Bloomberg — Durante un tiempo, parecía que Grupo Elektra, uno de los mayores minoristas de electrodomésticos de México, iba a convertirse en un valor zombi. Las acciones dejaron de cotizar en julio a petición de su accionista mayoritario. Cuando los reguladores quisieron levantar la prohibición, la empresa presionó para prorrogarla, estableciendo un estira y afloja y dejando a los inversores en el limbo.
Entonces, el lunes 2 de diciembre empezaron a aparecer operaciones que valoraban las acciones un 50% por debajo de donde estaban en julio. Una oferta tan baja normalmente activaría un interruptor automático en la bolsa, pero el regulador la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) ordenó una anulación, desafiando una orden judicial obtenida por los abogados del accionista mayoritario de Elektra, el multimillonario Ricardo Salinas Pliego.
Al final de la sesión, las acciones de Elektra se desplomaron 71%, vaporizando US$5.500 millones de dólares de la fortuna de Salinas. El golpe -que representa la mitad de su patrimonio- lo sacó de la lista de los 500 más ricos del mundo.
El propio Salinas ha restado importancia a la debacle, bromeando sobre el golpe a su riqueza. El miércoles, mientras volaba de Ciudad de México a Buenos Aires en su avión privado, publicó en X “esta pobreza en la que dicen que he caído no me sienta tan mal”. La prolífica personalidad de las redes sociales -con 1,9 millones de seguidores en X- ya se había burlado de quienes comentaban sobre su riqueza, sobre el papel, como idiotas, añadiendo que el declive se debía a su decisión de privatizar la acción.
El viernes, la acción subió hasta un 34% en las operaciones de la tarde, lo que provocó breves paradas de la negociación debido a la volatilidad, antes de recortar las ganancias. Aún así, terminó la semana con un descenso de casi el 70%, cerrando en torno a los MXN$288 por acción, frente a su último precio en julio, de MXN$945 .
Luciano Pascoe, vocero de Grupo Salinas, escribió en X el martes que era natural que la acción cayera dado el plan de la empresa de deslistar acciones en medio de la investigación por fraude. "¿Es esto lo que vale Elektra? No, vale mucho más y sus estados financieros lo demuestran", publicó.
La empresa no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios el viernes 6 de diciembre.
Antes del desplome de las acciones, la empresa sugirió que podría demandar a los reguladores y a la bolsa si permitían que se reanudaran las operaciones. Cuando las acciones se hundieron el lunes, ampliaron esa amenaza implícita a cualquiera que negociara con las acciones.
Salinas tiene un largo historial de litigios exitosos y agresivos. Es famoso su triunfo en una batalla con la bolsa en 2012, cuando ésta se movilizó para sacar a Elektra del índice bursátil de referencia del país.
La principal razón por la que el precio de las acciones se ha desplomado es que la empresa fue retirada del índice bursátil S&P/BMV IPC en agosto debido a la prolongada interrupción de la cotización. Eso significa que los fondos de seguimiento del índice se vieron obligados a vender.
Caso de fraude
La situación se complica aún más por las acusaciones de fraude que desencadenaron en primer lugar la paralización. Salinas alega en los tribunales británicos que fue estafado por un fondo que decía estar vinculado a la familia Astor de la Edad Dorada neoyorquina.
Aunque obtuvo un préstamo de US$110 millones del fondo, sus abogados alegan que la mayoría de los 7,2 millones de acciones que se entregaron como garantía se vendieron para financiar los mismos préstamos que se le concedieron a él, y que el resto de los beneficios se los embolsó el acreedor, que había negado cualquier delito y afirma que Salinas incumplió su deuda.
Tras su desplome inicial, las acciones se han tambaleado porque los inversores siguen recelosos de ver una oferta decente por Salinas para llevar la empresa al sector privado. Elektra convocó una asamblea de accionistas para votar la propuesta para el 27 de diciembre. Salinas posee alrededor del 75% de las acciones, según datos recopilados por Bloomberg.
Las acciones se han hundido por debajo del valor contable actual de MXN$419 por unidad. La legislación mexicana exige que las ofertas de acciones ofrezcan a los inversores al menos el valor contable por sus acciones.
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