Segunda vuelta de las elecciones en Ecuador, ¿qué desafíos le esperan al próximo presidente?

El presidente Daniel Noboa buscará la reelección y Luisa González el regreso de la izquierda este domingo, en que 13,7 millones de ecuatorianos están habilitados para votar.

Luisa González y Daniel Noboa, candidatos a la Presidencia de Ecuador en la segunda vuelta de las elecciones - CNE
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Bloomberg Línea — Daniel Noboa o Luisa González, cualquiera que sea el ganador de la segunda vuelta de las elecciones este domingo, tendrá que asumir retos que preocupan a distintos sectores sociales y parecen no dar espera, entre ellos: contener el recrudecimiento de la violencia y brindar salidas a la urgencia fiscal.

El vencedor, además, deberá buscar un nivel de gobernabilidad que le permita sacar adelante las promesas de campaña y manejar con cautela la relación con vecinos como Venezuela sin que perjudique los vínculos con Gobiernos como Estados Unidos, tareas que a priori no son fáciles.

Bloomberg Línea recopila los desafíos que deberá afrontar el futuro jefe de Estado de Ecuador, a partir de los cuales seguramente se evaluará a su Gobierno durante los próximos cuatro años:

Contener el recrudecimiento de la violencia

Ecuador cerró 2024 como el segundo año más violento de toda su historia, con 6.964 muertes violentas, registrando una caída del 18% en comparación con 2023, que mantiene el récord, pero con mucho trabajo por delante.

Un crudo ejemplo de la realidad es la matanza de 22 ciudadanos tras un enfrentamiento entre facciones del grupo criminal Los Tiguerones, en Guayaquil, el pasado 6 de marzo.

El temor de los ecuatorianos a las manifestaciones de violencia no es menor, como evidenció el Informe de Seguridad Global 2024 elaborado por Gallup, con base en sondeos practicadas a los pobladores de 140 países en el mundo.

“Solo el 11% de los residentes de la provincia más poblada de Ecuador, Guayas, dijeron que se sienten seguros caminando solos en su zona durante la noche, lo que es el porcentaje más bajo de cualquier región del mundo, sin incluir las zonas de guerra activas”, explicó la firma encuestadora.

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Apenas en enero de 2025, fueron documentados 781 homicidios, y en febrero, 736 muertes violentas, cifras que evidencian cuál es el panorama.

En Ecuador, la violencia está asociada al narcotráfico, debido al rol que está desempeñando el país en las nuevas rutas internacionales de la droga, ideadas por los cárteles mexicanos, expuso un informe publicado por Crisis Group. De ahí la necesidad de que Noboa o González le presten mayor atención a este tema.

“Ecuador, con sus mal preparadas fuerzas de seguridad, su proximidad a las regiones cocaleras más productivas de Colombia y un gran puerto de contenedores con acceso comercial preferencial a Europa, ha sido el país que más recientemente ha encajado en esta estrategia”, destacó el documento.

Pero las más recientes olas de violencia y la crisis de seguridad no solo obedecen a factores como el narcotráfico, los denominados “pactos mafiosos” y “las malas decisiones de hace dos décadas” en esta materia, como explicó a Bloomberg Línea el experto Daniel Pontón. También están asociadas a las cárceles.

“Yo creo que eso es una característica muy particular del Ecuador”, dijo Pontón, razón por la que, entre otras, ve necesaria una reforma al sistema penitenciario.

Consolidar un ajuste fiscal, un desafío que no da espera

Ecuador enfrenta importantes desafíos fiscales agravados por los efectos de la pandemia y las estrategias económicas adoptadas en función de las herramientas de amortiguamiento disponibles, aunque este asunto ha cobrado especial relevancia debido a que acumula un déficit fiscal consecutivo.

Laura Lizarazo, analista de Riesgo Global de la consultora Control Risks, explicó a Bloomberg Línea la situación: “El país viene de un año de ralentización económica fuerte, varios años acumulados de ingresos fiscales decrecientes y sin muchas opciones para diversificar las fuentes de ingresos públicos de una manera sostenible, ordenada y equilibrada”.

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Las cuentas públicas de Ecuador son, en buena medida, dependientes de los ingresos petroleros, así como de la deuda doméstica e internacional. A ello se suma que la capacidad para ejecutar el gasto público es deficiente, junto con un aparato productivo poco diversificado y altamente vulnerable tanto a los choques externos como internos, según la experta.

Un informe del Observatorio de la Política Fiscal Ecuatoriano consigna que “el balance presupuestario entre enero y diciembre de 2024 muestra un significativo déficit fiscal, lo que ha llevado a un aumento en la deuda pública y en los pagos de intereses, cuyo peso para 2025 se vislumbra como difícil de gestionar”.

