Ciudad de México — El empresario mexicano más rico de México y América Latina, Carlos Slim Helú, participó en una maratónica conferencia de prensa en la que habló de sus inicios como empresario y la construcción de su imperio de telecomunicaciones, particularmente tras la privatización de la empresa Teléfonos de México, conocida como Telmex.
El ingeniero civil egresado de la UNAM, con una fortuna de US$99.400 millones según Bloomberg, respondió que la privatización de la empresa mexicana no fue un regalo por parte del Gobierno de México.
“Lo aseguro y lo apuesto (que no fue un regalo)”, declaró el magnate mexicano durante la rueda de prensa en sus oficinas de Grupo Inbursa en la Ciudad de México.
Slim Helú explicó que la empresa no era 100% del Estado mexicano, pues el 49% de sus acciones estaba en manos de inversionistas privados y negó que Telmex se vendió por un precio bajo.
El empresario mencionó que en 1986, la compañía valía US$176 millones. Algunos inversionistas compraron acciones de Telmex porque ya sabían que se privatizaría, lo cual aumentó su valor. En 1989, un año antes de la compra, Telmex valía US$ 3.730 millones, luego de una reapertura del crédito a México y América Latina a nivel internacional.
“Se habla de que se vendió muy barata, y no es cierto”, declaró Slim.
En 1990, la compañía se privatizó mediante un proceso de subasta durante el Gobierno del entonces presidente priista Carlos Salinas de Gortari que ganó un consorcio creado por Slim, y Telmex alcanzó un valor de US$ 8.615 millones, pero la empresa enfrentaba problemas de falta de clientes y servicios, además de retrasos y equipos viejos.
“Cuando se privatizó Telmex, tenía dos años y medio de retraso en la instalación de los teléfonos, más de dos millones de solicitudes que no se cumplían”, comentó.
En 2015, el expresidente Salinas de Gortari declaró que hubo compañías emblemáticas de México que se privatizaron y que con el tiempo no dieron el resultado esperado.
“¿Quiere que digamos nombres o mejor no hablamos de Telmex?”, declaró el político mexicano durante un evento de la revista The Economist en la Ciudad de México.
Durante la reunión con medios, Slim Helú expresó que Telmex no es negocio, opera con números rojos desde hace 10 años, y atribuyó la pérdida de clientes al freno regulatorio que le impide ofrecer servicio de televisión de paga.
A pesar de las pérdidas, Slim Helú acordó con sus hijos y herederos que no venderán Telmex.
“Puedes vender un cacho, pero tiene que ser mexicana”, declaró.
Otro de los problemas que señaló el empresario son los pasivos laborales de Telmex que ascienden a MXN$270.000 millones, y a pesar de que creó un fondo de pensiones por MXN$160.000 millones, le quitan MXN$20.000 millones cada año para hacer viable y no se endeude la compañía con 41.000 jubilados y algunos se retiran a los 53 años de edad.
Slim agregó que algunos han aceptado trabajar voluntariamente más años.
“Ha sido tan positiva la actitud de los trabajadores que entienden bien lo que está pasando y han aceptado mantenerse trabajando voluntariamente”, dijo Slim.
