El Ecuador que recibirá el nuevo presidente: crisis de seguridad, económica y política

El próximo presidente del Ecuador enfrentará una economía permeada por la inseguridad ciudadana, con limitaciones en el gasto y un entorno social altamente volátil, según los expertos

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Bloomberg Línea — Los resultados electorales, así como se había previsto en diferentes sondeos, conducen al Ecuador a una segunda vuelta presidencial que se cumplirá el próximo 15 de octubre, y que enfrentará a Luisa González, que obtuvo el 33,23% de los votos, y a Daniel Noboa, que llegó al 24% de la votación.

Pero sin importar la tendencia política de los candidatos que llegan a la segunda vuelta, el país andino tiene necesidades urgentes que deberá buscar atender el nuevo presidente del Ecuador, cuyo mandato será corto, pues solo cubrirá el tiempo que le quedaba a la administración de Guillermo Lasso, quien terminaría su mandato el 24 de mayo de 2025.

“Sin lugar a duda, el desafío más urgente de la próxima administración será abordar la inédita crisis de seguridad que atraviesa el país, la peor en su historia republicana”, dijo Laura Lizarazo, analista senior de Control Risks, en entrevista con Bloomberg Línea.

Esta crisis, defiende la analista, no solo genera impactos negativos en el entorno empresarial, afectando los niveles de confianza de inversionistas nacionales y extranjeros e imponiendo dificultades operativas adicionales para algunos sectores productivos, sino que también tiene una dimensión social grave, ilustrada de manera muy elocuente por las recientes cifras de emigración: “el país actualmente atraviesa el segundo éxodo migratorio de su historia reciente, motivado tanto por la inseguridad creciente como por un deterioro importante de la calidad de vida”.

Sobre la migración, Lizarazo entregó una cifra contundente y que refleja la realidad social de una buena parte de los ecuatorianos durante 2023: el número de ecuatorianos detenidos por la patrulla fronteriza de Estados Unidos, por ejemplo, pasó de 1.988 en 2018 a 97.074 en 2021, cifra que muy probablemente se superará este año, ya que en junio el acumulado alcanzó 78.056. “Enfrentar este entorno social en deterioro es por tanto uno de los desafíos más importantes del próximo gobierno”, dijo.

Los sondeos publicados antes de las elecciones generales ya lo decían: una encuesta de la empresa Tracking demostró que los principales problemas del país, según los ciudadanos son inseguridad (44%), economía (30%), corrupción (14%) y otros (12%).

Una economía con limitaciones

Pese a que algunos indicadores, como la inflación, se mantienen controlados en el país. La economía ecuatoriana enfrenta otras realidades, pues mantiene una alta dependencia del petróleo, cuyos precios internacionales han caído durante el año y las posibilidades de caer en un impago de la deuda se mantienen.

Para Lizarazo, más que un único indicador económico desfavorable, el próximo jefe de Estado se enfrentará a limitaciones de gasto importantes. “En términos generales, Lasso logró una relativa consolidación fiscal que por el momento ha alejado a Ecuador del riesgo de incumplimiento de pagos (tanto de intereses como de capital) de sus obligaciones crediticias internacionales. Pero quien sea que asuma la presidencia tendrá que gestionar un entorno económico complejo, marcado por una alta dependencia de las rentas petroleras, un aparato productivo escasamente diversificado y una limitada capacidad y fuentes de recaudación tributaria”.

La semana anterior, Fitch Ratings rebajó la calificación de deuda de largo plazo en moneda extranjera de Ecuador a CCC+ desde B-. Si bien esto implica caer un escalón, el cambio es significativo, ya que B- es la escala más baja dentro de los créditos “altamente especulativos” y CCC+ pasa a la categoría de “riesgo sustancial”.

A esto también se suma un “entorno social altamente volátil y sensible” a políticas fiscales contractivas que alteren, por ejemplo, el esquema de subsidios a los combustibles, o a políticas tributarias para aumentar impuestos.

La incertidumbre política se mantendrá

Los ánimos caldeados a nivel político serán una constante en Ecuador, según los expertos, pues a las instancias de las elecciones generales anticipadas se llegó por la aplicación de la ‘muerte cruzada’, una medida por la cual Guillermo Lasso evadió un juicio político, disolvió a la Asamblea Nacional y, de tajo, cortó su mandato presidencial.

Quien lidere el nuevo gobierno hasta 2025, en opinión de Lizarazo, enfrentará una Asamblea Nacional altamente fragmentada, pero con un posible predominio de fuerzas de izquierda. “Esto implica que la relación ejecutivo-legislativo potencialmente será complicada, y esté sujeta a permanentes y complejas transacciones para lograr la aprobación de iniciativas de gobierno”.

Es así como los 18 meses del próximo gobierno se marcarán por niveles moderados de tensión política, pero sin la parálisis institucional que caracterizó la presidencia de Guillermo Lasso.

Elemento, la Consultora de Asuntos Públicos, dijo la semana anterior en un informe que en América Latina existe una recesión democrática en varios países y Ecuador no es la excepción, “lo que vuelve a la región más vulnerable y abierta a más populismo y regímenes no democráticos y retrasa el proceso de consolidación de las democracias”.

Girar a la izquierda también impactará a la economía

Lizarazo dijo a Bloomberg Línea que si el correísmo regresa a Ecuador, lo hará en “condiciones fiscales muy diferentes a las de 2007-2017″.

Entre los factores, sumó los precios internacionales del petróleo, que no favorecen amplias políticas de gasto fiscal, por lo que Luisa González, de Revolución Ciudadana, se enfrentaría a limitaciones importantes para implementar políticas sociales ambiciosas.

Así, el correísmo (y, de hecho, quienquiera que sea elegido) sólo dispone de espacio fiscal para una expansión del gasto leve y temporal. Políticas de gasto expansivas sostenidas en un escenario de volatilidad de los precios del petróleo podrían acabar dañando gravemente las cuentas de Ecuador”, puntualizó la analista de Control Risk.