Bloomberg Línea — La disolución del Congreso de Ecuador, tras la convocatoria del presidente Lasso al procedimiento de “muerte cruzada” no tiene implicaciones inmediatas para las calificaciones crediticias soberanas, señaló la calificadora estadounidense S&P Global Ratings. Cabe señalar, de todas formas, que la deuda ecuatoriana tiene una calificación B-, la última escala dentro de lo que se considera grado de especulación y un paso antes de llegar al conjunto donde están los bonos calificados como “Especulación con alto riesgo”.
Si bien S&P Ratings no tiene pensado recortar la nota, por el momento, aclara en un informe reciente: “La gobernabilidad probablemente seguirá siendo un desafío antes y después de las elecciones anticipadas. Las divisiones políticas y regionales, una relación difícil entre diferentes administraciones y grupos indígenas y un débil historial en el cumplimiento de las obligaciones soberanas influyen en nuestras calificaciones”.
Un artículo publicado recientemente por Bloomberg refiere a que el principal temor de los inversores es que la crisis política actual dé lugar a la vuelta del correísmo, movimiento así llamado debido al apellido de su líder, Rafael Correa, expresidente de Ecuador.
Qué contempla la calificación actual de la deuda ecuatoriana
“Nuestra calificación B- incorpora nuestra expectativa de algún retroceso en el reciente fortalecimiento fiscal debido a la agitación política y la disminución de los ingresos petroleros. Estimamos que las necesidades de financiamiento del gobierno, del 6% del PIB, se cubrirán principalmente con préstamos oficiales preacordados”, menciona S&P Global Ratings en su informe.
No obstante, la calificadora de riesgo destaca en su documento que la reestructuración de la deuda en 2020 aplazó los pagos de capital de los bonos globales hasta 2026-2040 y resalta que el alivio a corto plazo derivado del intercambio de deuda por naturaleza “fue marginal”.
Al mismo tiempo, la firma estadounidense refiere que el 90% de los pagos de deuda local se realizan a entidades del sector público, principalmente al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, lo que reduce el riesgo de refinanciamiento.
Pese a esto último, S&P Global Reiting aclara que podría revisar la calificación a la baja si las condiciones socio-políticas empeoran y/o la respuesta política a ellas debilita la postura fiscal del país “hasta tal punto que afecte la capacidad de Ecuador para pagar su deuda”.
“Déficits fiscales más amplios pueden debilitar aún más la confianza de los inversionistas, aumentar la dependencia del soberano de deuda a corto plazo y aumentar las presiones de liquidez”, concluye el documento.
La caída de los bonos a partir de la decisión de Guillermo Lasso
El bono con vencimiento a 2030 sufrió un retroceso cercano al 6% desde que Lasso anunció la muerte cruzada. Este título tiene actualmente un precio de US$48,29. No obstante, el deterioro del precio de la deuda viene de arrastre: se inició en febrero de este año, luego de que el Gobierno pierda el referéndum y se acentuó con la crisis política.
De esta forma, el riesgo país de Ecuador llegó a los 1.832 puntos y es el tercero más alto de Latinoamérica, detrás del de Venezuela y Argentina.