Bloomberg Línea — Guatemala sigue paralizada en medio de las manifestaciones de ciudadanos simpatizantes del presidente electo Bernardo Arévalo, que rechazan en las calles y a través de bloqueos la presunta interferencia política de la Fiscalía General del país.
En el que se consolida como el décimo día de protestas, que comenzaron el pasado 2 de octubre, la Dirección General de Protección y Seguridad Vial del país registró a las 06:00 hora local, por lo menos 114 bloqueos de urbanas y carreteras en el país, especialmente en la ruta CA-1 Occidente, y que afectan principalmente a la Ciudad de Guatemala.
Arévalo, que resultó electo como nuevo presidente de Guatemala en la segunda vuelta del 20 de agosto, denunció la semana pasada un complot “golpista” para ser apartado del cargo. Y el martes 10 de octubre dijo a los medios que llamaba a la Organización de Estados Americanos (OEA) a exigir al gobierno actual, de Alejandro Giammattei, poner fin al “acoso” de la fiscal Consuelo Porras, argumentando que los golpes de Estado también pueden suceder “desde las cortes”.
Las denuncias del presidente electo están relacionadas con los diferentes allanamientos que se han realizado por parte de la Fiscalía al Tribunal Supremo Electoral (TSE) en los últimos días de septiembre, en los que fueron tomadas actas de resultados electorales.
¿Qué pasa en Guatemala?
Las manifestaciones continuas, de las que también participan comunidades indígenas y campesinas, tuvieron un clímax el 10 de octubre, cuando el gobierno ordenó a la Policía Nacional actuar para evitar más bloqueos en el país, pues ya se registran un centenar de estos.
Fue así como se registraron enfrentamientos entre los ciudadanos que participan de las protestas y la Fuerza Pública, que recurrió a gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes en la localidad de Chimaltenango, a 50 kilómetros de Ciudad de Guatemala.
Según Jorge Aguilar, portavoz del Ministerio de Gobernación, la actuación de la Policía fue una reacción a las intenciones “de los pobladores, algunos de ellos con el rostro cubierto, de tomar el control” de una represa que es administrada por la Empresa Municipal de Agua, en declaraciones al periódico Prensa Libre.
En Guatemala, la Corte Constitucional brinda garantías al libre ejercicio de los derechos a reunión pacífica y manifestación, reiterando la necesidad de preservar el “orden constitucional” del país.
El pasado lunes, las protestas pacíficas fueron intervenidas por un grupo de manifestantes que causaron destrozos en la capital del país.
El presidente Giammattei dijo el 9 de octubre en un mensaje oficial que Guatemala estaba sufriendo pérdidas económicas generalizadas por las protestas y enfatizó en que bloquear las carreteras no era “pacífico”.
“No se le puede dar golpe de Estado a alguien que no está gobernando, ustedes son los responsables de lo que estamos viviendo, a ustedes se les fueron de las manos el control de los manifestantes y bloqueos que han convocado”, dijo el presidente saliente en su discurso, respondiendo a las denuncias de Arévalo.
El proceso de transición de poder en Guatemala
El paso de mando en Guatemala se ha visto truncado desde que se validaron los resultados de la segunda vuelta de agosto, incluso con la suspensión temporal de la transición, que fue retomada a finales de septiembre con la aceptación del gobierno actual de las condiciones propuestas por Arévalo.
“Anuncio al pueblo de Guatemala que, con el fin de retomar la transición, utilizaremos la metodología planteada por el presidente electo, que está limitada única y exclusivamente a reuniones sectoriales”, dijo Giammattei en cadena nacional en los últimos días de septiembre.
La OEA, en cabeza de Luis Almagro, dijo el martes que las denuncias de supuestas irregularidades en las elecciones eran “infundadas” y reafirmó que el proceso de transición se reanudaba “con beneplácito”.
Arévalo recibirá el máximo cargo político de Guatemala el próximo 14 de enero.