Bloomberg Línea — Estados Unidos pidió al Gobierno del presidente Daniel Noboa realizar una investigación “transparente” para esclarecer la muerte de cuatro niños en la que estarían involucrados 16 miembros de la Fuerza Aérea de Ecuador (FAE) tras una operación al sur de Guayaquil.
“Instamos y acogemos con beneplácito la intención anunciada por el Gobierno del Ecuador, de llevar a cabo una investigación rápida y transparente por parte de las autoridades apropiadas, al tiempo que reafirmamos nuestro compromiso inquebrantable con los derechos humanos, el Estado de derecho y la seguridad en el Ecuador. La justicia debe prevalecer”, escribió la Embajada estadounidense en Ecuador en su cuenta en X.
Los menores muertos son los hermanos Ismael y José Arroyo, de 15 y 14 años, respectivamente, y dos amigos suyos, Nehemías Arboleda y Stiven Medina, de 15 y 11 años. Todos salieron a jugar fútbol, el pasado 8 de diciembre, pero nunca regresaron a sus hogares, puesto que tras semanas de desaparición, sus cuerpos fueron hallados incinerados.
En un comienzo, el ministro de Defensa de Ecuador, Gian Carlo Loffredo, atribuyó la desaparición de los niños a grupos delincuenciales, aun cuando el padre de los hermanos Arroyo había asegurado que pudo comunicarse con ellos y le dijeron que fueron secuestrados por sujetos con uniformes militares.
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Pero luego Loffredo cambió su versión, asegurando que miembros de la FAE los detuvieron mientras que, supuestamente, los menores estaban robando a una mujer.
“Se bajan los miembros de la patrulla, neutralizan y aprehenden a tres personas. Una cuarta es entregada por la ciudadanía. Esta es, lamentablemente, la manera en que aprehenden a estos cuatro chicos”, relató el pasado 23 de diciembre, en diálogo con Radio City.
Más allá de la versión de las autoridades, que contrasta con la brindada por las familias de los menores, que insisten en que simplemente salieron a jugar fútbol en el barrio Las Malvinas, al sur de Guayaquil, es que sus cuerpos fueron encontrados incinerados y con signos de tortura en una zona pantanosa de Taura, cerca de una base militar.
Mandatarios de la región como el colombiano Gustavo Petro también se pronunciaron tras el crimen que tiene conmovido a Ecuador.
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“Colombia ha visto esto que se narra aquí, una y otra vez: militares matando niños negros. Racismo y exclusión juvenil juntos. Será la justicia del Ecuador la que determine responsabilidades”, comentó Petro en X.
El caso al que hizo referencia el mandatario colombiano fue el de las 6.402 ejecuciones extrajudiciales, presentadas como bajas en combate en todo el territorio nacional entre 2002 y 2008 por el Ejército, como documentó la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), aunque el caso ha sido visto con negacionismo por parte de un sector de la derecha política del país.