A finales de 2024, la deuda pública ecuatoriana con relación al PIB era de un 50,58% o el equivalente a US$62.260 millones, de los cuales US$48.141 millones corresponden a deuda externa, según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).

Ecuador, por ejemplo, tenía hasta el pasado febrero compromisos por US$8.600 millones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), siendo el cuarto deudor global. De ese rubro, a final de este año tendrá que haber pagado US$1.187 millones.

Tender puentes entre Legislativo y Ejecutivo

Para Daniel Noboa o Luisa González será clave armonizar la relación entre el poder Ejecutivo y Legislativo de llegar a ser escogidos como presidente o presidenta de Ecuador, al menos, si aspiran a tener un nivel de gobernabilidad que les permite cumplir sus promesas de campaña.

La gobernabilidad es la “habilidad o necesidad de generar un balance entre los diferentes sectores o instituciones llamados a generar proyectos, programas o normativas dentro de una democracia”, dijo Andrea Endara, coordinadora de la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad Casa Grande, a Bloomberg Línea.

Pero, ¿por qué es tan importante? Porque ni el partido de Noboa, la Acción Democrática Nacional, ni el de González, Movimiento Revolución Ciudadana, con 66 y 67 legisladores, respectivamente, son mayoría en la Asamblea Nacional, lo que implicaría un obstáculo para sacar sus proyectos adelante o una oportunidad para alivianar la polarización.

Ambos partidos deberían contar con mínimo 77 votos para tener una mayoría simple, que permite aprobar leyes, elegir autoridades o censurar a otras, o 101 para una mayoría calificada, que se requiere para destituir a ministros o jefes de Estado.

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“Es una oportunidad para la democracia porque va a obligar a los legisladores a dejar de lado esos temas que responden a una agenda política o electoral”, dijo Andrea Envara. “El truco es cómo ambas bancadas logran negociar y generar alianzas con las minorías para marcar la diferencia hacia uno u otro bando”.

Las minorías a las que hace referencia Endara son: los nueve legisladores pertenecientes al movimiento indígena Pachakutik, los cinco del Partido Social Cristiano y los cuatro de partidos más pequeños con representación en la Asamblea Nacional.

Entre las minorías sobresale Pachakutik, que representa al movimiento indígena y que respaldó la candidatura presidencial de Leonidas Iza, el tercer candidato más votado en la primera vuelta electoral con el 5,26%.

“Se esperaría una madurez política para llegar a un acuerdo de mínimos, pero la dinámica de poder es que para sobrevivir necesita ser oposición”, analizó la comunicadora Andrea Grijalva a Bloomberg Línea. “Entonces, aquí va a depender mucho de la táctica, la inteligencia, la agenda que tenga el gobierno para llegar a lo que se consideraría esos acuerdos por el bien del país”.

Fortalecer las relaciones con la región

Fortalecer las relaciones internacionales será otro reto que deberá asumir el próximo presidente de Ecuador, especialmente en la región.

Si gana Luisa González y reconoce a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela, como aseguró que lo haría durante la campaña electoral, tendría que lidiar con la reacción de Estados Unidos. Y si vence Daniel Noboa, la posibilidad de restablecer las relaciones diplomáticas con México se tornaría remota. Esas fueron las dos principales conclusiones a las que llegaron expertos consultados por Bloomberg Línea.

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“El tema álgido sigue siendo Venezuela”, dijo Santiago Carranco, coordinador del laboratorio de relaciones internacionales de la UIDE y miembro del Foro Permanente de Política Exterior de Ecuador. “Un reconocimiento de Nicolás Maduro podría llamar la atención para mal de Estados Unidos y Ecuador podría enfrentar sanciones”.

Por otra parte, la posibilidad de restablecer las relaciones diplomáticas con México, que permanecen rotas desde abril de 2024, cuando la Policía ecuatoriana irrumpió en la embajada del país norteamericano en Quito para capturar al exvicepresidente Jorge Glas, solo sería posible si González vence en las urnas, como ha expuesto la presidenta Claudia Sheinbaum.

“Ojalá en Ecuador pronto griten presidenta con ‘a’ y se puedan restablecer pronto las relaciones de México y Ecuador”, dijo Sheinbuam, que ha pedido al Gobierno de Noboa una disculpa pública por lo sucedido en la embajada un año atrás.

Para el abogado internacionalista y analista político Pablo Játiva, también consultado por este medio, “sería cuestión de horas después del triunfo de Luisa González para que se normalicen las relaciones con México”.