Bloomberg Línea — Las crisis de seguridad por las que ha atravesado Ecuador en los últimos meses sí han tenido impactos en la economía y en el comportamiento de los consumidores del país, según lo reflejó un nuevo informe de la consultora económica Oikonomics.
Específicamente para Quito, la consultora midió la percepción de inseguridad, por actividades económicas y sectores de la ciudad, encontrando especialmente que el 88% de los encuestados percibe que Quito no es una ciudad segura. “El 58% de las personas considera que la capital del Ecuador es ‘nada segura’ y el 30% piensa que es ‘poco segura’”.
Además, el transporte público (16%), las carreteras, calles o avenidas (14%), parques (12%), centros de diversión (10%), y taxi (7%), se caracterizaron como los lugares o medios con mayor percepción de inseguridad en la capital.
Y es que tal ha sido el avance del crimen organizado en el país, que a inicios de abril el presidente Guillermo Lasso autorizó la tenencia de armas para defensa personal por parte de los ciudadanos; aunque “la mayoría de encuestados no ve al porte legal de armas como una solución para reducir los niveles de inseguridad”.
¿Cómo está impactando esta situación a los consumidores en Quito?
Para Oikonomics, la inseguridad en el país podría generar que los ciudadanos opten por dejar de realizar ciertas actividades, a fin de no ser víctimas de la delincuencia.
Justamente, por el avance de la delincuencia en el país, “el 53% de los encuestados indica que el consumo de su hogar ha disminuido como consecuencia de la situación actual de inseguridad. Este resultado difiere dependiendo de la edad de la persona, siendo los menores de 25 años (un 53%) quienes mantendrían su consumo, porque posiblemente siguen realizando sus actividades habituales. Por el contrario, el 67% de las personas de más de 65 años mencionan que su consumo sí ha disminuido”, destaca el informe.
La encuesta, realizada entre el 12 y el 17 de abril de 2023, también señaló que la peor percepción de seguridad se da en los barrios ubicados en el Norte (Calderón, Carapungo, Ponceano, Pomasqui y Carcelén), ya que el 94% de las personas encuestadas en este sector considera que su barrio es “menos seguro”.
Específicamente, los encuestados dan a conocer cinco actividades que están dejando de realizar y que concentran el 64% de sus respuestas. Estas son:
- Salir a centros de diversión (16%).
- Ir a comer en restaurantes (14%).
- Ir a parques (13%).
- Viajar dentro del país (12%).
- Visitar a lugares turísticos (9%).
Esto, contando también con que el 75% de los encuestados cree que las ventas de las empresas disminuirán en los próximos tres meses como consecuencia de la situación actual de inseguridad.
Además, los quiteños también han dicho que su modo de movilización ha cambiado, con un 40% de personas que han modificado el medio de transporte que usa y buscando otras alternativas como el auto propio (35%), el servicio brindado por plataformas (18%), ir en taxi (14%) o pedir a un familiar o amigo que lo movilice (13%).
Los restaurantes, el mejor ejemplo de los impactos de la inseguridad
Para la consultora económica, los restaurantes de Quito son la mejor manera de reflejar los impactos de la inseguridad y el avance delincuencial que ha tenido la ciudad.
“Actualmente, el 14% de los encuestados indica que ha dejado de salir a restaurantes por motivos de seguridad. Esto hubiese representado, aproximadamente, una pérdida de US$ 15 millones en las ventas de estos establecimientos, entre marzo y mayo de 2022″, siendo este valor solo una estimación para la cual se ha tomado en cuenta el gasto promedio por transacción con tarjetas de crédito y deja de lado otros aspectos como los consumos con efectivo o pedidos a domicilio.
Es así como el valor estimado para los mismos meses de 2023 puede varias en función de otro tipo de consideraciones, pero destaca Oikonomics que serán las cifras consolidadas las que demuestren si, efectivamente, existe una reducción en el nivel de ventas de restaurantes.