Ciudad de México — El acceso a la electricidad es el principal cuello de botella que enfrenta México (BBB-) para aprovechar los beneficios de la relocalización de empresas privadas más cerca de su mercado final, fenómeno comercial conocido como nearshoring, señaló la agencia Fitch Ratings.
Todd Martínez, director senior en el grupo de soberanos de Fitch Ratings, dijo a Bloomberg Línea que en un escenario pasivo sin que el Gobierno mexicano haga nada, el país tendrá algún beneficio por nearshoring, pero sería mucho más grande en un escenario de política activa con esfuerzos para cortejar inversiones y abordar algunos cuellos de botellas que mantienen a los inversionistas con cautela.
“Yo creo que el principal es el acceso a electricidad”, dijo.
Las redes eléctricas del país se encuentran en un punto límite —con apagones en los picos de demanda del verano— tras la apertura a la inversión privada del mercado de generación eléctrica con la reforma energética del expresidente Enrique Peña Nieto, quien dejó inconclusa la licitación de grandes proyectos de transmisión con un valor superior a US$2.000 millones. El Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador canceló los proyectos además de nuevas subastas de energía eléctrica.
AMLO, como se conoce al mandatario mexicano, busca darle el control del sector eléctrico a la empresa estatal CFE para que conserve el 54% del mercado y el resto quede en manos de la iniciativa privada. Para lograrlo, su Gobierno intentó modificar reglamentos administrativos, reformó leyes secundarias, incluso intentó modificar la Constitución, acciones que tuvieron resultados mixtos.
Los inversionistas, dijo Martinez, quieren confianza en el acceso a energía barata y verde porque muchas compañías estás sujetas a sus requerimientos ESG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza).
“En este momento la política mexicana no es particularmente propicia para eso. Veo que el enfoque se centra más en los incentivos fiscales, que es un anuncio reciente que hizo México, que en este tema más importante”.
Para Martinez, a pesar de que el nearshoring es el tema más candente en México, es difícil verlo en los datos recientes.
En el segundo trimestre de este año, la Inversión Extranjera Directa (IED) no es más alta que su promedio histórico y su componente de nuevas inversiones de capital en terrenos, parques y equipos no está mostrando la “fiebre del oro” por el nearshoring.
La Inversión Extranjera Directa registró US$29.041 millones durante el primer semestre de 2023, pero solo 7% se trata de nueva inversión, según los datos más recientes publicados por la Secretaría de Economía.
Nuevo Gobierno, ¿nueva política energética?
Sobre el próximo Gobierno de México, el cual será elegido en las elecciones presidenciales de julio de 2024, Martinez dijo que Fitch está mirando todos los escenarios para decidir cuánto riesgo ven en cualquiera de ellos.
“Pero al menos en México, sin importar quién gane la presidencia, ya sea la oposición o el candidato del partido gobernante, creo que es probable que veamos una amplia continuidad política”.
La precandidata a la presidencia del bloque opositor Xóchitl Gálvez dijo previamente a Bloomberg Línea que la inversión privada en redes eléctricas es legal y factible —mediante una interpretación constitucional— mientras el Gobierno actual se apega a la Constitución en el uso exclusivo del Estado para el servicio de transmisión y distribución de electricidad.
El conflicto comercial entre Estados Unidos y China ha provocado que múltiples empresas salgan de Asia para instalarse más cerca de la principal economía del mundo, situación que ha colocado a México como uno de los destinos más propicios para recibir a las compañías por su frontera de 3.152 kilómetros con Estados Unidos.
Con información de Francisco Aldaya