La calificadora de riesgo soberano Fitch Ratings reafirmó en su nota crediticia a largo plazo para el Ecuador en CCC+. Esta nota se ubica en el séptimo peor escalón posible dentro del rango de Fitch Ratings e implica una calidad crediticia muy pobre y la posibilidad de algún tipo de impago, aunque, por otro lado, está por encima de la nota que tiene, por ejemplo, Argentina (CC).
Según explicó Fitch, la calificación de Ecuador refleja un ingreso per cápita relativamente alto, superávits en cuenta corriente y financiamiento multilateral que apoyan la liquidez externa y mitigan los riesgos de estabilidad macroeconómica. Pero estos factores se equilibran con un historial deficiente de pago de deudas, continuas incertidumbres políticas, restricciones de financiamiento gubernamental y débiles perspectivas de crecimiento económico.
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“Se espera que un nuevo programa del Fondo Monetario Internacional (FMI) ancle la consolidación fiscal y alivie los riesgos de financiamiento a corto plazo, pero los riesgos de ejecución siguen siendo altos, y las perspectivas de recuperación del acceso al mercado, que probablemente serían necesarias para honrar los próximos pagos de servicio de la deuda, siguen siendo inciertas”, señala el informe de Fitch Ratings.
Perspectiva política “desafiante”
Según la mirada de Fitch, el presidente Daniel Noboa fue elegido en 2023 con un “mandato para abordar la deteriorada situación de seguridad”. El informe destaca que el mandatario, “de centroderecha”, “logró formar una alianza en el Congreso para aumentar el gasto en seguridad y promulgar medidas fiscales”.
Sin embargo, advierte Fitch, “la alianza se ha desmoronado y es poco probable que se aprueben reformas adicionales antes de las elecciones generales de febrero de 2025″.
Por otro lado, el documento menciona que las encuestas sugieren que Noboa está bien posicionado para ganar la reelección, “dada su alta popularidad” y la ausencia de un candidato de oposición clara.
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“No obstante, su popularidad continua podría depender de su gestión de los desafíos actuales en el sector eléctrico y de seguridad”, aclara Fitch. La agencia resalta que lograr más reformas también podría depender de la capacidad de Acción Democrática Nacional para ganar más escaños en la altamente fragmentada Asamblea Nacional y formar alianzas.
Acuerdo con el FMI
En mayo, el FMI aprobó un programa de Facilidad de Fondo Extendido (EFF) de cuatro años y US$4.000 millones para Ecuador. Según Fitch, “el programa es ambicioso”, ya que contempla una del 5,5% del PIB en el balance primario no petrolero, incluidos los subsidios a los combustibles para 2028, de los cuales se espera que las medidas de ingresos generen 3,7 puntos porcentuales y los esfuerzos de gasto 1,8 puntos porcentuales. Los objetivos formales se basan en el gobierno central más la cuenta de subsidios petroleros.
“El gobierno está en camino de cumplir el objetivo de consolidación fiscal de 2024 gracias a las medidas de ingresos ya promulgadas, incluidas un aumento de impuestos del 1,8% del PIB y cierta racionalización de los subsidios a los combustibles (2,7% del PIB en 2023). Sin embargo, el FMI estima que el 1,2% de los aumentos de ingresos son transitorios y necesitarán ser reemplazados por ingresos permanentes para 2028, lo cual podría resultar más desafiante”, puntualiza el informe Fitch.
Consolidación fiscal y Noboa
Fitch alerta que el camino de la consolidación fiscal es “incierto”, aunque destaca que “se cree que hay margen para una mayor consolidación fiscal si Noboa es reelegido y puede formar una alianza en el Congreso para aprobar la agenda de reforma fiscal”.
Por otro lado, la firma estadounidense consigna que la consolidación adicional después de 2025 dependerá del compromiso del gobierno con los objetivos fiscales establecidos por el programa con el FMI.
Riesgos de financiamiento “altos”
El informe prevé que los fondos del FMI y otros multilaterales alivien los altos riesgos de financiamiento a corto plazo y detalla que en 2024 se pronostican necesidades de financiamiento de US$11.400 millones (9,6% del PIB), que se cubrirán con financiamiento externo de US$5.200 millones, incluidos los del FMI y otros multilaterales, y financiamiento interno de US$6.200 millones.
“Después de 2024, los riesgos podrían aumentar debido a mayores necesidades de financiamiento y fuentes inciertas. En 2025, la amortización de la deuda con el FMI y otros multilaterales aumentará, y en 2026 comenzarán a amortizarse los bonos externos”, sintetiza el estudio.