Ciudad de México — Los altos costos de volar siguen pasando factura a Volaris, la principal aerolínea mexicana por número de pasajeros transportados, que cerró el primer trimestre de 2023 con pérdidas por US$71 millones, números rojos que fueron 181% mayores a los esperados por el consenso de Bloomberg.
Los clientes de la aerolínea continuaron volando durante los tres primeros meses de 2023. Los ingresos operativos registrados por Volaris de US$731 millones, fueron incluso mayores en 29% a lo obtenido un año antes, de acuerdo con el reporte trimestral de la aerolínea de bajo costo.
Sin embargo, los gastos a nivel operativo superaron el impulso en ventas. Entre enero y marzo sumaron US$762 millones, un efecto que contribuyó en la pérdida neta trimestral.
Los números rojos por US$71 millones fueron los mayores para un primer trimestre desde el año 2020, cuando se anunció la llegada del Covid-19 a México. El primer trimestre ha sido de pérdidas para la empresa durante cinco de los últimos seis años.
Durante los primeros tres meses prácticamente todos los rubros de costos registraron crecimiento, en comparación con el mismo periodo de 2022, a pesar de las medidas de control puestas en marcha.
“En el futuro, la fortaleza de nuestra red junto con nuestro estricto control de costos nos brindará una ventaja competitiva cada vez mayor en nuestros mercados”, dijo el presidente y CEO de Volaris, Enrique Beltranena, durante su reporte trimestral.
Los tres principales costos de la empresa registraron un crecimiento de doble dígito. El combustible, el principal gasto de Volaris, subió 32%, mientras que los gastos de navegación, aterrizaje y despegue crecieron 19,6%; los salarios y beneficios aumentaron 35,8%, año a año.
Antes de conocer los resultados, analistas de Banorte habían apuntado a la probabilidad de una recuperación de la rentabilidad, ante la baja secuencial 7% en el precio del combustible, si se compara con lo registrado en el cuarto trimestre de 2022, en una nota a inicios de abril.
La pérdida neta también fue provocada por mayores costos financieros, que crecieron 24,3% y una pérdida cambiaria de US$14 millones, que contrastó con la utilidad cambiaria de US$13 millones de un año previo.