La cartera de crédito que ofrece los bancos privados de Ecuador alcanzó los US$40.937 millones a agosto de 2023, lo que implicó un crecimiento de US$3.863 millones (10,4%), al comparar el octavo mes de este año con el mismo período en 2022.
Pero no todas son buenas, ya que existe una desaceleración en la entrega de crédito comparada con años anteriores. Por ejemplo, a agosto de 2022, se había registrado un crecimiento anual del 17,7%, es decir, existe una desaceleración del crédito de más de siete puntos porcentuales durante el último año.
Los datos surgen de un informe mensual de la Asociación De Bancos Del Ecuador (Asobanca), que nuclea a las entidades privadas del sector.
¿Por qué se desacelera el crédito?
Según Asobanca, la desaceleración en la entrega de financiamiento formal obedece a factores como:
- La “incertidumbre” provocada por la normativa local de techos a las tasas de interés, que es “incompatible” con la coyuntura de tasas de interés internacionales.
- El potencial impacto del Fenómeno de El Niño en la economía.
- La situación de alta “incertidumbre” frente al contexto electoral y de inseguridad.
Impulso a la producción
Según Asobanca, el crédito de los bancos privados es “clave” porque, “a través del financiamiento formal, impulsan el crecimiento de las actividades productivas de Ecuador”. Del total de la cartera crediticia a agosto de 2023, el 59% (US$24.112 millones) está destinada a los créditos de producción (productivo, PYMES, vivienda y microcrédito) y el 41% a los créditos de consumo (USD 16.825 millones).
“La entrega de créditos de producción refleja el compromiso de los bancos privados para apoyar a las micro, pequeñas, medianas y grandes empresas del país en su objetivo de obtener financiamiento que pueda ser destinado para sus actividades productivas”, destacó Asobanca.
Tranquilidad
Más allá de resaltar el apoyo a la producción, Asobanca aclaró que “bajo una administración técnica y profesional, implementando las mejores prácticas y estándares internacionales”, los bancos ecuatorianos “continúan brindando tranquilidad a los más de 7 millones de clientes que tienen sus ahorros en el sistema financiero privado”.
Para ampliar tal afirmación, la entidad indicó que esto se “evidencia” en el crecimiento de los depósitos que, de acuerdo con los últimos datos publicados por la Superintendencia de Bancos, llegaron a US$44.469 millones a agosto de este año. Esto significa que se registraron US$2.751 millones más en depósitos que en agosto de 2022, es decir, un crecimiento anual de 6,6%.
Del total de captaciones bancarias, US$19.341 millones corresponden a depósitos a plazo, un crecimiento del 19,4% en comparación con agosto de 2022. Mientras que los depósitos de ahorro llegaron a US$11.323 millones y los depósitos monetarios, a US$11.627 millones.
Es decir, el 68% de las captaciones de la banca, o el equivalente a 7 de cada 10 dólares, correspondió a depósitos de ahorro y a plazo. En tanto, el 26% corresponde a depósitos monetarios en cuentas corrientes y el 5% son otros depósitos.
“El manejo técnico de la banca se evidencia en sus indicadores”, subrayó Asobanca. Y añadió que el nivel de cobertura fue de 211%, es decir, la banca privada tiene un nivel de provisiones que es 2,1 veces más alto que su cartera improductiva, mientras que la liquidez se ubicó en 24,7% en agosto de 2023.