El desarrollo de la IA crece en Latam, igual que su voraz demanda de agua y energía

Los centros de datos de IA pueden contribuir al empleo, la transferencia de tecnología y la industrialización, pero también impactar en recursos en algunos países de la región

Aunque el potencial es alto, Latam debe planear el crecimiento de la industria. Foto: Akos Stiller/Bloomberg
30 de noviembre, 2024 | 08:00 AM

Bloomberg Línea — Aunque Latinoamérica tiene potencial para incrementar el número de centros de datos con IA, también tiene un reto: buscar alternativas para saciar el hambre de energía y satisfacer la sed de agua de estos puntos.

La región tiene cuatro mercados que destacan por sus centros de datos: Bogotá (Colombia), Santiago (Chile), São Paulo (Brasil) y Querétaro (México), pero está siendo tan atractiva para los inversionistas que firmas como Research and Markets vaticinan que el mercado incrementará de US$6.000 millones en 2023 a US$10.070 millones en 2029.

Y, si bien los centros de datos con IA en América Latina apenas están en fase de desarrollo, “es necesario tomar medidas a tiempo para planear el crecimiento de la industria”, plantea Camilo Prieto Valderrama, profesor de cambio climático y experto en energía nuclear de la Pontificia Universidad Javeriana, a Bloomberg Línea.

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Muchos de quienes usan la IA a diario, a través de chatbots como ChatGPT, desconocen que los centros de datos consumen millones de litros de agua y hasta el 3% de la energía eléctrica del planeta, según la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés).

En 2022, los centros de datos consumieron 460 teravatios-hora (TWh), es decir, el gasto energético de Francia y casi seis veces más que el de Colombia. Y en Europa utilizan 273 millones de metros cúbicos de agua al año, aunque se pronostica que incremente a 820 millones en 2030, de acuerdo con el estudio Lo que las nubes se llevaron: estimación de la huella hídrica y eléctrica de los servicios de datos digitales en Europa, publicado en la revista Elsevier.

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Servidores en un centro de datos en Moscú

Otra muestra del impacto de los centros de datos es que “sus emisiones son casi iguales a las de un país como Colombia, cercanas a los 300 millones de toneladas de CO2 equivalente”, explica Prieto, quien además es embajador de este país en el Instituto Mundial de Seguridad Nuclear (WINS).

Pero cabe brindar un dato más: realizar una consulta en ChatGPT requiere tres veces más agua que si se utiliza Google, conforme con el Instituto de la Ingeniería de España (IIE). Ahora bien, una sesión con entre 10 y 50 preguntas con este chatbot puede requerir medio litro de agua o más, dependiendo de la complejidad de las consultas realizadas.

El consumo energético y de agua toma importancia en Latam, puesto que ha padecido los estragos de la sequía en 2024. Ecuador, por ejemplo, no ha logrado poner fin a los apagones que comenzaron en septiembre, y Bogotá está implementando medidas de racionamiento de agua por cuenta del nivel de los embalses.

El atractivo de Latam para los centros de datos

El número de centros de datos en Latinoamérica puede parecer minúsculo en comparación con países como India y Estados Unidos, pero está llamando la atención de este mercado por tres razones: el bajo costo de las tierras, los recursos hídricos con que cuenta y la regulación ambiental, según Prieto. Sin embargo, no todo es color rosa.

“Hay dos factores que están limitando el crecimiento de los centros de datos en Latam: primero, la correlación con el crecimiento de las matrices energéticas, y segundo, la conflictividad social que puede existir respecto al uso del agua”, comenta.

Google puede servir como ejemplo del interés que hay en la región y, al mismo tiempo, de la preocupación que genera el uso de recursos como el agua.

Por un lado, está instalando un centro de datos en Canelones (Uruguay) y por otro, suspendió temporalmente otro proyecto de este tipo en Santiago (Chile) debido a los reclamos de la comunidad por el impacto a tres acuíferos, mientras solicita un permiso ambiental desde cero.

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Pero, ¿por qué consumen tanta energía y agua los centros de datos? El consumo de energía está relacionado con el funcionamiento del sinnúmero de procesadores que albergan; y el del agua, con su enfriamiento, mediante un sistema de refrigeración por evaporación.

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“Solo en Estados Unidos, los centros de datos más grandes consumen hasta 513.000 millones de litros de agua anuales, lo que equivale al consumo de aproximadamente de 4,7 millones de familias en un año. Esta cifra resulta alarmante en un contexto global de escasez de agua”, explica el experto.

¿Cómo garantizar el consumo de energía y disminuir el del agua?

Camilo Prieto sustenta que el país más competitivo de la región respecto a los centros de datos será el que más rápido trabaje en la expansión de su matriz energética o, en su defecto, el que apueste por la generación distribuida —a partir de un sinnúmero de fuentes pequeñas de generación instaladas cerca de los puntos de consumo—, aspectos en los que países como China y Corea del Sur aventajan a Latam.

En cuanto a la reducción en el consumo de agua, plantea que los centros de datos deben desacoplarse de las energías fósiles, implementando energía nuclear.

“Se han hecho pruebas, como combinar energía solar y energía eólica para alimentar los centros de datos, pero la variabilidad climática hace que no sea tan estable esa opción”, sustenta el profesor colombiano.

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En contraste, la energía generada por los reactores nucleares tipo SMR puede ser aprovechada en cualquier lugar, no depende de factores climáticos, registra bajas emisiones de CO2 y los sistemas de refrigeración no dependen exclusivamente del agua, se pueden enfriar con gas, sodio, sales fundidas, metal líquido, entre otros.

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“Entre los países que pueden llegar a competir en el futuro más cercano por su implementación de energía nuclear sobresalen Argentina, Brasil y México”.

Argentina, por ejemplo, está desarrollando su propio prototipo de reactor modular (CAREM-25), que “destaca como uno de los pocos que se encuentra efectivamente en construcción, posicionando al país entre los principales desarrolladores y como uno de los líderes mundiales de esta clase de tecnología”, informa el Gobierno de ese país.

Prototipo de reactor nuclear CAREM en Argentina

Por otra parte, países como Colombia podrían estar rezagados, puesto que ni siquiera cuentan con un marco regulatorio que permita la operación de la energía nuclear, aunque desde la academia y algunos sectores políticos se avanza en un proyecto de ley para ello.

“Más allá de los retos para Latam, la llegada de gigantes como Google y la construcción de centros de datos contribuyen al empleo, la formación de personal especializado, la transferencia de tecnología y una industrialización de la mano de la IA. Por eso es que es necesario planear el crecimiento de la industria”, concluye Prieto.