023.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha concentrado su política energética en el rescate de la compañía y su negocio de refinación petrolera para bajar el precio de la gasolina y el diésel, pero las obras necesarias para lograr el objetivo, como la refinería Dos Bocas y las plantas coquizadoras en Tula y Salina Cruz, han registrado múltiples retrasos y actualmente siguen sin entrar en operación.

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Para 2024, Hacienda presupuestó una inédita partida de MXN$145.000 millones (US$8.000 millones) para el pago de vencimientos de deuda de Pemex. En materia fiscal, el Gobierno de AMLO, como se conoce al mandatario, redujo el pago del Derecho de Utilidad Compartida de Pemex de 65 hasta 30% durante su sexenio.

Los resultados de la estrategia han sido mixtos. Aunque en la gestión de AMLO, Pemex ha logrado elevar la producción petrolera, la empresa ha sido incapaz de cubrir sus vencimientos de deuda con los ingresos que genera, incluso han tenido que emitir deuda financiera por US$2.000 millones a pesar de las críticas de AMLO al endeudamiento de la compañía en el sexenio anterior.

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